Albert Lladó nos insta a abandonar el comportamiento robótico si buscamos evitar ser tratados como autómatas. La actual mecanización de la sociedad contribuye a la burocratización de la vida, generando cambios cognitivos profundos y difíciles de prever. Sin embargo, el autor sugiere que ni la tecnofobia ni el catastrofismo son útiles para experimentar el asombro y el deseo. A través del arte de la pregunta, la narrativa y el teatro, Lladó nos motiva a explorar el mundo más allá de las apariencias superficiales. El autor destaca que la realidad no requiere realismo y aboga por prestar atención a la potencia inherente a los hechos, gestos y palabras.
Lladó nos invita a excavar en lo contemporáneo para percibir que nuestro mundo ya tiene el potencial de ser diferente. En este ensayo, el autor presenta el presente como un regalo, subrayando que un regalo no se completa hasta que alguien lo recibe, lo abre y se responsabiliza de él.