El monstruo de Tagua Tagua

Las informaciones sobre el supuesto monstruo lacustre de Tagua Tagua, presuntamente visto y capturado en San Vicente de Tagua, en Chile, circularon por toda Europa a finales del XVIII en forma de estampas, e incluso reproducidas en páginas de los periódicos de la época.

El origen de la historia es brumoso y algunos lo señalan en un dibujo de un pintor local a petición del virrey español, investigando el caso que habría llegado a oídos de la corte española sobre la presunta aparición y captura de un monstruo en América del Sur.

Hay una lámina de aquella época en el Museo Nacional de Colombia que podría ser el origen visual de aquella historia, y cuyo texto se va repitiendo en las posteriores versiones hasta llegar, apenas unos meses después, a la representación que hoy se muestra en la exposición Fake News. La fábrica de mentiras procedente de la Biblioteca Nacional de España.

Pero en Francia se le atribuye un fin satírico y muchos lo consideran una representación de la reina María Antonieta, y también de algún otro personaje de la nobleza. Lo cierto es que la bestia “de tres y más metros de alto, con barba y melena, cuernos de toro y alas de murciélago” debía de parecer tan asombrosa que las imágenes que la representaban ayudaron, y mucho, a la difusión popular de la leyenda, apoyadas también por la confianza que otorgaba la aparición en la prensa continental: en ella se dibujaba a doble página su llegada a España por el puerto de Cádiz en una imponente jaula y con el supuesto fin, según algunos, de intentar no solo que lo vieran en la corte, sino también de aparearlo (era un macho) para que tuviera descendencia.

Una lámina editada en París, apenas unos pocos años después, mezcla esta imagen con un retrato de la reina consorte de Francia y Navarra, apenas tres años antes de que la guillotinaran. Que María Antonieta fuera hembra inclina la versión gala hacia la sátira y, en cambio, la colombiana y la española serían las primeras que mostraron en el imaginario popular al apócrifo monstruo original.

Y, sí, la imagen original y sus versiones parecen representar a una arpía, animal mitológico mitad mujer, mitad ave de rapiña. Y si necesita una barba para parecer macho se le dibuja, mucho más difícil de aquella que hacerlo hoy en día con las inteligencias artificiales generativas.