«El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo”. G. A. Bécquer
¿Cómo sería un mundo en el que cada uno de nosotros se levantase inspirado, estuviera feliz y motivado en su trabajo y terminase el día satisfecho? Hace ya unos años desde que empezamos a imaginarnos un mundo en el que las nuevas generaciones pudiésemos disfrutar de un modelo de trabajo que encajase con nuestra manera de vivir y que representase nuestras inquietudes y nuestra forma de ser. Nos imaginábamos un mundo en el que las personas puedan tener un match perfecto entre su vida personal y profesional.
Un mundo donde se pueda colaborar con otros para ser el motor de cambio para el planeta y el resto de sociedad.
Un mundo en el que cualquier persona, sin importar su edad, raza o sexo, pueda acceder a las mismas oportunidades laborales y sea valorado mediante unos criterios honestos.
Un mundo en el que tecnología e innovación se conciban como aliados para empoderarnos y así poder centrarnos en las tareas en las que somos realmente buenos: creatividad, problem-solving, colaboración y creación de valor, entre otros.
Llegó 2020 y la transformación que las generaciones X, Y y Z llevábamos pidiendo a gritos se aceleró y se tuvo que aplicar de una manera atropellada.
Llegó el momento de parar en seco para empezar a construir un mundo nuevo usando como base todo aquello que habíamos imaginado.
Las nuevas tecnologías llevan años transformando nuestra vida y ocupando un lugar inmenso en nuestra rutina laboral. Nos hemos adaptado a ellas y nos han facilitado muchos procesos. Pero es hora de dar un paso más y volver a imaginar en grande, ser ambiciosos con nuestros deseos de futuro.
Esta vez toca imaginar un mundo en el que la tecnología no sea el fin, sino el medio para conseguir que seamos más felices, más humanos. Que nos permitan poder invertir nuestro tiempo en prestarle atención a lo que realmente nos motiva.
Durante la última década, hemos visto un cambio profundo en cómo nos comunicamos, nos organizamos y nos relacionamos. El inicio del tsunami laboral que está llegando.
Hoy se habla de nuevas actitudes, con relaciones más sociales y más ágiles. Se habla de valores e iniciativas solidarias, se habla de libertad, de medir el trabajo por el aporte de valor y no por la cantidad de horas. Ya no se habla de horarios, ni siquiera de teletrabajo.
El presente es la fuerza capaz de entender el pasado para mejorar el futuro
Hoy se habla de desagrupar y desorganizar para acelerar el cambio y de disfrutar del trabajo, aunque sea contradictorio con su propia etimología.
También se habla hoy de descubrir el mundo entero, un mundo que queremos que nos permita recorrerlo, conocerlo, inspirarnos y crecer con él mientras disfrutamos y aportamos valor. Un mundo en el que las barreras geográficas de los entornos laborales desaparezcan totalmente para poder poner el foco en la colaboración y el trabajo en equipo.
Si se habla de todo esto, ¿por qué aún no está cambiando nada?
Es el momento de dejar de ocuparnos de tareas repetitivas y predecibles en las que ya hace tiempo que nos superan las máquinas.
Es hora de emplear todo ese tiempo que vamos a ganar en potenciar las habilidades que se nos dan bien porque son inherentes a nuestra especie: el pensamiento crítico, la capacidad de análisis y de resolución de problemas no predecibles, el trabajo en equipo…
El trabajo del futuro, que hoy es presente, solo espera una cosa de nosotros: que seamos más humanos que nunca. Que nos desarrollemos, crezcamos y convirtamos el mundo en un lugar mejor.
Ya vivimos en un mundo totalmente conectado y globalizado en el que las nuevas tecnologías nos están empoderando como personas. Es hora de sacarle partido a todas las puertas que se han abierto en la última década.
Aprovechemos la conectividad total de la que disfrutamos para convertir las empresas en organizaciones mucho más líquidas y flexibles. Aliémonos con las nuevas tecnologías y la innovación para lograr una total libertad y autonomía en nuestras relaciones laborales y en nuestra forma de compaginarlas con nuestra vida personal.
Conectemos con proyectos que realmente nos motivan, que encajan no solo con nuestras habilidades profesionales, sino también con nuestros propósitos vitales, con nuestra manera de entender este mundo.
Nosotros estamos reinventando el trabajo para crear un mundo mejor, con personas más felices en un entorno mucho más sostenible. ¿Te apuntas?
Morgan, J. “5 tendencias que marcarán el futuro del trabajo” en IE, 2017. Disponible en: https://www.ie.edu/insights/es/articulos/las-cinco-tendencias-marcan-futuro-del-trabajo/
Deloitte (2019): Encuesta a la generación millennial 2019. Disponible en: https://www2.deloitte.com/es/es/pages/human-capital/articles/encuesta-millennial.html
Co-CEO y cofundador de Shakers. Emprendedor desde los 18 años, ha liderado grandes proyectos de transformación global de compañías poniendo el foco en el cambio de los modelos laborales.
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