28 de noviembre de 2023

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Siempre es buen momento para pararse a pensar

por Juan M. Zafra
Ilustrador David Sánchez

Vivimos en una era privilegiada: inmersos en la revolución tecnológica más significativa de la historia de la humanidad, y esta revolución está en su inicio. La convergencia de Internet, la capacidad de cómputo, la web 2.0 y los teléfonos móviles ya supusieron un cambio profundo, pero algo aún más trascendente se está desarrollando.

Mientras la ley de Moore parecía alcanzar sus límites, emergen las redes neuromórficas que emulan el funcionamiento de neuronas y sinapsis en el cerebro humano, lo que amplía nuestra capacidad de procesar información. Además, las tecnologías cuánticas nos abren un horizonte casi sin límites.

La inteligencia artificial (IA) va más allá de los algoritmos y el big data, el reconocimiento de voz, de imagen y el aprendizaje profundo. Modelos como ChatGPT, aunque imperfectos, han deslumbrado por su capacidad y su poder.

Mientras nos adaptábamos al impacto de la web 2.0, la web 3 ha surgido con realidades virtuales y aumentadas, la adopción generalizada de blockchain y la tokenización. Las redes de fibra y el 5G están desplegándose, convirtiéndose en superordenadores omnipresentes. La convergencia de una capacidad de procesamiento y almacenamiento casi ilimitada, redes de comunicación transformadas en superordenadores y la descentralización de la web allanan el camino para la implantación masiva de la IA y la llegada de la inteligencia artificial generativa (IAG).

La IAG, capaz de desarrollar nuevo conocimiento y realizar tareas que estaban aparentemente reservadas a los humanos, es un hito tecnológico que podría superar a la imprenta o la fisión nuclear en su impacto en la humanidad. Aunque su fecha de llegada es incierta, estamos cada vez más cerca de la inteligencia artificial general o una inteligencia artificial casi humana. En la última década, la velocidad de aprendizaje de los modelos de IA ha aumentado significativamente, alimentándolos con grandes cantidades de datos disponibles en Internet.

Hoy en día, la IAG puede superar exámenes médicos y de abogacía en el percentil más alto, escribir buena parte del código de un ingeniero de software y desarrollar habilidades complejas hasta crear una falsa realidad para nosotros, los humanos. Distinguir entre texto generado por la IAG y texto humano se ha convertido en una tarea complicada.

 

TELOS 123 - Inteligencia artificial - Ideario

 

La IAG tiene un potencial exponencial para avanzar en campos como la biomedicina, la mitigación del cambio climático y la descomposición del plástico. Sin embargo, también plantea riesgos existenciales, como la creación de armas químicas o cibernéticas, el auge de las fake news y desinformación indetectables, e incluso un escenario de pérdida de control sobre la IAG por parte de las empresas que la desarrollan.

La IAG es un llamado a las ciencias sociales, como la sociología, la filosofía, la antropología y el derecho, para definir un nuevo contrato social que garantice que la tecnología sea beneficiosa para todos y que proteja derechos fundamentales como la privacidad, la seguridad y la verdad en un mundo digital. Esta revolución tecnológica nos enfrenta a desafíos éticos, como la elección del coeficiente intelectual de nuestros hijos y la corrección de sesgos en los datos de la IAG.

En el pasado, revoluciones tecnológicas como la industrial, la energía atómica y la investigación bacteriológica trajeron avances, pero también desafíos. La IAG es una cuestión de valores, y debemos priorizar los derechos humanos por encima de todo. Mientras las máquinas pueden pensar y existir, los humanos pueden pensar, sentir y ser.

Es hora de detenernos, reflexionar y ser conscientes de nuestro papel en esta era de cambios sin precedentes.

 

Este texto ha sido elaborado a partir de las reflexiones contenidas en el libro La inteligencia artificial explicada a los humanos (Plataforma Actual, 2023) y de las conversaciones mantenidas con su autor, Jordi Torres, catedrático de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) e investigador senior del Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS).

Artículo publicado en la revista Telos 123


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Autor

Director de TELOS. Profesor de Periodismo en la Universidad Carlos III. Es secretario general de Club Abierto de Editores (CLABE), la primera asociación de editores en España. Patrono de Fundación España Digital; forma parte del comité asesor del Foro de Gobernanza de Internet (IGF-Spain), miembro del consejo editorial de la revista latinoamericana Ibercampus; del Consejo Asesor de Cibervoluntarios y forma parte del consejo del Cluster de Ciberseguridad del Ayuntamiento de Madrid. Trabajó en medios como El País y Radio Nacional de España y fundó el diario digital bez.es. Fue asesor del gabinete del secretario de Estado de Comunicación del Gobierno de España y responsable de comunicación del Plan Avanza para el impulso de la sociedad de la información. Es licenciado en Ciencias de la información y ha realizado Programas Directivos en Inteligencia Artificial por la UNIR y en Transformación digital por el Instituto de Empresa. Es fellow de la German Marshall Fund y miembro de VIA Círculo Jefferson, la asociación de alumnos del Programa de Liderazgo de Visitantes en EEUU.

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