23 de noviembre de 2017
por
César Alierta
Telos (τέλος) en griego significa propósito, meta, fin último. Tal y como se definía en su primer número, el propósito con el que nació la revista TELOS era convertirse en un instrumento para la reflexión sobre las Tecnologías de la Información y la Comunicación y para el análisis de su impacto en la sociedad. Desde 1985, el panorama ha experimentado una transformación radical, que se refleja en la distancia que hay entre el teletexto, una novedad que se recogía en el primer número, hasta los efectos de las redes sociales sobre los jóvenes, que es el argumento central del número 107.
Durante más de 30 años, TELOS ha impulsado el debate sobre la comunicación desde una perspectiva multidisciplinar, atendiendo a sus aspectos tecnológicos, económicos o culturales; levantando acta del presente, pero con la mirada siempre puesta en el futuro, sin eludir el reto que supone hacer prospectiva en un entorno que cambia de manera acelerada. Sus páginas se han hecho eco de los avances que en estos años han redefinido nuestro planeta: la paulatina omnipresencia de la televisión, las nuevas expresiones artísticas en los espacios urbanos, la irrupción de los dispositivos móviles, o los problemas que para la privacidad plantea Internet; han mostrado las oportunidades y las amenazas que la economía digital brinda para el empleo; han abordado cuestiones asociadas a la universalización de la Red, como son la ampliación de los derechos de ciudadanía, la igualdad de género o las nuevas formas de participación política; han reflejado los avances en la gestión de los servicios públicos, en la aparición de las smart cities, en el desarrollo de las técnicas de big data.
TELOS ha seguido esta evolución manteniendo un alto nivel de exigencia científica y adelantándose a los patrones de comunicación de cada momento.
El compromiso con la actualidad y la voluntad de anticipación están en el origen de la nueva etapa que ahora iniciamos. Nuestro objetivo es mantener la solidez académica de la revista, el rigor de sus análisis, ampliando su enfoque para dar cabida a la investigación de vanguardia, a los conflictos sociales y a las nuevas manifestaciones de la cultura del siglo XXI.
Coherencia en los contenidos, pero también en la forma. Por eso hemos cambiado el formato de la publicación para hacerlo más dinámico, más accesible y atractivo, mejor adaptado a unos mensajes que demandan una presentación poco convencional. Aspiramos a llegar a más lectores, especialmente a los jóvenes, y a mostrar de manera comprensible los desafíos que tiene ante sí la sociedad contemporánea. A mantener vivo, en suma, ese propósito que animó la creación de TELOS.
Asistimos a un proceso de cambios de una intensidad y una aceleración únicas en la historia de la humanidad. Cambios que se manifiestan con más intensidad en el ámbito de la tecnología, pero que alcanzan a todos los órdenes de la sociedad y han modificado el tipo y la amplitud de nuestras relaciones sociales, nuestros hábitos de consumo, la forma en que producimos bienes y servicios, la manera en que nos comunicamos y hasta el ejercicio del poder o los mecanismos de participación política.
En coherencia con este tiempo de cambios disruptivos, de promesas y contradicciones, abordamos una transformación radical. Queremos dar cabida a todos los aspectos relacionados con los cambios que afectan a la sociedad actual. Para ello, buscaremos el equilibrio entre las aportaciones de profesionales de sólida reputación y autores nuevos, que ofrezcan visiones diferentes de cada asunto.
TELOS se transforma. Moderniza su diseño, se despliega en el entorno digital con una nueva página web, viva, participativa y con contenidos nativos que complementan al papel y se abre a nuevos temas y a un espectro más amplio de lectores. Y todo, con el compromiso fiel con el análisis riguroso y el mismo empeño por anticipar futuros posibles que han caracterizado sus 107 primeros números.
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