31 de marzo de 2020
por
Julio Linares
En el momento de realizar esta reflexión todavía no nos hemos enfrentado con el pico de la terrible pandemia, no hemos experimentado lo más preocupante y exigente de la correspondiente crisis sanitaria y no hemos, tan siquiera, iniciado las acciones para recuperar su tremendo impacto económico.
Por lo tanto, podría pensarse que todavía es muy pronto para meditar sobre lo ocurrido, aprender de los aciertos y los errores y sacar conclusiones que nos ayuden a desarrollar un nuevo proyecto de futuro ilusionante. Sin embargo, en algunos ámbitos, más concretamente en el de la digitalización, han ocurrido hechos que merecen ser destacados:
Esta relación no exhaustiva de hechos concretos ilustra con suficiente elocuencia el enorme avance producido en la digitalización, haciendo posible lo que antes nos parecía difícil o, incluso, imposible.
Evidentemente, nada es comparable a la labor heroica del sector sanitario y de otros sectores esenciales. Pero, a otro nivel, también debemos reconocer que la tecnología nos está aportando mucho y debemos valorarlo.
El uso de las tecnologías ha quedado consagrado de una forma definitiva
Muchas veces debatimos sobre la conveniencia del ritmo al que deben realizarse algunas innovaciones, sopesando sus ventajas y sus inconvenientes y, quizá, poniendo un énfasis excesivo en estos últimos.
Lamentablemente, circunstancias como las actuales nos han empujado decididamente a tener que abrazar la digitalización sin cortapisas, al tener que aceptarla como la única opción posible que, de repente, se ha convertido en una obligación, en una necesidad. El uso de las nuevas tecnologías ha quedado consagrado de una forma definitiva.
Afortunadamente, disfrutábamos de una gran democratización tecnológica y veníamos preparándonos y disponíamos de conocimientos y medios suficientes para poder acelerar instantáneamente el proceso de digitalización, de forma tal que en pocos días ha avanzado espectacularmente y con gran intensidad.
Esta aceleración instantánea de la digitalización nos ha permitido distinguir entre los recelos que teníamos hasta ahora, que eran consecuencia de nuestra resistencia al cambio, de los que estaban fundamentados. Los primeros han desaparecido como por arte de magia, mientras que los segundos los hemos tenido que resolver tomando rápidamente las decisiones y las acciones necesarias. Sin darnos cuenta hemos roto y superado muchas barreras que frenaban nuestra transformación digital y nos hemos hecho digitales, habiendo saltado por encima de todos los debates. Este cambio de actitud frente a la digitalización, irreversible, ya es en sí mismo muy positivo para nuestro futuro, pues podría decirse que el coronavirus nos ha vacunado para afrontar la digitalización.
Las tecnologías digitales están siendo absolutamente indispensables para hacer frente a los difíciles momentos actuales y seguirán siendo imprescindibles para abordar nuestro nuevo futuro, incluso en circunstancias normales y, sobre todo, para que puedan ayudarnos de nuevo a enfrentarnos en mejores condiciones a eventuales nuevos imprevistos.
Las Comunicaciones Avanzadas (fibra óptica, 4G y 5G) y la inteligencia artificial son nuevas tecnologías que nos han ayudado ahora mucho y cuyo uso debemos seguir potenciando y evolucionando, junto con muchas otras, para el futuro.
Obviamente, todas las innovaciones que desarrollamos de buena fe tienen siempre muchas repercusiones positivas. Pero, también, pueden tener algunos usos no deseables o impactos negativos.
Las tecnologías digitales no son una excepción y debemos seguir potenciando que ayuden a:
Pero, al mismo tiempo, debemos abordar los posibles inconvenientes de su utilización, afrontando responsablemente los eventuales riesgos y actuando en consecuencia para:
Debemos prepararnos para un futuro inmediato en el que las nuevas tecnologías se utilizarán con mucha más intensidad de lo que ahora se utilizan en nuestras vidas, en cómo trabajamos, en cómo compramos, en cómo aprendemos, en cómo nos relacionamos o en cómo nos divertimos.
Hoy, más que nunca, podemos estar seguros de que seremos verdes y digitales o no seremos
Las nuevas tecnologías otorgan mucho poder a quienes las lideran para orientar el futuro. Sus seguidores ya no tendrán la misma capacidad de influencia. Debemos fortalecer nuestra posición en innovación de nuevas tecnologías, selectivamente y de acuerdo con nuestras circunstancias, capacidades y fortalezas, para poder desempeñar un papel más activo y relevante en nuestra contribución en la ejecución de nuestra visión de futuro.
Teníamos identificada la descarbonización como una gran prioridad y ahora hemos puesto al mismo nivel la digitalización. Un futuro descarbonizado es un futuro digital.
Hoy, más que nunca, podemos estar seguros de que seremos verdes y digitales o no seremos.
Construyamos ese futuro juntos para crear una sociedad más justa en un mundo mejor, capaz de afrontar retos sin precedentes como los que actualmente estamos viviendo.
Presidente de la comisión de Sociedad Digital de la patronal CEOE y miembro del patronato de Fundación Telefónica
Presidente de la comisión de Sociedad Digital de la patronal CEOE y miembro del patronato de Fundación Telefónica
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