3 de diciembre de 2019
por
Marisol Schultz
[ ILUSTRACIÓN: ESTELÍ MESA ]
Promover el libro y la lectura es una tarea fundamental y civilizadora. Esta idea fue la base sobre la cual comenzó a construirse la Feria Internacional del Libro de Guadalajara: un espacio único en su tipo con la peculiaridad de ser tanto una cita para los actores que componen la cadena del libro —escritores, traductores, correctores, bibliotecarios, libreros, promotores de lectura, ilustradores, editores, agentes de derechos, diseñadores y un largo etcétera— como un lugar donde los amantes de la lectura y los libros pueden no solo encontrarse con sus autores predilectos, sino también sumergirse en un gran festival del conocimiento y la cultura que, cada año, cuenta con una ciudad, región o país invitado de honor.
La FIL, como se le conoce con cariño, fue fundada en 1987 por la Universidad de Guadalajara. Como editora, la he visitado desde su primera edición, participando tanto en las jornadas para profesionales o presentando libros en algunos de los muchos salones.
Desde 2013, tengo el enorme orgullo de dirigirla, con el apoyo fundamental de un gran equipo de trabajo, y puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que cada edición ha superado, con creces, a la anterior.
Nadie imaginaba que, treinta y dos años después, esta feria que en un principio albergó apenas a treinta y ocho editoriales y que nacía en medio una crisis económica, en un país marcado por el centralismo y con bajos índices de lectura, sería hoy considerada un punto de reunión imprescindible para el mundo editorial en español, una plataforma de intercambio con las industrias editoriales de otras lenguas y un importante generador de ingresos para el área metropolitana de Guadalajara, con una derrama anual, durante nueve días, de más de 400 millones de pesos (18,4 millones de euros) tan solo en los rubros de ocupación hotelera, servicios de viajes y restauración.
Gracias a la FIL, cientos de miles de personas han tenido la oportunidad de adentrarse en otras culturas, otros idiomas, otras literaturas y otras visiones del mundo
En 2018, la FIL Guadalajara convocó a 20.000 profesionales del libro y a dos mil casas editoriales de 47 países. Más de 800 autores, científicos y pensadores de todo el mundo se dieron cita en este encuentro, que recibió a más de 818.000 personas y sumó 210 foros literarios y 620 presentaciones de libros. Cifras más, cifras menos, lo cierto es que los más de catorce millones de asistentes que han tenido la oportunidad de vibrar con alguna de las ediciones de esta fiesta de la cultura, las letras y el conocimiento, reconocen que no existe ninguna otra feria de libro que se le compare.
Durante nueve días, desde el último fin de semana de noviembre al primer fin de semana de diciembre, la FIL se materializa en Expo Guadalajara, aunque su presencia se extiende por toda la ciudad ocupando recintos como el Instituto Cultural Cabañas —Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco—, el Museo de las Artes y el novedoso Conjunto Santander de Artes Escénicas de la Universidad de Guadalajara. Los lectores tapatíos la esperan todo el año como una fecha marcada de manera muy especial en su calendario, con la inquietud de descubrir sus novedades, pues ninguna edición es igual a la anterior. Los editores y los autores, por su parte, saben que estar en Guadalajara es cerrar su año con broche de oro.
La FIL Guadalajara ha apostado fuerte por la profesionalización de los actores del mundo del libro, con foros especializados y diversas plataformas para los negocios editoriales, pero son los lectores el eje fundamental de nuestra Feria: son ellos quienes hacen vibrar nuestros salones y los más de 43.000 metros cuadrados de la FIL. Al ser organizada por la Universidad de Guadalajara, la feria integra también actividades académicas con temas especializados, lo que nos convierte también en un gran festival del pensamiento y la reflexión, que ha contado con la presencia destacada de algunas de las mentes más brillantes del mundo contemporáneo.
La promoción de la lectura es uno de los pilares de la FIL, porque sin lectores no hay demanda de libros. Desde sus primeras administraciones, la feria reconoció la importancia de generar mayor interés por la lectura y el libro entre el público asistente, creando espacios para los lectores en formación, como el área denominada FIL Niños, e incluyendo en su programación actividades dirigidas a los jóvenes; promoviendo a los autores consagrados y creando plataformas para dar a conocer a los autores noveles ante el gran público.
Son muchas las generaciones que han crecido con la FIL. Los pequeños que ayer conocieron la Feria al visitar FIL Niños son hoy los padres que llevan a sus hijos a participar en los talleres de formación a la lectura o a disfrutar del área de exposición y del foro de espectáculos para el público infantil. Tan solo en la edición pasada, FIL Niños fue visitada por más de 184.000 personas, donde se realizaron alrededor de 1.500 actividades para niños de entre tres y doce años de edad.
Año tras año, los jóvenes abarrotan los pasillos y salones de la FIL Guadalajara. Escuelas secundarias y bachilleratos del área metropolitana de Guadalajara, de otros municipios de Jalisco y estados colindantes acuden a este encuentro. Con la finalidad de sembrar la afición por la lectura entre ellos, la FIL ha creado contenidos específicos, atractivos e interesantes. Temas como las nuevas tecnologías, la sexualidad o la ciencia son expuestos en presentaciones de libros y en programas como Mil Jóvenes Con…, Ecos de la FIL, Cartas al Autor, el Encuentro Internacional de Booktubers 1 o La FIL también es Ciencia.
La FIL Guadalajara reconoce la importancia de ser una plataforma de proyección internacional para quienes apenas comienzan su carrera literaria y a lo largo de los años ha creado programas para catapultar a las nuevas plumas y, a su vez, que agentes literarios las descubran para promover su obra en otras latitudes e idiomas. Así, ha lanzado programas como el Encuentro de Novísimos Narradores, Los 25 secretos mejor guardados de América Latina, Ochenteros y, recientemente, Al ruedo: ocho talentos mexicanos. Así, la FIL ha sido una suerte de Celestina que ha logrado conectar a esas dos orillas fundamentales del libro: los lectores y los autores.
Desde 2013, cuando asumí la dirección de la FIL, me encontré con una estructura operativa bien engrasada, que funcionaba —y lo sigue haciendo— como maquinaría de reloj. Abonar a un evento exitoso, que al parecer ha conseguido todos los logros, puede parecer imposible, pero siempre se le puede devolver a esta feria un poco de lo mucho que nos ha dado. En los últimos años, hemos apostado por incrementar la relevancia, el reconocimiento y el prestigio internacional de la FIL, construyendo espacios especializados como nuestro exitoso Salón del Cómic + Novela Gráfica o Libros al Gusto, dedicado a las letras y el arte gastronómico.
La FIL Guadalajara ha apostado fuerte por la profesionalización de los actores del mundo del libro
En nuestras seis ediciones más recientes, la feria ha llegado cada vez más lejos, convirtiéndose en una puerta hacia la ciudadanía del mundo. Gracias a la FIL, cientos de miles de personas han tenido la oportunidad de adentrarse en otras culturas, otros idiomas, otras literaturas y, por ende, otras visiones del mundo. Así, en los últimos años hemos tenido como invitados de honor a Israel, Reino Unido, América Latina, Madrid y Portugal, que en 2018 nos brindó una impresionante muestra de sus letras y su cultura. En 2019 recibimos a India como país Invitado de honor, seguros de que su presencia iluminará y sorprenderá a nuestros visitantes. Para 2020, el emirato de Sharjah y la cultura árabe serán nuestros invitados.
La FIL ha tenido tres grandes etapas en su vida: su lanzamiento, en 1987; la inclusión de un Invitado de Honor —el primero fue Colombia, en 1993— y la ampliación, en 2008, del área de exposición. Desde 2016, cuando celebramos a toda América Latina por nuestra edición número 30, la Feria se encuentra en una fase de internacionalización, con el objetivo de llevar el nombre de Guadalajara a otras latitudes y que más países o regiones de habla no española sean nuestros invitados honor y se enamoren de la FIL y sus lectores. Al inicio de este artículo escribí que la Feria comenzó a construirse hace 32 años. Esto porque nuestra FIL, la FIL de todos, es y será una obra en construcción permanente, atenta a los nuevos paradigmas del mundo editorial, con la idea de fortalecer el panorama literario de los países de habla española y pensado siempre en los lectores, beneficiarios últimos de nuestro trabajo.
1Booktubers hace alusión a la comunidad de creadores de contenido en YouTube que suben vídeos dando opiniones y/o recomendando libros que han leído.
Es la directora de la FIL Guadalajara desde 2013. Durante 17 años trabajó en Grupo Santillana, donde fue editora ejecutiva y directora editorial. Fue editora de autores como Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, José Saramago y Mario Benedetti.
Ver todos los artículosEs la directora de la FIL Guadalajara desde 2013. Durante 17 años trabajó en Grupo Santillana, donde fue editora ejecutiva y directora editorial. Fue editora de autores como Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, José Saramago y Mario Benedetti.
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