2 de junio de 2025

C

Construyendo un entorno digital seguro para los menores

por Juan Luis Redondo
Isabel María Álvaro
Ilustrador Van Saiyan

Dentro de sus compromiso en la protección digital de los menores y ante los riesgos a los que se enfrentan en la actualidad, Telefónica propone la adopción de un enfoque de adaptación al cambio basado en el diseño y uso responsable de los dispositivos y servicios digitales, así como en el apoyo a la sensibilización y formación de familias, docentes y menores.

 

Panta rei, nada permanece. Hace más de 2.500 años, este pensamiento marcó el inicio de la toma de consciencia sobre la transformación continua en la que se encuentran sumidos el ser humano y el mundo en el que habita. Simple en apariencia, esta idea ha trascendido eras, afianzando que lo único constante a lo largo de la historia es el cambio. 

Paradójicamente, la resistencia al cambio es uno de los rasgos que caracteriza al comportamiento humano. Una reticencia integrada ante nuevas incógnitas y paradigmas que empaña nuestra visión del futuro.

En la era actual, el mayor cambio que estamos experimentando es la digitalización. Las nuevas tecnologías y servicios digitales han transformado profundamente nuestras dinámicas sociales y económicas, generando nuevos modelos de interacción, aprendizaje o trabajo. El impacto de esta transformación es especialmente palpable en las generaciones más jóvenes que se han desarrollado en la era digital. 

Niños, niñas y adolescentes tienen un estilo de vida estrechamente ligado con el mundo digital, siendo el manejo de la tecnología algo aparentemente intuitivo para ellos. Esta nueva realidad de los jóvenes en la era digital muchas veces entra en conflicto con la nostalgia de las generaciones híbridas que han vivido gran parte de su vida en la era analógica, siendo para ellos difícil concebir —o incluso aceptar— este cambio. No obstante, la esencia de las dinámicas sociales y académicas de las nuevas generaciones son similares, pero se realizan desde un plano diferente: 

Antes, las interacciones no presenciales se realizaban a través del teléfono fijo o plataformas de mensajería como Messenger; las lecciones se impartían a través de una variedad de libros; y la visión de la imagen corporal se regía por las revistas.

Ahora, las relaciones se establecen o mantienen a través de dispositivos digitales y aplicaciones móviles como WhatsApp; las clases se apoyan en herramientas digitales y múltiples recursos en internet; y las tendencias estéticas se definen a través de las redes sociales. 

Asimismo, se percibe un mayor número de riesgos a los que están expuestos los jóvenes. Aun cuando el tipo de situaciones de riesgo sean similares, su alcance y velocidad de transmisión son notablemente mayores.

Antes, el acoso escolar o sexual estaba limitado por la presencialidad; los estudiantes se evadían de la lección a través de la imaginación; y la imagen corporal se dictaba a largo plazo por las tendencias del momento. 

Ahora, las personas que ejercen acoso pueden hacerlo en cualquier momento, desde cualquier lugar y a cualquier persona; los estudiantes se evaden navegando en la web o interactuando en aplicaciones de mensajería; y las tendencias estéticas fluctúan casi mensualmente, generando ideales inalcanzables. 

En suma, como sociedad debemos sin duda apostar por la adaptación al cambio. La solución no se encuentra en la negación de la tecnología, sino en la creación de un entorno que garantice la protección de niños, niñas y adolescentes en el nuevo entorno digital.

Transformación sin igual

Para trazar un enfoque de adaptación efectivo a los cambios introducidos por la digitalización, es preciso entender el contexto en el que nos encontramos.

Antes de nada, hay que comprender que la magnitud del impacto que ha tenido internet era inimaginable en sus inicios. Internet —o, más bien, Arpanet— tenía inicialmente un propósito de comunicación y acceso a la información para actividades militares y académicas. No fue hasta principios de los 90, con el desarrollo del World Wide Web (www), que internet se popularizó entre toda la población. 

Primer punto de inflexión: la introducción de la web 2.0

La primera versión de internet, la web 1.0, era estática; solo ofrecía información y no había opción de interacción entre los usuarios. No fue hasta mediados de la década de los 2000 que internet evolucionó a un modelo más dinámico: la web 2.0, caracterizada por la creación y difusión de contenido generado por los propios usuarios. Pese a ser un espacio abierto más interactivo y colaborativo, la participación de los usuarios dependía del poder adquisitivo para comprar un ordenador y la disponibilidad de conectividad. 

Con el paso de los años, la democratización del acceso a nuevos dispositivos y las mejoras en calidad y velocidad de conexión ha generado una mayor base de usuarios, entre los que se encuentran niños, niñas y adolescentes. De este modo, el contenido y las interacciones en internet se han hecho más diversas y frecuentes, y el entorno en línea se ha vuelto más complejo. 

Segundo punto de inflexión: el smartphone

En 2007, Apple lanzó el primer iPhone, una innovación que amplió enormemente las capacidades básicas de los dispositivos móviles. Los usuarios pasaron de las llamadas y los mensajes de texto a un nuevo mundo de aplicaciones digitales que permitían acceder desde la palma de la mano a una gran variedad de actividades —como la publicación de contenido, la visualización de vídeos, el acceso a la cuenta bancaria o las compras online—. Esta innovación de Apple fue replicada por otras compañías en poco tiempo, generando una gran oferta de smartphones cada vez más asequibles para los usuarios. En 2024, alrededor del 56 % de la población poseía uno. 

Dada la familiaridad de las generaciones más jóvenes con el smartphone desde edades tempranas, conciben esta herramienta como un elemento más de su vida que les permite participar en sus actividades sociales. Según un estudio de Ofcom realizado en Reino Unido, nueve de cada diez niños tiene un smartphone a los 11 años. 

Tercer punto de inflexión: la segunda generación de redes sociales

Aunque durante la última década su popularidad ha aumentado considerablemente, las redes sociales han estado presentes en internet desde sus inicios. La primera plataforma reconocida como red social fue SixDegrees.com, lanzada en 1997. Poco tiempo después surgieron otras páginas web como Meetup.com, Friendster, MySpace y Facebook, conformando lo que puede denominarse como “la primera generación de redes sociales”. Las funcionalidades y la base de usuarios de estas plataformas eran limitadas, por lo que su influencia no era muy elevada. 

A principios de la década de 2010, emergió “la segunda generación de redes sociales”, protagonizada por Instagram, Pinterest, Vine y Musical.ly —renombrada como TikTok a finales de esa misma década—. Esta segunda generación se apoyó en contenidos más visuales —como imágenes y vídeo—, siendo más atractivas para la población. Con el tiempo, la base de usuarios aumentó, especialmente el segmento de las generaciones más jóvenes que han crecido en el entorno digital. 

Cuarto punto de inflexión: la inteligencia artificial generativa

En 2022, OpenAI sorprendió al mundo con ChatGPT, una plataforma de inteligencia artificial generativa (IA Gen) disponible de forma gratuita para todos los usuarios de internet. El éxito de esta plataforma mostró los avances en comprensión y generación del lenguaje natural, e impulsó una ola de innovación que ha dado lugar a multitud de plataformas de IA Gen con diversas funcionalidades ligadas a la generación de texto o la creación de imágenes o vídeos. 

La llegada de la IA no solo ha impactado en el desarrollo y nuevas oportunidades para niños y adolescentes, sino también en los riesgos que afrontan

Como era de esperar, las nuevas generaciones digitales, altamente familiarizadas con la tecnología, incorporaron rápidamente la IA Gen en sus actividades. Esta nueva tecnología ha pasado a ser una herramienta con la que resolver dudas académicas o desatar su creatividad mediante la producción de imágenes y vídeos. 

Retos pendientes

Este nuevo contexto no solo ha impactado en el desarrollo y nuevas oportunidades para niños, niñas y adolescentes, sino también en los riesgos que afrontan. Telefónica es consciente de los desafíos que enfrentan los jóvenes, y de la necesidad de actuar para mitigarlos. Por eso, Telefónica tiene un papel activo en la protección de los menores online desde hace dos décadas. 

Los inicios del compromiso de Telefónica con la protección de menores en el entorno online se remontan al año 2005, cuando participó en la conferencia organizada por la Comisión Europea sobre los riesgos del uso de móviles por menores. En el año 2025 hemos renovado este compromiso intentando comprender mejor los retos, proponiendo soluciones efectivas que garanticen un entorno digital seguro para los menores y proporcionando nuevas herramientas que ayuden a padres y educadores a crear este entorno digital seguro. 

El resultado de este proceso ha sido el establecimiento de cinco categorías de riesgos: (1) acceso de los menores a contenido inapropiado, dañino u ofensivo; (2) vulnerabilidad de los menores frente a interacciones online; (3) el impacto de las redes sociales; (4) la distribución de contenido sexual de menores online; y (5) el uso no responsable de dispositivos digitales en las aulas.

El modelo abierto y participativo de la web 2.0 no se desarrolló junto a filtros que supervisasen la adecuación del contenido publicado a las edades de los diferentes usuarios. Pese a que esta falta de filtros no era relevante en sus comienzos, ahora se ha demostrado que son necesarios. Los jóvenes navegan libremente por internet, siendo frecuente para ellos encontrarse con contenido ilegal, inapropiado, dañino u ofensivo. 

Adicionalmente, los usuarios tienen cada vez más interacciones online, algunas de las cuales no son siempre positivas o recíprocas. Los niños, niñas y adolescentes son más vulnerables ante estas, con un impacto negativo en su desarrollo social y salud mental. En paralelo, han normalizado la inclusión de personas desconocidas en las comunidades digitales, lo que fomenta el contacto y la construcción de relaciones con terceros en internet que pueden no tener buenas intenciones. 

Análogamente, las redes sociales se han convertido en un elemento central de la actividad social de las nuevas generaciones. Los jóvenes son altamente activos en estas plataformas, dedicándoles gran parte de su tiempo. Esto hace que sean particularmente vulnerables a su influencia en tendencias o estilo de vida, impactando en su desarrollo emocional y social, así como en la generación de expectativas.

Los jóvenes son vulnerables a la influencia de las RR. SS. en tendencias o estilo de vida, repercutiendo en su desarrollo emocional y social

Por otro lado, a nivel mundial, las denuncias sobre material de abuso sexual en internet han aumentado un
87 % en la última década, alcanzando los 32 millones en 2023. Lejos de disminuir, se anticipa que la cantidad de contenido sexual de menores distribuido online continuará aumentando, en parte debido al avance de tecnologías como la inteligencia artificial. 

Finalmente, los dispositivos y aplicaciones digitales no solo ofrecen a los alumnos una experiencia de aprendizaje más dinámica y atractiva, sino que también fomentan competencias tecnológicas imprescindibles para su participación en una sociedad y vida laboral cada vez más digital. No obstante, un uso poco responsable y sin intencionalidad pedagógica puede llevar a los estudiantes a distraerse, obstaculizando la materialización de los beneficios de la digitalización e, incluso, su aprendizaje.

Considerando el contexto, y con la vista puesta en la protección de las nuevas generaciones en el mundo digital, desde Telefónica proponemos la adopción de un enfoque de adaptación al cambio basado en diseño y uso responsable de los dispositivos y servicios digitales.

Telefónica propone la adopción de un enfoque de adaptación al cambio basado en el diseño y uso responsable de los dispositivos y servicios digitales

Para abordar este desafío, son necesarios una mirada diferente y un mayor compromiso por parte de todos en el diseño y uso responsable de la tecnología. Ya no es suficiente con plantear la necesidad de impulsar un uso responsable de la tecnología basado en la concienciación, la educación y la formación. 

En la nueva situación, es preciso que las empresas tecnológicas, los fabricantes y los proveedores de tecnología proporcionen herramientas adecuadas a los usuarios que hagan más sencillo el uso responsable. Adicionalmente, es fundamental que los menores, las familias y los docentes reciban apoyo a través de acciones de sensibilización, recursos y formación sobre la importancia y las formas de hacer un uso crítico e inteligente de la tecnología. 

Igualmente, es imprescindible que, al diseñar cualquier tecnología, servicio o contenido, se tenga en cuenta el uso por parte de los menores, de forma que el diseño haga posible el uso responsable. El diseño responsable se convierte por tanto en una parte crítica de la propuesta de creación de un entorno digital seguro para los menores y debe complementar al uso responsable. Esta propuesta debe sustentarse en la cooperación, en una diferenciación clara de las responsabilidades y en la búsqueda de un equilibrio entre la regulación y la educación. 

Estas propuestas están recogidas en un documento de posicionamiento, y resumidas en un decálogo con los 10 elementos que consideramos clave para crear un entorno digital seguro para los menores. 

 

Decálogo Fundación Telefónica

 

Confiamos en que, mediante este enfoque, lograremos construir un entorno digital seguro para niños, niñas y adolescentes.

Desde Telefónica, queremos contribuir de forma decidida a la protección de los menores online. Continuaremos innovando en nuestras soluciones digitales con vistas a incrementar la protección de los menores en el entorno digital. Además, seguiremos apoyando y desarrollando acciones que contribuyan a una mayor concienciación y formación de menores, docentes y familias en el uso responsable de la tecnología. 

Entre todos, podemos construir un futuro digital seguro para los menores.

Bibliografía

Gill, S. How Many People Own Smartphones in the World? (2024-2029). Priori Data, 2025. Disponible en: https://prioridata.com/data/smartphone-stats/ 

Lara, A. How the Online Safety Act will help to protect children. Ofcom, 2024. Disponible en: https://www.ofcom.org.uk/online-safety/protecting-children/how-the-online-safety-act-will-help-to-protect-children

Telefónica (2025): Construyendo un entorno digital seguro para los menores. Hacia un diseño y uso responsable de los dispositivos y servicios digitales. Disponible en: https://www.telefonica.com/es/nosotros/politicas-publicas-y-regulacion/posicionamiento/proteccion-de-menores-entorno-digital

WeProtect Global Alliance (2023): “Alarming escalation in child sexual abuse online revealed by Global Threat Assessment 2023”. Fourth Global Threat Assessment Report. Disponible en: https://www.weprotect.org/wp-content/uploads/Global-Threat-Asssesment-2023-Press-Release.pdf

Portada TELOS 127 - Generación Alfabeta

Artículo publicado en la revista Telos 127


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Autor

Director del área de Políticas Públicas en Telefónica. Vice-Chair de ICC Global Digital Economy Commission y Vice-Chair de Business at OECD (BIAC) Governance and Regulatory Policy Committee. Profesor Asociado en la Escuela de Ingeniería Superior de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid.

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Junior Manager de Políticas Públicas Digitales en Telefónica, siendo sus áreas de experto Sostenibilidad y Protección de menores. Como miembro de IGF Youth Spain, ha participado en diversas iniciativas que buscan dar voz a los jóvenes sobre los temas que definirán su futuro digital.

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