“Estamos ante una forma posmoderna de censura que, al menos inicialmente, no tiene su origen, como era habitual, en el Estado, el partido o la Iglesia, sino que emana de una fuerza líquida o gaseosa, hasta cierto punto indefinida, relacionada con la sociedad civil. Pero no por ello menos eficaz, destructiva y temible”. Actualmente, vivimos en una globalizada “sociedad de la información” en la que las noticias falsas y la desinformación se han instalado en nuestro día a día. Este fenómeno va unido a otros dos que definen nuestro tiempo: la corrección política y la posverdad, que ponen de manifiesto la rotura de la racionalidad. “Ambas impregnan y pervierten el discurso de políticos, medios de comunicación y redes sociales, y afectan las relaciones personales y profesionales e incluso la creación, la investigación y las expresiones artísticas”, define el autor en este libro que, además, ha sido Premio Francisco Umbral al libro del año.