El trabajo define quiénes somos. Determina nuestro estatus y dicta cómo, dónde y con quién pasamos la mayor parte del tiempo. Influye en nuestra autoestima y moldea nuestros valores. Pero, ¿estamos predestinados a trabajar tanto? ¿Vivían nuestros antepasados para trabajar y trabajaban para vivir? ¿Cómo sería un mundo en el que el trabajo desempeñara un papel menos importante? Buscando respuesta, el antropólogo James Suzman traza una historia del “trabajo” desde los orígenes hasta nuestro presente. Basándose en la antropología, la arqueología, la biología evolutiva, la zoología, la física y la economía, demuestra que nuestros antepasados trabajaban mucho menos. Y que nuestra cultura contemporánea del trabajo tiene sus raíces en la revolución agrícola de hace 10.000 años. Sostiene que estamos en un momento histórico de transformación similar, donde la automatización podría revolucionar nuestra relación con el trabajo y dar paso a un futuro más sostenible y equitativo.