¿Por qué parece que el tiempo libre ha desaparecido? Al llegar a casa tras el trabajo, en lugar de encontrar descanso, nos enfrentamos a interminables tareas domésticas y de cuidado. A raíz de la crisis del capitalismo global y la aceleración tecnológica, han surgido propuestas para reducir la jornada laboral, pero estas suelen centrarse en trabajos asalariados masculinos, ignorando las labores de reproducción social que recaen principalmente en las mujeres. Helen Hester y Nick Srnicek examinan cómo, a pesar de los avances tecnológicos en el hogar —desde la llegada del agua corriente y los electrodomésticos hasta las “casas inteligentes” y la externalización de tareas mediante plataformas—, la carga del trabajo doméstico sigue siendo una constante. Esta paradoja revela que, sin un cambio en el imaginario social y en las relaciones que guían la creación de tecnologías, los avances no serán suficientes para liberar tiempo.