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Discusión, interpelación y activismo sociopolítico


Por Elaine Díaz Rodríguez

Se sistematizan los presupuestos teóricos que asisten a los estudios sobre debate público en los blogs. Se refieren las características principales de la ‘blogosfera' cubana en el actual contexto tecnológico y sociopolítico. Se examinan críticamente las condiciones de posibilidad para la expresión pública, los tópicos distintivos del debate y los resultados fundamentales de procesos de debate público en el entorno referido.

Debido a su carácter dialógico e interactivo, los blogs han sido considerados componentes de una nueva cultura on line (Ackland, 2005) y plataformas ideales para el debate desde la ciudadanía (Dahlberg y Sahlgren, 2010; Sibanda, 2006).

Los blogs son «páginas personales o grupales que permiten publicar en la web cualquier información, de manera fácil y sin elevados conocimientos técnicos, estructurada en orden cronológicamente inverso (lo más reciente aparece encima) y que facilitan la construcción de conexiones sociales significativas o comunidades virtuales alrededor de cualquier tema de interés» (Díaz, 2008, p. 51).

Los blogs como escenario de debate público

La construcción discursiva en la ‘blogosfera’ responde a una mixtura de las posibilidades específicas de la plataforma y la reapropiación de estas para la generación de nuevas dinámicas sociales. La combinación de las rutinas de edición y las expectativas de los usuarios dibujan una práctica que establece un nuevo formato de expresión pública. Esta lógica reclama el involucramiento activo de los autores en la publicación de contenidos desde posturas dialógicas y el establecimiento de relaciones sociales entre los sujetos (Albrecht, Lübcke y Hartig-Perschke, 2009).

Aunque los blogs no cumplen estrictamente los requisitos de un nuevo espacio para el debate público inclusivo (Papacharissi, 2002), pueden contribuir a la discusión pública mediante la incorporación de nuevas informaciones y puntos de vista en una conversación existente (Yun et al., 2013). En la actualidad, los blogs juegan un papel cada vez más importante como foros de debate público y su incidencia se extiende hasta los medios de comunicación, los políticos y la política en general (Farrell y Drezner, 2008). De acuerdo con la investigadora Anidelys Rodríguez (2012), las prácticas comunicativas en los blogs pueden generar otra gramática de incorporación de sentido, una comunicación trascendente que satisfaga necesidades comunicativas y humanas desatendidas por el sistema dominante. Al visibilizar los discursos marginados por el poder y ofrecer un espacio favorable a la deliberación y la toma de decisiones, el blog cobra valor como espacio de confrontación. Además, provee a la ciudadanía de un medio donde ejercer sus derechos de participación política al integrarse e influir sobre la circulación informal de la opinión pública, en un juego interdependiente con la formación institucionalizada de la opinión y de la voluntad política.

Otros autores (Blood, 2002) añaden que los blogs dotan a las personas de las habilidades necesarias para el debate cara a cara. La reflexión interna y el proceso argumentativo que atraviesa la construcción discursiva del post añaden cuotas de confianza a su creador para expresar opiniones más allá de su página personal. Paralelamente, el crecimiento de los blogs ha contribuido a la ampliación y diversificación de las voces en la esfera pública.

En su artículo ‘Blogs and bullets. New media in contentious politics’, Aday et al. (2010) identifican cinco niveles fundamentales en los que inciden los llamados ‘nuevos medios’ y que resultan de interés para el análisis de los blogs como componentes del espacio de debate público en red. Estos son: la transformación individual, las relaciones intra e intergrupales, las acciones colectivas, las políticas públicas nacionales y el llamado de atención externa. La relación entre los diferentes niveles se refuerza teniendo en cuenta que los cambios en las actitudes individuales pudieran suponer mutaciones en las posibilidades para la acción colectiva y la naturaleza de la atención externa.

Cambios en la acción colectiva

Los procesos de transformación individual mediados por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y, específicamente, por la edición de blogs, pueden culminar en el desarrollo de una conciencia crítico-emancipadora (Lezcano, 2012). El reconocimiento y la delimitación de condiciones de subordinación, el cuestionamiento de los patrones de poder existentes y la reclamación desde estos escenarios del espacio decisorio que les corresponde como ciudadanos favorece «el desarrollo de convicciones para la acción social. Así, se va construyendo toda una energía, un espíritu, una mística [favorable a] la emancipación» (Lezcano, 2012, p. 36).

Asimismo, los blogs contribuyen a enriquecer tanto la forma como los contenidos de los debates en el interior de los grupos sociales o incluso entre grupos sociales diversos. Varias investigaciones (Chin y Chignell, 2007) relacionan las propiedades estructurales específicas de las redes sociales formadas por las relaciones entre los ‘blogueros’ con el sentido de comunidad que experimentan los participantes de estas dinámicas (‘blogueros’, comentaristas y lectores en general). La formación de comunidades propicia la generación de conexiones positivas, la difusión de información y el establecimiento de contactos, aunque, como enunciaba Sunstein (2002), podría también generar contextos polarizados.

Estos escenarios comunicativos pueden incidir además en los modos en que los individuos y los grupos se organizan, protestan o adoptan otras formas de acción colectiva. Los medios sociales reducen los costes de la organización de las acciones colectivas, facilitan la comunicación y disminuyen la distancia física y social entre los sujetos. Su carácter reticular socava la organización jerárquicas o de arriba a abajo y genera nuevos movimientos horizontales (Aday et al., 2010).

Aday et al. (2010) agregan que los blogs contribuyen a transformar la estructura de oportunidad política mediante la creación de líneas de comunicación entre los gobiernos y los ciudadanos y permiten llamar la atención internacional sobre problemas locales. La transformación de las percepciones de los sujetos en torno a la distribución de la opinión en la sociedad implica el establecimiento de alianzas temáticas, políticas, etc.

Los estudios sobre la promoción de procesos de debate público desde la ‘blogosfera’ reflejan dos tendencias fundamentales: la primera apoya la opinión de que la ‘blogosfera’ revigoriza la democracia, funciona como un vehículo para extender la participación cívica (Kerbel y Bloom, 2005) y contribuye al planteamiento de un orden mundial de la información más democrático; la segunda visión sostiene que la ‘blogosfera’ simplemente ofrece opinión sin profundidad; por lo tanto, no fomenta una mejor argumentación, entendida como el proceso de razonamiento de manera sistemática en apoyo a una idea, acción o teoría. Como resultado, se produce un incremento de los enclaves y el atrincheramiento de las ideologías en pugna (Miller, 2004, citado por Dai, 2011).

De acuerdo con Sibanda (2006), los blogs tienen el potencial para perfeccionar el debate público y la cultura cívica, aunque usualmente no existe una discusión pública ideal caracterizada por un debate crítico-racional que conduce a ciertas formas de consenso y a la formación de la opinión pública en general. Este potencial puede realizarse plenamente cuando los debates trascienden el enclave de los blogs y se insertan en una dinámica mayor que incluye las agendas mediáticas y políticas.

Debate público y participación ciudadana en Cuba

Varios investigadores (Alba, 2009; Biddle, 2010; Duong, 2013; Geoffray, 2013; Henken, Voort y Biddle, 2013; Hoffmann, 2011) conceden a los blogs la ‘creación’ de un espacio, previamente ausente, de participación discursiva sobre y/o desde Cuba.

A menudo, los relatos producidos en las bitácoras son asumidos desde supuestos entusiastas que les atribuyen valores asociados a la fidelidad y exactitud de las realidades cubanas, acompañados de una visión pesimista de la producción comunicativa sobre el país en los medios de prensa nacionales e internacionales y en los espacios públicos para la deliberación y la participación ciudadana.

Sin embargo, la mayoría de estas pesquisas desconocen otros escenarios de contestación cultural y comunicativa que sirven de antecedentes al retrato cubano más auténtico -actualmente asociado al uso de Internet y las TIC- como las manifestaciones artísticas, los espacios urbanos y locales, las instituciones no estatales y los órganos del poder popular. Estos escenarios deliberativos forman parte de un sistema más complejo de (auto)representación ciudadana que trasciende la producción comunicativa desde los medios de comunicación y, específicamente, desde la prensa y que no se agota en los límites del Estado-nación.

Tras el triunfo de la Revolución -el sustantivo político más usado para nombrar la realidad cubana (Chaguaceda, 2008)-, la incitación al debate y a los mecanismos de consultas públicas hacían evidente una voluntad de socializar el poder en los diseños de participación popular del nuevo gobierno. La incorporación de la ciudadanía a la vida política del país estuvo mediada por la asunción acelerada de inéditos roles sociales y la creación de nuevos sistemas de creencias, ideas y valores (Somohano y Leyva, 2008). Para la afirmación de la participación popular durante estos años fundacionales resultó esencial la incorporación de las personas «a la militancia estructurada en organizaciones, con la apropiación y el control sobre la práctica política y sobre la palabra y con la socialización en valores provenientes de esta experiencia» (Guanche y Fernández, 2008, p. 63).

De 1960 a 1980

La década de 1960 fue testigo de un crecimiento explosivo de la sociedad civil cubana (Acanda, 2008). En estos años emergieron numerosas organizaciones políticas y de masas en aras de traducir la capacidad de movilización en protagonismo social y de canalizar el consenso establecido (Somohano y Leyva, 2008). Sin embargo, las formas de participación popular correspondientes a los tres primeros lustros de la Revolución tuvieron, en lo esencial, un carácter movilizativo-consultivo que dejaba traslucir una contradicción entre la propuesta inicial de socializar el poder y la concentración del mismo en una vanguardia político-revolucionaria (Somohano y Leyva, 2008).

La institucionalización iniciada a mediados de la década de 1970 incluyó la proclamación de la nueva Constitución de la República, el establecimiento de otra división político-administrativa y la creación de los órganos del poder popular. Además, se produjo la reorganización de la vida económica del país, el fortalecimiento de las organizaciones de masas y la restructuración del aparato del Estado y del Partido Comunista a todos los niveles (Duharte, 2000).

El ordenamiento constitucional cubano consagraba la participación en elecciones periódicas y referendos populares y la iniciativa legislativa como formas de participación directa de la ciudadanía (Guanche y Fernández, 2008). Dentro de los canales formales, el modo como se acogieron fórmulas del modelo soviético conllevó la adopción de ciertas posturas burocráticas limitantes de su efectividad, que determinaron que tanto la comunidad como su participación en los asuntos públicos quedaran estrictamente reglamentadas y sujetas a procedimientos con un fuerte sentido utilitario (Dilla, 1996, citado por Somohano y Leyva, 2008).

De 1980 a 2000

En la década de 1980, las instituciones y las relaciones políticas establecidas a mediados de los años setenta comenzaron a dar cuenta de insuficiencias y errores, algunos inherentes a los propios mecanismos internos de funcionamiento y otros derivados de la copia de elementos deformados del modelo eurosoviético. Todo ello inauguró el llamado ‘Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas’ (1986) como solución de continuidad y etapa de la transición al socialismo en Cuba.

Durante esta época se produjo una proliferación inaudita de espacios culturales de todo tipo como parte de la voluntad de crítica y discusión pública. La actividad intelectual se caracterizó por una orientación hacia lo no institucional y lo antiinstitucional e incluyó la apropiación efímera e imprevista de espacios culturales oficiales, no institucionales y públicos (Navarro, 2006).

El derrumbe y desmontaje del socialismo en Europa del Este y la URSS interrumpió el proceso de rectificación e inició una etapa de supervivencia para la isla. La voluntad política en los primeros años de la década de 1990 se inclinó por una posición pluralista, abierta al diálogo y a la crítica profunda en el entramado social como parte de una necesidad diagnosticada de generar procesos de recuperación económica sin agotar la praxis de justicia social y de soberanía nacional.

Durante esta década, la circulación y el consumo de información de interés público en la isla adquirió los mismos rasgos de los mecanismos informales y las prácticas subterráneas que caracterizaban las relaciones económicas entre los ciudadanos cubanos (Biddle, 2010) y se desplazó hacia instancias no estatales. El rumor continuó profundizándose como mecanismo de intercambio de información entre los ciudadanos.

El panorama en el nuevo siglo

Dos momentos esenciales de la agenda política marcarían el rumbo del país en la primera década del nuevo siglo: el discurso de Fidel Castro el 17 de noviembre de 2005 y el de Raúl Castro el 26 de julio de 2007. El primero, conocido posteriormente como ‘El discurso de la Universidad’, incluía la «intención desde el gobierno de luchar contra ciertos males sociales: vicios, desvíos de recursos, robos, para al mismo tiempo referirse a la necesidad de una crítica generalizada a nivel social» (Somohano y Leyva, 2008, p. 101) y apunta la posibilidad de la reversibilidad de la Revolución como parte de estos males que aquejan a la sociedad.

El pronunciamiento de Raúl Castro exhortó, por su parte, a un debate centrado principalmente en la situación económica nacional. Este fue objeto de debates públicos nacionales y como resultado de esos planteamientos y de la creación de la Comisión de Política Económica del Congreso, se elaboraron una serie de propuestas recogidas en el documento Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, publicado el 9 de noviembre de 2010 y aprobado durante las sesiones del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), en abril de 2011.

Como retos del proceso de debate, aprobación e implementación de los Lineamientos, la socióloga Mayra Espina (2013, citada por Cantera, 2013) sitúa la renovación de la esfera política, la ampliación de la participación ciudadana directa, en un mejor balance con la representativa y la delegativa; la introducción de formas de autogestión más fuertes en las sociedades locales, la aplicación de principios de transparencia en la Administración Pública y la necesidad de una política informativa que permita la participación en el proceso de cambios actuales.

Algunos de los rasgos anteriores resultan actualmente observables en los escenarios de comunicación en red. Los blogs, las redes sociales, el correo electrónico y los foros de discusión, por citar algunos ejemplos, han sido plataformas desde donde se constituyen nuevos modos de ejercitar los derechos cívico-políticos, económicos, sociales y culturales de la ciudadanía (Limia, 2013).

Panorama de las TIC en Cuba

Algunos antecedentes permiten situar los rasgos distintivos del uso y acceso a las TIC en Cuba en un contexto de desarrollo tecnológico históricamente accidentado, debido fundamentalmente a la hostilidad de la política estadounidense y a la asunción de la tecnología en su dimensión más instrumental, alejada de las formas en que la ciudadanía experimenta y reinterpreta los dispositivos y las interfaces en la construcción individual-social de nuevas realidades y experiencias de vida (Díaz y Sokooh, 2013).

En el año 1997 se aprobó el programa rector de informatización de la sociedad cubana. Este planteaba entre sus objetivos el desarrollo de la industria de las TIC, la elaboración de servicios integrales para los ciudadanos, la informatización del gobierno, la administración y la economía y la informatización territorial.

El libro blanco presentado por la delegación cubana a la primera fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, celebrada en el año 2003, recalcaba que «en su actual situación de limitaciones económicas, tecnológicas y de comunicación, Cuba ha decidido adoptar como opción de desarrollo inicial el uso social intensivo de sus escasos recursos de conectividad y medios técnicos» (MINREX, 2003). El informe presentado ante la segunda fase, celebrada en Túnez durante el año 2005, reiteraba que el uso de las TIC requería de la presencia de sistemas sociales que funcionen y garanticen las necesidades básicas de la población en alimentación, salud, educación y cultura, entre otras.

Uno de los puntos más polémicos de la extensión del uso y acceso a las TIC en Cuba radica en la dicotomía entre el uso doméstico y el uso social. Frente a las contracciones económicas, de infraestructura y la política hostil de Washington, el discurso oficial trasluce desde 1996 hasta la actualidad una incompatibilidad entre ambas formas de acceso, evidenciada además en el discurso de los funcionarios públicos encargados del tema. Sin embargo, el mercado negro ha proporcionado vías de acceso subterráneo a cuentas individuales. El investigador Nelson Valdés (2002, p. 31) identifica cuatro formas de acceso informal a Internet: las cuentas del mercado negro en dólares, las cuentas subrepticias, las cuentas compartidas y las cuentas distribuidoras.

El carácter operativo del cable de fibra óptica que enlaza Cuba con Venezuela y Jamaica desde agosto de 2012 y el comienzo de la realización de pruebas para la transmisión de datos desde enero de 2013 (Díaz y Sokooh, 2013) abrieron una nueva etapa en el acceso a Internet desde la isla. En este año se decidió aprobar la comercialización del servicio de acceso a Internet para personas naturales. Las modalidades del servicio incluyen navegación nacional (a un costo de 0,60 CUC la hora o 1,50 CUC, si se incluye acceso a correo internacional) y acceso internacional (con una tarifa de 4,50 CUC la hora). Actualmente, el servicio de correo electrónico Nauta, hospedado en plataformas nacionales, también está disponible para su contratación desde los celulares.
Las más recientes estadísticas presentadas por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) en Cuba, correspondientes al año 2013, reflejan que solo un 25 por ciento de la población cubana accedió a algún servicio de Internet o a una red doméstica, que provee correo electrónico y permite la consulta de sitios web del país. Uno de los resultados más bajos de la región latinoamericana y caribeña. El sondeo identificó además la existencia de 74 computadoras por cada 1.000 habitantes. El uso de la telefonía móvil ha aumentado notablemente como resultado de las políticas de estimulación a los suscriptores nacionales a partir de 2010 (ONEI, 2013) (ver figura 1).

 

Uso de las TIC por cada mil habitantes en Cuba (2007-2012)

 

Dentro de los servicios de la web más empleados por los residentes en la isla se encuentran el correo electrónico y, recientemente, las redes sociales. En el caso de Facebook, «la comunidad ha venido in crescendo de forma sostenida, tanto numéricamente como en cuanto a la calidad de su ‘trabajo’ en la Red» (Recio, 2013, p. 55), a pesar de la limitada penetración de Internet en el país.

Más de una década después de la conexión de Cuba a Internet en 1996, el acceso a la Red continúa siendo escaso, lento, filtrado según criterios políticos, favoreciendo a determinados sectores profesionales, altamente costoso para la población en general y con un marco regulatorio restrictivo que limita la condición ciudadana de los usuarios en el entorno virtual. Estos rasgos distintivos del uso y acceso a las TIC en Cuba inciden en los procesos de debate público que tienen lugar en los ambientes digitales.

Sin embargo, en una sociedad con un nivel educacional alto, donde la computación se imparte desde la educación primaria dentro de las asignaturas básicas y los ordenadores, laptops o móviles, entre otros dispositivos, brindan altas prestaciones comparados con décadas anteriores, han emergido prácticas ciudadanas de resistencia a la desconexión.

La aparición de redes informales digitales sin apoyo estatal en diferentes ciudades da cuenta de la conformación espontánea de entornos off line para la comunicación, el intercambio de información y la consolidación de relaciones sociales desde una dimensión lúdica. Estas redes metropolitanas se caracterizan por su desestructuración, la ausencia de administradores centralizados, la inclusión/exclusión de nuevos puntos de acceso casi siempre coincidentes con municipios ubicados en la capital y se calcula que incluye aproximadamente a más de 6.000 usuarios únicos.

Rasgos distintivos de la ‘blogosfera’ cubana

A finales de 2013, Jason Kottke publicaba una predicción para 2014 en el Nieman Journalism Lab donde avizoraba que el blog había muerto: «En lugar de bloguear, las personas están escribiendo en Tumblr, tuiteando, presillando cosas en sus tablones [Pinterest], posteando en Reddit, actualizando Facebook, instagrameando [Instagram] y publicando en Medium» (Kottke, 2013).

Sin embargo, los rasgos distintivos de la conectividad previamente delineados han provocado la coexistencia de servicios web más tradicionales para la comunicación on line desde Cuba. El correo electrónico, los foros de discusión y los blogs conviven con las redes sociales más ágiles como Facebook, Twitter y se observa, en menor medida, la incursión de los usuarios nacionales en Instagram, Pinterest y Tumblr. Esta circunstancia ha supuesto que los ciudadanos cubanos residentes fuera del país adapten sus escenarios dialógicos a las posibilidades de quienes habitan en la isla, en un intento por mantener un canal de comunicación funcional para ambas partes.

En la presente investigación, asumimos como ‘blogosfera’ cubana el espacio simbólico de comunicación compartido resultante de la adhesión voluntaria de individuos que escriben sus bitácoras sobre y/o desde Cuba. También incluye a los sujetos de origen cubano residentes fuera del país que abordan temáticas no relacionadas con la isla. Se basa, estructuralmente, en redes de hiperenlaces y citaciones no hipertextuales que revelan las relaciones sociales articuladas entre ‘blogueros’ a partir de alianzas temáticas, geográficas, de género, entre otras, y posibilitan la conformación de un escenario para el debate de asuntos de interés individual o público.

De manera general, la ‘blogosfera’ cubana hasta diciembre de 2013 estaba compuesta por 2.033 bitácoras distribuidas dentro y fuera de Cuba. Entre los países con mayor cantidad de bitácoras sobre Cuba se encuentran: Cuba, Estados Unidos, España, Argentina, Brasil y Alemania. Otros países desde donde se ‘bloguea’ sobre Cuba son: Francia, Chile, China, Canadá, Puerto Rico, Venezuela, Suiza, México y El Salvador. Entre los temas abordados se destacan: política, literatura, arte, humor, cocina, música, poesía, fotografía, deporte y religión.

Se comporta como un espacio densamente interconectado, con un centro conformado por los blogs más visibles agrupados según criterios altamente subjetivos, entre los que se encuentran la afinidad ideológica, el tratamiento de temáticas similares, la profesión, la edad y la ubicación geográfica.

Del total de blogs, 1.152 están alojados en la plataforma gratuita Blogger, 436 en WordPress, 129 en Blogia y 68 en la plataforma de periodistas cubanos Bloguea; el resto cuentan con dominios propios o se encuentran alojados en otros sitios web (ver figura 2).

Distribución de blogs sobre Cuba por plataforma

Según la investigadora Ellery Biddle (2010), los blogs cubanos se sitúan en una jurisdicción ambigua de la World Wide Web. Aunque se originan en espacios físicos y geográficos específicos, los blogs existen en un lugar ontológicamente diferente, un escenario que ha sido acuñado por el sociólogo Manuel Castells (1999) como ‘el espacio de los flujos’, en referencia a la descentralización territorial que distingue a la Sociedad Red y a la renegociación de las estructuras de poder habitualmente asociadas a los Estados-nación. A esto se suma la presencia de algunos ‘blogueros’ originarios de otros países que comparten una identidad ‘cubana’ robustecida mediante procesos de escritura, diálogo e intercambio con otros actores sociales residentes dentro o fuera del país.

Los elementos distintivos de la ‘blogosfera’ cubana incluyen la visibilización de temas escasamente abordados en los medios de prensa nacionales o claramente manipulados en las agendas mediáticas y políticas internacionales desde perspectivas que intentan problematizar la realidad nacional y construir espacios de diálogo. En ocasiones, los blogs actúan como mecanismos de denuncia y presión sobre temas de interés público. Desde el punto de vista discursivo, los ‘blogueros’ experimentan con narrativas propias, donde se valida constantemente la experiencia individual como recurso para la identificación del otro.

Las relaciones sociales conformadas en Internet suelen replicarse en los espacios fuera de la Red, donde algunos sujetos se reconocen como parte de una colectividad que comparte determinados códigos lingüísticos, sociales y agendas temáticas. El constante intercambio entre ciudadanos residentes fuera y dentro de la isla ha posibilitado la conversión de la ‘blogosfera’ en un escenario para la erosión de profundas diferencias sociopolíticas.

Debate público en la ‘blogosfera’ cubana

El proceso de ocupación paulatina de espacios en la Red -y específicamente de los blogs– para la expresión pública en Cuba no ha estado exento de contradicciones. Las medidas administrativas impuestas a ‘blogueros’ afines al proceso revolucionario residentes en la isla, por citar un ejemplo, pretenden establecer los límites simbólicos de la crítica permitida o consentida según cada etapa.

Esta evidencia del forcejeo de una agenda política, mediática, institucional e incluso individual -refrendada en casos donde directivos puntuales asumen medidas restrictivas inconsultas como parte de prejuicios personales- remite a un intento de subsistencia de determinadas formas de pensamiento mediante la negación o el silenciamiento de otras como garantía de la unidad monolítica de la Revolución.

No obstante, sería ilegítimo desconocer el aumento de los niveles de tolerancia durante los últimos años como parte de un proceso de enseñanza/aprendizaje entre decisores políticos y ciudadanía debido a múltiples factores, entre los que aventuramos:
– La visibilización de las sanciones en el espacio público -algunos autores renuncian al silencio anteriormente vinculado al ‘bien de la Revolución’ y documentan los mecanismos de presión recibidos -.
– El incremento de las voces críticas en la esfera pública, motivado por su extensión y duplicación en escenarios como las redes sociales.
– La articulación de redes transnacionales de vigilancia -la formación de comunidades incrementa notablemente el alcance de cualquier mecanismo restrictivo impuesto a cualquier ‘bloguero’-.
– La necesidad de legitimar la democracia y el sistema político cubanos, asociado indiscutiblemente a la permisibilidad de nuevos escenarios de participación ciudadana.

Este escenario tampoco se encuentra exento de una fuerte polarización en términos ideológicos. Sin embargo, mientras algunos autores asumen la polarización como un elemento que atenta contra la deliberación democrática (Neisser, 2006), otros suponen que solo el debate descarnado entre posiciones opuestas contribuirá al esclarecimiento y a la aceptación de la legitimidad del otro ideológico (Mouffe, 2000; Young, 1996).

En el caso de la ‘blogosfera’ cubana, se observan además algunas consecuencias derivadas de la homofilia: la tendencia a recibir y compartir informaciones dentro de grupos con posiciones políticas similares y la creación de espacios hipertextuales homogéneos (Lev-On 7 Manin, 2006), entre otras.

Sin embargo, el mapeo de las relaciones sociales entre los ‘blogueros’ da cuenta de la presencia de bitácoras situadas en entornos geográficos diversos que constituyen puntos de enlace entre tendencias ideológicas opuestas y reducen, en alguna medida, los patrones de polarización y homofilia predominantes en la Red (ver figura 3).

Polarización en la blogosfera cubana

Un análisis de la agenda pública de los ‘blogueros’ desde enero de 2013 hasta marzo de 2014 refleja la coexistencia de temáticas vinculadas a la cultura e identidad nacional, el uso y acceso a Internet, el papel de los medios de comunicación estatales, la implementación de mecanismos para la contratación extranjera de profesionales del deporte, el nuevo código de trabajo cubano, el censo de población y vivienda, la liberalización de la compraventa de autos y casas y el proceso de unificación monetaria, entre otros.

En todos los casos, el debate público sobre los tópicos se enriquece con las aportaciones de ciudadanos cubanos ubicados en entornos geográficos diversos, que participan de manera informal en el debate público nacional desde el espacio de comentarios de los blogs. Este intercambio entre residentes dentro y fuera del país contribuye a democratizar las posibilidades de participación ciudadana y genera estructuras de oportunidad para la generación de un pensamiento más crítico, consciente y ambicioso que pretende incidir directamente en la agenda política.

En varios casos, se observa igualmente una incidencia en la agenda de los medios de comunicación estatales y la prensa extranjera acreditada en Cuba. Los ‘blogueros’ se han convertido en fuentes consultadas y en la agenda per se de algunos medios como Inter Press Service (IPS), práctica que resulta coherente con la promoción de un nuevo orden informativo global que da origen a la agencia y con su búsqueda constante de ‘otras voces’. Dalia Acosta, corresponsal de IPS hasta 2012, considera que la ausencia de una mirada desde la prensa cubana hacia los blogs como «espacio de información y comunicación del que puede nutrirse […] sumado a los temas que surgen de la blogosfera y necesitan ser amplificados» (Acosta, 2014, comunicación personal) los convierten en escenarios a observar con atención.

Conclusiones

El ensanchamiento de la esfera pública cubana y la disminución de los estereotipos en torno a la legitimidad de los blogs como espacio de discusión, interpelación y activismo sociopolítico ha dado lugar a alentadores -aunque escasos todavía- procesos de debate público que culminan en llamativas transformaciones individuales y sociopolíticas.

Los diálogos cívicos, aún alejados del proceso de toma de decisiones, contribuyen al entendimiento mutuo y a fomentar el respeto desde la diferencia. En el caso de la ‘blogosfera’ cubana, los procesos de debate público también dan cuenta de varios ‘aprendizajes’, entre los que se encuentran:
– La necesidad de reaccionar públicamente ante determinadas circunstancia con argumentos sólidos que, al mismo tiempo, logren generar apoyo en otros actores sociales.
– El uso del correo electrónico, las llamadas telefónicas a personas sin acceso a la Red, entre otras vías de contacto, para articular denuncias desde una condición grupal.
– La necesidad de una vigilancia ciudadana activa y sistemática de la Administración Pública y los medios de comunicación masiva.

La alteración de los usos tradicionales de la plataforma blog para adecuarlos a la circunstancia de ‘minimalismo tecnológico’ en que se insertan los ‘blogueros’ cubanos da cuenta del desarrollo y la profundización de competencias tecnocomunicativas emancipadoras y de la proposición de nuevos ‘haceres’ anclados en el entorno cubano. Su fin último es la transformación de la realidad social a partir de un diálogo vigoroso, desafiante, con altos niveles de argumentación e información, los cuales permiten movilizar esos discursos hacia la promoción de diseños más democráticos, donde cada una de las instancias fundamentales involucradas acepte la legitimidad del otro. Solo mediante este reconocimiento se crean las condiciones de posibilidad para la generación de acciones de transformación y previsión política.

Asistimos, entonces, a un escenario de debate público complejo, contradictorio, donde tienen lugar una multiplicidad de prácticas comunicativas entre individuos con intereses en conflicto, mediados por su circunstancia política y donde predomina un diálogo sobre la base de profundas diferencias identitarias.

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Artículo extraído del nº 98 de la revista en papel Telos

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Elaine Díaz Rodríguez

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