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Dinamarca: una Sociedad del Conocimiento, entre otras


Por Niels Ole Finnemann

En años recientes se ha prestado una creciente atención al “modelo nórdico” de Sociedad de la Información y del Conocimiento. Una razón para ello estriba en que los Países Nórdicos ocupan los diez primeros puestos en una amplia gama de estudios e informes sobre el desarrollo, tales como Networked Readiness Index2004 y Global Competitiveness Report 2006-2007 del Foro Económico Mundial, así como en numerosas estadísticas internacionales relacionadas con el desarrollo de tecnologías de la información, penetración de Internet y Banda Ancha. También la media de la renta per cápita se encuentra entre los primeros puestos (aproximadamente, 36.000 euros en 2005).

Esto ha sido toda una sorpresa. Hace diez años la mayoría de los sociólogos estaba de acuerdo en que los enormes gastos canalizados en estos países para mantener los sistemas públicos de bienestar no serían sino un tremendo obstáculo para la transición hacia una Sociedad de la Información y el desarrollo de la Sociedad del Conocimiento. Ahora tenemos que admitir que no ha sido el caso. Al contrario, el sistema de bienestar ha actuado como una palanca para la integración de las tecnologías de la información y para el desarrollo de una amplia gama de características de la Sociedad del Conocimiento.

Para explicar esto lo haremos mirando más de cerca el caso de Dinamarca. El sistema moderno danés de bienestar surgió en la década de 1950 en un pequeño país (menos de cinco millones de habitantes) donde prevalecían la agricultura, pesca, comercio y navegación (por ejemplo, Maersk Sealand), con unas pocas empresas industriales transitando hacia el mercado internacional (por ejemplo, Lego), junto a una amplia gama de plantas industriales de tamaño reducido. En los siguientes 30-40 años, la sociedad cambió convirtiéndose en una sociedad urbanizada dominada por una gigantesca y homogénea clase media, moderna e instruida, incluyendo un alto porcentaje de mujeres insertas en la vida laboral.

Políticas de bienestar

Las políticas de bienestar de la época favorecieron este desarrollo en varios sentidos, siendo los más destacados los siguientes:

1. Educación gratuita, incluso en los niveles de enseñanza secundaria y universitaria, incluido el ingreso a la universidad. En la enseñanza primaria y secundaria los libros son también gratuitos. En la enseñanza universitaria los préstamos que perciben los estudiantes son en parte gratis y en parte préstamos con el aval del Estado, permitiendo así que todo el que esté cualificado pueda acceder a estudios superiores. Desde los años 1980 ha habido cierta limitación al acceso a ciertos centros educativos (por ejemplo, durante un tiempo para ser maestro de escuela) debido al temor a que hubiera demasiados candidatos en un determinado centro educativo.

2. El acceso a libros y conocimiento se promovió a través de un sistema de bibliotecas públicas bien surtidas y bien organizadas en todo el país.

3. Los servicios de salud son públicos y la mayoría de las consultas y prestaciones son gratuitas (excepto la atención a domicilio y los servicios de odontología).

4. Un sistema de seguridad social bien desarrollado, incluidas las pensiones estatales, y prestaciones relativamente altas y de larga duración por desempleo. En Dinamarca el sistema se ha ido desarrollando en lo que ahora se denomina “flexicuridad”, un sistema donde el Estado deja muchas cuestiones relacionadas con el mercado de trabajo en manos de negociaciones entre patronal y sindicatos. Este sistema, entre otras cosas, también permite que los empleadores tengan acceso (flexibilidad) para despedir a los empleados sin indemnización, ya que ésta es costeada por los trabajadores y el Estado (seguridad).

5. Un bien desarrollado sistema de centros de atención para niños entre 0-14 años de edad y un sistema de centros de atención, menos desarrollado, para adolescentes. Los centros de atención de día para niños permitieron a las mujeres desarrollar sus estudios y trabajar, con frecuencia como enseñantes, enfermeras, etc., empleadas en el sector público de la enseñanza, sanidad o bienestar social.

6. Las políticas de reforma social y educativa han sido diseñadas para promover el crecimiento económico.

7. Una política tendente a mantener un fuerte servicio público para los medios electrónicos y con subvenciones también canalizadas a los medios informativos impresos privados.

El modelo de bienestar era “universal” y los servicios eran en muchos casos calificados como derechos inherentes a la ciudadanía. En algunos casos (por ejemplo, los centros de atención de día) había que pagar por los servicios. Entre sus consecuencias más destacables cabe señalar que los índices de exclusión social son inferiores a la media en las sociedades industrializadas; que ha generado una fuerza de trabajo bien formada facilitando el desarrollo de una amplia variedad de industrias modernas y de servicios comerciales.

Claro que también existen efectos negativos. Quizás el más importante sea que un relativamente alto porcentaje de personas haya perdido su relación con el mercado laboral. Y aunque por ahora la tasa de desempleo oficial sea baja, muchas personas se dejan al cuidado público como discapacitados, ya que no son capaces de afrontar las exigencias de un mercado de trabajo sometido a rápidos cambios, donde cada cual tiene continuamente que elevar su cualificación para el empleo.

Nueva fortaleza

Mientras que el sistema de bienestar fue sometido a fuertes críticas en los años 80, en los 90 ganó de nuevo fortaleza. Podemos señalar cuatro razones que dieron lugar a este cambio:

1) Las políticas de bienestar fueron desarrolladas para incluir las políticas de integración de toda la población en la Sociedad de la Información. Los proyectos estatales para crear la Sociedad de la Información/Conocimiento/Redes no se desarrollaron simplemente para apoyar a las industrias electrónicas y de telecomunicación, sino también para apoyar iniciativas de la sociedad civil e iniciativas relacionadas con la digitalización del (enorme) sector público (escuelas, servicios de salud, etc.). La expansión de Internet (que ahora alcanza a más del 80 por ciento de la población) también tuvo el apoyo de los canales DR y TV2 de los Servicios Nacionales Públicos de Radio/Televisión que pronto se transformaron en suministradores de noticias on line y documentales muy inspirados en la BBC británica. Hoy DR es uno de los sitios más visitados dentro del dominio danés de Internet ya que suministra más contenidos que cualquier otra página web de Dinamarca. Sin embargo, en años recientes la iniciativa ha corrido a cargo de un medio impreso privado que ahora se está transformando en una empresa multimedia desarrollando servicios de Internet y de telefonía móvil. Hoy los medios impresos tienen una difusión ligeramente inferior a Internet, pero todavía ostentan una mayor cuota de lectores que los medios informativos on line en lo referente a noticias.

2) La clase media, bien instruida, incluido un alto porcentaje de mujeres, estaba deseosa de hacerse con un ordenador para acceder a Internet. Tal equipamiento fue promovido por diversas políticas oficiales, incluidas las fiscales.

3) El abultado sector público que abarcaba centros educativos, universidades, bibliotecas, centros de salud, etc., llegó a convertirse en el cliente dominante en el mercado de nuevas tecnologías, creando así una base sólida para el crecimiento de las empresas de tecnología de la información y apoyando así también la integración de dicha tecnología en toda la sociedad. Desafortunadamente, no existen cifras sobre el total de gasto público en nuevas tecnologías, pero, dada la magnitud del sector público, no sería aventurado afirmar que tales inversiones ejercieron un enorme impacto en la penetración general de las nuevas tecnologías en la sociedad y en el crecimiento de la industria de tecnología de la información.

4) La relación entre el sector público y el privado fue modificado para reforzar la competitividad internacional del país. Los cambios más significativos fueron los siguientes: prestar más atención a las perspectivas comerciales de la educación e investigación públicas; la transición hacia un sistema de financiación de la investigación más competitivo, dando también prioridad a la investigación dentro de un conjunto de áreas más reducidas (como es el caso de la tecnología de la información, biotecnología, nanotecnología, estudios sobre los medios y la comunicación) y a la denominada experience-economy; la creación de conglomerados (clusters) de tecnologías de la información (clónicos a Silicon Valley); liberalización del anterior sector público de la energía y las telecomunicaciones; tentativas de elevar la enseñanza obligatoria de 12 a 15 años (el objetivo es que el 50 por ciento de cada grupo anual obtenga el grado de bachiller); también se contempla un sistema de educación permanente apoyado en las facilidades de la enseñanza on line. También aparece un conjunto de iniciativas para crear y desarrollar redes basadas en el conocimiento que se organizan como comunidades virtuales en Internet. Por último, el país también suscribe un número de iniciativas de la Unión Europea encaminadas en el mismo sentido.

La renovación de las políticas de bienestar parece haber sido aceptada por una abrumadora mayoría de la población, a pesar de que el nivel medio de la carga tributaria se encuentra entre los más elevados del mundo (cerca del 50 por ciento de media y hasta el 68 por ciento para los niveles de renta más altos).

A partir del año 2000, los temas más controvertidos han sido los medioambientales (ecología y suministro de energía renovable) y la tasa de inmigrantes musulmanes. El porcentaje de inmigrantes procedentes de países no-occidentales es la más baja de toda Europa (menos del 5 por ciento de toda la población), pero ha caldeado el debate político y, como resultado, activó la aparición de nuevas regulaciones para reducir la inmigración. A pesar de que Dinamarca en la mayoría de los casos se encuentra bien preparada para la sociedad del conocimiento, todavía no está madura para ser miembro de pleno derecho en una Sociedad del Conocimiento multicultural. Está todavía por ver si esto va a suponer un importante obstáculo.

(Traducción: Javier Maestro)

Bibliografía

UNDP. 2005. Development Programme Report. Human Development Report. International cooperation at a crossroads: Aid, Trade and Security in an Unequal World http://hdr.undp.org/reports/global/2005/

World Economic Forum, 2004. Networked readiness index. www.weforum.org/site/homepublic.nsf/Content/Global+Competitiveness+Programme%5CGlobal+Information+Technology+Report

World Economic Forum. 2005. Global Competitiveness Report 2005-2006. www.weforum.org/site/homepublic.nsf/Content/Global+Competitiveness+Programme%5CGlobal+Competitiveness+Report

World Economic Forum. 2006. Global Competitiveness Report 2006-2007. www.weforum.org/en/initiatives/gcp/index.htm (extracts available).

Towards Knowledge Societies, UNESCO WORLD REPORT, UNESCO Publishing. 2005. http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001418/141843e.pdf 17.1 2007 (Internet: www.unesco.org/publications).

Artículo extraído del nº 72 de la revista en papel Telos

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