E
El ciberperiodismo avanza


Por Cristina Manzano

Editorial Pearson Comunicación. Xosé López (coord.). Sistemas digitales de información
Madrid, 2006

El ciberperiodismo o periodismo en la Red ha encontrado sus usuarios, ha modificado el sistema de trabajo de las redacciones y ha introducido nuevas herramientas en las mesas de producción. En 1979, año en que apareció el primer periódico del mundo publicado sobre un soporte electrónico –el servicio del diario Birmingham Post and Mail–, se inició un periodo ensayístico que ha culminado en la creación de un nuevo sistema de comunicación.

Barrida la primera preocupación por el sometimiento a aspectos técnicos, se han abierto nuevas vías para el desenvolvimiento laboral en la era digital. Y la escritura digital ha encontrado su lugar. La informática, la telemática y los nuevos soportes introducen cambios en las prácticas periodísticas, pero sin modificar la función básica del profesional: mediador, intérprete y gestor del conocimiento.

La tendencia actual de este desarrollo periodístico en la Red parece indicar que convivirán los modelos de portal, que se encuentran en fase de revisión, con los renovados modelos de medios generalistas y de medios especializados. En nuestro país, la fórmula de cobro por contenidos aún es incipiente, pero su implantación definitiva sólo depende de la mejora de los sistemas.

Más del 90 por ciento de los profesionales del periodismo considera la Red imprescindible para su trabajo y, pendiente de la mejora de los contenidos, el ciberperiodismo está en la fase del paso a la mayoría de edad.

Estas son las bases del estudio Sistemas digitales de la información, coordinado por Xosé López, que propone cuatro áreas de análisis, exploradas por otros tantos profesores del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Santiago de Compostela. El título y el esquema atienden perfectamente a las necesidades de conocimiento del lector en el ámbito de los contenidos digitales y los cuatro temas de estudio propuestos no figuran inconexos, sino que comportan un panorama suficiente para el lector que desee introducirse en la visión actual de la edición digital de la información. Esto es posible porque los autores se preocupan de hacer retrospección en la temática que abordan, así como de proporcionar reflexiones prospectivas que incluso sirven para abrir otras vías de estudio.

Ciberperiodismo: de la niñez a la mayoría de edad

Margarita Otero y Xosé López firman esta aproximación al despegue del periodismo digital que se plantea como una reflexión de futuro. Preocupados porque el ciudadano conozca el papel de los periodistas y las consecuencias de los mensajes que se difunden a través de Internet, establecen en primer lugar el término ciberperiodismo, apoyado por el consenso de profesores que imparten esta asignatura en la universidad española, como un término definitivo para referirse al periodismo digital. Los autores establecen asimismo una continuidad en la valoración de la supervivencia de los distintos medios de comunicación, cada vez que hace aparición una tecnología nueva, observando la complementariedad y la convivencia global de los medios actuales.

Un repaso histórico al desarrollo del periodismo electrónico –que revela a Europa como pionera de esta actividad y a España como activa impulsora no sólo de su aplicación, sino también de su estudio– desemboca en las incógnitas que aún han de despejarse antes de que el medio alcance su definitiva madurez. Los autores las establecen acertadamente en dos conceptos: el formato definitivo y su rentabilidad.

Fundamental para abordar este acercamiento introductorio al medio es el establecimiento de los rasgos básicos que Otero y López señalan como responsables de la evolución del producto informático: multimedialidad, hipertextualidad, interactividad y actualización constante. Pero el medio no se desarrolla unilateralmente. Existe un compromiso con el usuario que por un lado plantea al medio un desafío constante, y por otro lado demanda una mayor eficacia comunicativa. Los autores reconocen y estudian un nuevo público conformado por «los jóvenes que no leen los diarios en papel y por los ciudadanos de mediana edad que leen el diario en papel», aunque no ahondan en las relaciones entre estos perfiles y el medio.

El papel de los grupos editoriales en la producción de los cibermedios sí es uno de los temas que se adentra más en el establecimiento de las relaciones triangulares entre industria, política y economía, por lo que queda establecida, al final de la primera reflexión, una visión muy compacta y clara del estado de la cuestión en el ciberperiodismo.

Diez años de periodismo digital (1994-2004)

Establecidas las bases, los mismos autores, Margarita Otero y Xosé López se adentran en una mirada sobre la individualización de la audiencia y su participación en el flujo informativo. Internet, como paradigma de la era de la información, comienza a requerir de una educación en su uso y análisis, que ya existe en el resto de los medios de comunicación. Los autores arrojan luz sobre la existencia de las redes telemáticas ante la necesidad de una valoración global de los usuarios de la Red. Analizando el índice de penetración de Internet en los países industrializados de todo el mundo ofrecen una estadística sobre los idiomas más utilizados en los documentos que difunde la Red. Es un resultado el de su investigación enormemente interesante si se tiene en cuenta que la audiencia de Internet se hace cada vez más visible.

Empresas, redactores y público son los tres estamentos sobre los que más consecuencias está teniendo la pugna entre periodismo y tecnología. Esta exposición es importante porque la audiencia ha de ser beneficiaria activa de noticias y no simplemente ceñirse al consumo de éstas.

Las relaciones de los usuarios con la tecnología desarrollada en las últimas décadas en torno al ámbito de la comunicación y que se extiende a formatos tan dispares como los foros o los mensajes de texto a través de móviles, demandan según los autores un reforzamiento de la función social del periodismo. El periodismo participativo es señalado por Otero y López como el acto de un ciudadano o grupo de ciudadanos que juegan un papel activo en el proceso de recogida, análisis, creación y difusión de la información. La participación del usuario en la generación de contenidos desencadena nuevas fórmulas para la conversación que los autores analizan en algunos de los medios en red más influyentes.

Una visión de los diarios que apostaron por el ciberperiodismo y la multiplicación de las informaciones hacen llegar de nuevo a la conclusión de que la saturación pide una educación en el uso del contenido informativo. Esta sería la meta básica del trabajo de los cuatro autores, que han enfocado este título con una perspectiva didáctica y útil. Defienden la necesidad de evitar que los instrumentos o las aplicaciones técnicas se coloquen por delante del mensaje.

La arquitectura de la información, ingeniería del periodismo

En el tercer capítulo, Manuel Gago se adentra en la complejidad tecnológica del producto periodístico a partir de la aparición de las redacciones digitales. Su objeto de estudio y de definición es la arquitectura de la información, cuya existencia repasa desde su nacimiento como metodología en 1962. La composición del contenido, que es el eje central de este concepto, se ha de complementar con la competencia del usuario y en esta relación Gago explora el papel de las bibliotecas, archivos y centros de documentación.

El almacenamiento y la catalogación de la información son para el autor el inicio de su explicación sobre los distintos procedimientos de organización de la información: mapas web, diagramas, perspectiva isométrica, son modos representacionales que el autor aborda de forma tutorial y concisa. Cumple así su objetivo de facilitar la comprensión de un sistema de información, a través de conceptos como sitios estáticos, dinámicos, instancia y la profundización en las máscaras que permiten facilidad de interacción entre usuarios y periodistas. El proceso de fabricación de las máscaras es otro de los principales objetos de estudio de este capítulo. La utilización de ejemplos aplicados refuerza la importancia del estudio de Gago sobre la ingeniería del periodismo. El autor concluye con la necesidad de una sintaxis propia para la complejidad que un sistema editorial genera, abriendo nuevas posibilidades a la narración periodística.

La presencia gráfica del sistema

El último capítulo incide de nuevo en el campo de la arquitectura web. Xosé Pereira habla de la importancia de la presencia gráfica del sistema (front-end) para lograr el éxito comunicativo. Siguiendo la lógica que proponen los autores a lo largo de todo el libro, las reflexiones sobre el diseño que el autor lleva a cabo, rematan la experiencia del usuario en relación a estas redes de comunicación. Pereira apunta la usabilidad como pieza clave del éxito de la interacción entre usuario e información y explica las vías de investigación en este campo: usabilidad como mejora en la búsqueda y usabilidad desde el punto de vista técnico.

La explicación del autor sobre las jerarquizaciones básica y gráfica y sus estrategias son conceptos fundamentales que ayudan a comprender las claves del título. El más organizado de los cuatro autores en cuanto a esquema docente, Gago aborda la interactividad y las plataformas de difusión en la que sin duda es la parte más amena del estudio.

El perfecto ensamblaje de los cuatro capítulos está profusamente ilustrado con gráficos, tablas y fotografías demostrativas de los contenidos, en donde el lector puede encontrar la materialización de muchas de las propuestas de la investigación. El lector encontrará además que está escrito en un lenguaje asequible, que no por ello deja de informar continuamente sobre conceptos y nomenclatura específica.

Sistemas digitales de información puede establecerse como una pieza clave en el estudio de las redes de comunicación y como un texto comprometido con el débito al usuario de la información.

Artículo extraído del nº 69 de la revista en papel Telos

Ir al número Ir al número