Esta vez fue la carrera de Ciencias de la Comunicación perteneciente a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), a veinte años de su creación, la anfitriona de un encuentro que en su tercera edición parece definitivamente inserto en la agenda internacional: más de 1.550 inscritos, 339 ponencias divididas en 62 mesas, ocho paneles temáticos y cuatro workshops lo atestiguan.

Como subraya la presentación elaborada para el evento, un grupo de investigadores americanos ha venido discutiendo el problema de la integración regional desde la óptica comunicacional desde hace más de un lustro. Fue en 1997, bajo la dirección del investigador José Marques de Melo (Universidad Metodista de Sao Paulo), cuando se realizó en la ciudad brasileña de Santos el primer Coloquio sobre las Industrias de la Cultura y la Comunicación del Nafta y el Mercosur. Dos años más tarde, la Universidad de Texas organizó, bajo la coordinación del profesor Joseph Staubhaar, un segundo encuentro Nafta-Mercosur de Ciencias de la Comunicación.

Con estos antecedentes el profesor Gaëtan Tremblay (Universidad Québec en Montreal) propuso organizar un nuevo encuentro en el año 2001. Sin embargo, los atentados del 11 de septiembre de 2001 acaecidos en Nueva York obligaron a postergar la reunión hasta abril de 2002. Para entonces se decidió superar la lógica de los acuerdos de integración limitados a un conjunto de países y hacer extensiva la convocatoria al diálogo a representantes de todos los países del continente americano. El I Coloquio Panamericano de Ciencias de la Comunicación «Industrias culturales y diálogo entre civilizaciones en las Américas», llevado a cabo en Montreal resultó un éxito, como puede apreciarse en las importantes contribuciones que conforman el correspondiente libro de actas, que lleva por nombre el título del encuentro.

En septiembre de 2003, se realizó en el Teatro Calderón de Zacatecas, México, el II Coloquio Panamericano de Comunicación, bajo el lema «Hacia la Sociedad de la Información y el Conocimiento». La organización de este segundo encuentro continental, coordinado por la profesora Delia Crovi Druetta (Universidad Nacional Autónoma de México), se transformó en una excelente oportunidad para pensar la primera parte de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI) convocada por la UNESCO para diciembre de ese mismo año en Ginebra. Fue al finalizar dicho II Coloquio cuando se propuso la ciudad de Buenos Aires como sede del siguiente encuentro para 2005.

El III Panam

El III Congreso Panamericano de Comunicación (http://comunicacion.fsoc.uba.ar/panam.htm) aunó la presencia de históricos comunicólogos y destacados nuevos investigadores y estuvo estructurado en una serie de paneles especiales (Transformaciones económicas: nuevas formas de valorización de capitales y nuevas estrategias en las industrias culturales; Nuevas tecnologías: problemas de construcción, participación e incidencias en el uso instrumental; Tensiones entre información y ficción para la(s) ciudadanía(s) en la Sociedad de la Información…) y otra de ejes temáticos (Identidades y diversidad cultural en la Sociedad de la Información; Políticas de Comunicación y procesos de integración; Publicidad y cultura; Periodismo, periodistas y circulación de la información…). Luis Ramiro Beltrán, Antonio Pasquali, Héctor Schmucler, Guillermo Sunkel, Aníbal Ford, Germán Rey, Enrique Sánchez Ruiz, Omar Rincón, Phillip Schlesinger, Gaëtan Tremblay o Giuseppe Richeri son sólo algunos de los nombres que compartieron sus pensamientos a lo largo de las cinco jornadas que duró este encuentro.

La conferencia de apertura, dedicada a analizar continuidades y rupturas desde la aprobación del Informe McBride en materia de políticas de comunicación y cultura, estuvo a cargo de Armand Mattelart (Universidad Paris VIII). En sus múltiples intervenciones (conferencia, entrevistas, conferencia de prensa…) el profesor Mattelart destacó el rol de la universidad pública en la construcción del pensamiento crítico y alertó que «en Europa están aconteciendo planes de normalización de las carreras universitarias que le dan suma importancia al pensamiento profesionalista por lo que están abocados a la construcción de profesionalidad. Esta mirada está engendrando fuerzas anti-reflexión sobre lo político que nos impide poder imaginar nuevas sociedades». Para el investigador de origen belga, «frente al abrumador proceso de empobrecimiento existe un problema central que consiste en preguntarse cómo transmitir tanto las respuestas como los diagnósticos sobre el estado de nuestra sociedad y del mundo. Para discutir estos temas es necesario incorporar estos debates en la agenda de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información de tal manera que sepan lo que está en juego; y esto implica inyectar en una sociedad civil organizada estos temas».

Frente a esta compleja problemática Mattelart opone una renovada relación entre el saber y la sociedad: «Hay, progresivamente, una articulación cada vez mayor entre grupos de ciudadanos e investigadores. En cada nivel de la sociedad, en un momento determinado, la imaginación de la sociedad ayuda a avanzar en el conocimiento».

Otra de las actividades destacadas del III Panam fue la realización de cuatro workshops. Uno de éstos estuvo dedicado a las revistas de comunicación españolas. En ese marco fueron presentadas las publicaciones Conexiones. Revista Iberoamericana de Comunicación; Quaderns del CAC (Consejo Audiovisual de Cataluña), cuyo último número monográfico -realizado en colaboración con el Instituto de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (InCom-UAB)- conmemora el XXV aniversario del Informe McBride; y TELOS–cuadernos de comunicación, tecnología y sociedad, que en su actual segunda época ha dedicado un número especial a la problemática de la Sociedad de la Información en Latinoamérica (ver TELOS número 61).

En palabras del profesor Guillermo Mastrini (Universidad de Buenos Aires), miembro del Comité Científico Local y alma mater de este encuentro, «el III Congreso Panamericano de Comunicación alcanzó los resultados previstos no sólo por una asistencia de público significativa en términos cuantitativos y cualitativos, sino además porque consolidó un espacio de pensamiento que desde el ámbito comunicacional aborda con una perspectiva crítica procesos fundamentales como los procesos de integración y la llamada Sociedad de la Información. En este sentido, nunca serán suficientes los esfuerzos que remarquen la importancia de democratizar los procesos de comunicación masiva. En el encuentro, a partir del rescate de planteos pioneros como el Informe McBride se pudo analizar los desafíos que enfrenta el establecimiento de procesos democráticos de comunicación en el contexto globalizado actual».

Luis A. Albornoz