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La comunicación y las máquinas de guerra


Por Francisco Sierra Caballero

Editorial Tórculo Edicións. Alberto Pena (coord.). Comunicación y guerra en la historia
Santiago de Compostela, 2004
Editorial Concep Publishing Company. Jörg Becker. Comunication and conflict. Studies in Internacional Relations
New Delhi, 2005

Pensar la comunicación en épocas como la actual, marcada por los conflictos asimétricos y las guerras encubiertas, constituye sin duda, para la investigación en comunicación, más que un ejercicio intelectual de coyuntura, una responsabilidad y un compromiso estratégico. Los estudios sobre propaganda de guerra y la cobertura informativa de conflictos no tienen, sin embargo, en el campo académico iberoamericano la tradición que merecieran considerando la importancia que han adquirido algunos conflictos político-militares en países como Chile y Colombia o tragedias como las guerras civiles en regiones como Centroamérica, por no mencionar el caso de España, cuyo papel en las relaciones internacionales el último cuarto de siglo bien mereciera un análisis exhaustivo del tratamiento mediático de guerras globales como la de Kosovo.

La guerra y la historia

De la escasa producción científica en la materia, cabe apenas mencionar la labor de la Asociación de Historiadores de la Comunicación, que viene promoviendo diversos esfuerzos de investigación y sistematización teórica sobre la Historia de la Propaganda. El libro coordinado por el profesor Alberto Pena reúne algunas de las aportaciones más relevantes presentadas en el VI Congreso Internacional de la asociación celebrado hace poco más de un año en Pontevedra. El volumen, de casi mil páginas, aborda una amplia diversidad de temas, enfoques y líneas de estudio que, en su conjunto, dan muestra de la viva emergencia de la investigación en materia de propaganda de guerra en España.

Llama sin embargo poderosamente la atención la escasa o puntual presencia de trabajos orientados a la reflexión teórico-metodológica. Apenas podrían ser citados como ensayos relevantes en esta línea los artículos que introducen el libro: «Información, desinformación y conflicto», del profesor Alejandro Pizarroso, que demuestra un excelente conocimiento de la literatura y teorías más relevantes en materia de propaganda de guerra, y el ensayo del profesor Francisco Marín Calahorro –«Los conflictos del siglo XXI y la comunicación»– cuyo tratamiento de la nueva doctrina de organización de los ejércitos (la llamada revolución de los asuntos militares) ilustra con detalle cómo el uso inteligente y mediatizado de la fuerza persuasiva y el recurso a las nuevas tecnologías electrónicas es hoy una norma en la regulación y cobertura de los conflictos internacionales.

Una crítica reconstructiva

Una mirada distinta nos ofrece el último libro editado por el profesor alemán, Jörg Becker, cuyo enfoque del problema se enmarca en las complejas relaciones entre sociedad y tecnología, entre la dialéctica de la comunicación y el proceso de desarrollo cultural. Los estudios sobre paz y conflictos son abordados por el autor desde una visión contextual respecto a los problemas de acceso, control y poder en el sistema internacional, analizando las dimensiones estructurales de la violencia sistémica de una organización de la comunicación mundial asimétrica, desequilibrada y sostenida por brechas aparentemente insalvables de distribución del conocimiento socialmente necesario para el desarrollo y la autonomía cultural de los países.

En una revisión crítica de la comunicología alemana y las concepciones idealistas sobre Internet y las nuevas tecnologías de la información (NTIC), Jörg Becker disecciona los discursos públicos y las bases epistemológicas del “sentido común” sobre la “galaxia Internet” para recuperar el espíritu constituyente del Informe McBride a partir de una pormenorizada discusión sobre las estructuras internacionales de la comunicación-mundo y los resultados del impacto de las tecnologías informativas en los países del Sur.

Su aportación bien merece la lectura atenta del volumen compilatorio recién editado en Nueva Delhi, al actualizar el debate del NOMIC abandonado por la UNESCO y la propia Asociación Internacional de Investigación en Comunicación (IAMCR), cuya agenda ha sido notoriamente desprovista en los años noventa de una visión crítica y políticamente significativa, según concluye el autor. Como resultado de esta renuncia del pensamiento al necesario criticismo, y en el marco del sistema internacional derivado de la posguerra fría, se han impuesto como lógicas dominantes la comercialización y privatización de la cultura, la ruptura de los tabúes culturales autóctonos de las culturas periféricas, la marginación y el neocolonialismo de numerosos países y regiones, además de la segmentación y control de los mercados nacionales de los países del Tercer Mundo, generando nuevos conflictos que afectan dramáticamente a las relaciones culturales, al control de los recursos estratégicos para el desarrollo y a la regulación de las necesidades sociales.

Tras la lectura atenta de los seis últimos capítulos del libro del profesor Becker, el campo académico de la comunicación debería replantearse en consecuencia qué entendemos por transferencia tecnológica y de datos, qué consecuencias tiene una investigación poco o nada atenta a los conflictos latentes entre la UE y EEUU por el dominio de los flujos de información, o en qué sentido podemos hablar de un modelo europeo de Sociedad de la Información si los principales actores transnacionales de la industria telemática están participados por los intereses estratégicos de la industria estadounidense y el complejo militar del Pentágono, lo que contradice el discurso y visiones optimistas sobre la “esfera pública comunitaria” de la cumbre de Lisboa. Antes bien, –según argumenta el autor– las redes telemáticas y la comunicación están subvirtiendo la democracia: Las redes electrónicas y los nuevos sistemas de comunicación son manifiestamente incompatibles con el diálogo político; la fragmentación y dispersión del espacio público es hoy la norma; el control de las redes a través de programas como Echelon amplía los sistemas de vigilancia y dominio del espacio privado de la comunicación; mientras que la instrumentación mercadológica de la democracia digital en los procesos de elección vacía de contenido público la participación ciudadana.

Escenario de conflictos globales

Si analizamos, por otra parte, el papel de la prensa, observamos que los medios, lejos de asumir un rol activo en defensa de la paz, actúan de puente de plata o ariete para los intereses imperiales de expansión de las grandes compañías transnacionales. Para ello, la propaganda de guerra se retroalimenta del discurso racista y etnocéntrico antiárabe. En su análisis de la cobertura de la primera guerra del Golfo (1991), el autor identifica puntos de conexión entre el tratamiento informativo dominante y la producción de la cultura orientalista (Said dixit), prefabricada en los textos escolares y reforzada con las estrategias neocolonialistas según una lógica que acentúa las formas de antagonismo.

En este marco, es previsible la emergencia de numerosos conflictos en la comunicación internacional con el despliegue de las redes telemáticas y el cambio social introducido por las nuevas formas de producción informada. Entre otras contradicciones, Jörg Becker destaca las tensiones entre procesos de globalización y soberanía nacional, las contradicciones entre diferentes sectores del capital –por ejemplo, entre el capital financiero y el industrial– , la distorsión de la información y la creación de mercados de interés, los desequilibrios como resultado del carácter volátil de la información, o la tendencia a la flexibilidad laboral de las nuevas empresas punto.com.

Ante este conflictivo escenario de transformaciones globales, sólo la democratización a todos los niveles podría garantizar una función pacificadora de la comunicación. De ahí que la investigación académica en comunicación debería, en palabras del autor, dar un giro hacia un análisis de las comunicaciones desde un punto de vista de la prevención. El profesor Jörg Becker nos propone, en definitiva, una mirada del conflicto y las máquinas de guerra que trascienda y enmarque en sus justos términos el principio de free flow information. Una apuesta sólida, posible y necesaria – sin lugar a dudas – a condición, lógicamente, de acometer primero como exigencia una crítica reconstructiva del espacio público mediatizado.

Artículo extraído del nº 63 de la revista en papel Telos

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Francisco Sierra Caballero