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Efectos corrosivos de un modelo de SI


Por Luis Alfonso Albornoz

Editorial Grupo Editorial Norma. Martín Becerra. Sociedad de la Información: proyecto, convergencia, divergencia
Buenos Aires, 2003

Nuevo libro de La Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicación que desde agosto de 2000 viene editando, bajo la dirección del profesor Aníbal Ford, el Grupo Editorial Norma. Esta obra, escrita por Martín Becerra, profesor e investigador de la Universidad de Quilmes (Argentina), pone bajo la lupa los cambios sociales y tecnológicos que se producen desde finales del siglo pasado y, particularmente, analiza el cuerpo doctrinario construido para difundir el proyecto bautizado como Sociedad de la Información (SI).

El trabajo de Becerra –reelaboración de la tesis doctoral que defendiera en la Universidad Autónoma de Barcelona en 2001– se inscribe en la tradición de los estudios de economía política de la comunicación, una perspectiva crítica que está consolidándose en Iberoamérica a través de la publicación de varios trabajos de investigadores jóvenes y de cierto grado de institucionalización del campo, observable en la creación del Grupo de Trabajo de Economía Política de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (EPTIC) o de la asociación Unión Latina de Economía Política de la Información, la Comunicación y la Cultura (ULEP-ICC), entre otras iniciativas.

En primer término habría que señalar que, en palabras de su autor, el objetivo principal de Sociedad de la información… es «contribuir a la comprensión del proceso social de cambios a partir de la info-comunicación como coordenada elemental que se halla en pleno desarrollo». El concepto de «info-comunicación» utilizado profusamente en este trabajo, ha sido desarrollado por el investigador galo Bernard Miège para referirse «tanto a la industrialización creciente de la información, de la cultura y de los intercambios sociales, como al rol desarrollado por las tecnologías de la comunicación acompañando cambios sociales», en síntesis, para explicitar las articulaciones existentes entre economía y comunicación, y cultura.

En todo momento Becerra se sitúa en las antípodas del discurso apologético y mistificador sobre las nuevas tecnologías de la información y la comunicación declamado por gurús oficiales y oficiosos de diferente cuño y calidad. De forma tal que a lo largo de los ocho capítulos que conforman el libro el autor pone en perspectiva histórica los argumentos y antecedentes que han caracterizado a los discursos elaborados por los gobiernos de EEUU, la Unión Europea y (algunos de) América Latina a la hora de implementar el proyecto de Sociedad de la Información. En consecuencia, este abordaje histórico permite señalar continuidades, rupturas y montajes (esto es, la articulación de «elementos preexistentes de un modo nuevo») a la hora de comprender los disímiles efectos de un proceso social en curso.

El desarrollo informacional

Uno de los aspectos a destacar en este trabajo es la claridad conceptual con que su autor aborda la diferencia entre «modo de desarrollo» y «modo de producción», para concluir que un nuevo modo de desarrollo, el informacional (basado en el conocimiento y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación como fuentes de la productividad) surge, paulatinamente, a partir de la crisis del modo de desarrollo industrial que se manifiesta con fuerza en los años setenta del pasado siglo. Es en este escenario en el que los proyectos de implementación de la SI se manifiestan como estrategias de recomposición del modo de producción capitalista.

Lejos de una crisis del sistema capitalista, lo que hoy podemos observar es la mercantilización de áreas cada vez más amplias de nuestras sociedades (incluidas la producción, distribución y consumo de la información, la educación, la cultura, etc.). Asimismo, como acertadamente expone Becerra, se verifica una progresiva tendencia del capital a independizarse de la fuerza de trabajo y los recursos naturales, y el aumento de excedente a través de la plusvalía relativa. Es, precisamente, el aumento de la productividad de mano de las nuevas tecnologías («que permiten producir la misma cantidad de bienes en menos horas de trabajo») junto a la racionalización salvaje del empleo y la pauperización de las condiciones de trabajo, traducidas en despidos masivos y precariedad laboral, los que hoy están actuando como disgregadores sociales.

Así, en opinión del investigador, por un lado, el modo de desarrollo informacional es un factor que contribuye a la amplificación de la brecha que en las últimas décadas separa a los países más ricos de los más pobres; por otro lado, el actual proyecto de la SI «tiene un efecto principalmente corrosivo sobre los beneficios sociales consagrados durante la anterior etapa del Estado de bienestar». Ya que es el modelo de cohesión social, cultural y política, elaborado por los Estados-nación europeos una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, el que hoy está en jaque. Mientras, la lucha de distintos sectores sociales pasa por la defensa de derechos conquistados.

Si en Europa se reflexiona ácidamente acerca del legado de las políticas neoliberales y la crisis del modelo de democracia parlamentaria, qué decir de Latinoamérica donde los cambios han sido mucho más acelerados y dramáticos. Ahí está el caso argentino como testigo: un Estado desmantelado y aguijoneado por la corrupción, servicios públicos ineficaces e ineficientes, constantes movimientos de capitales especulativos, pérdida del poder adquisitivo del conjunto de la población…

Un mercado global comercial

En paralelo al desarrollo del proyecto de la SI, los cambios experimentados en el sector info-comunicacional han dado lugar a un «mercado global comercial» poblado por poderosos actores privados agrupados en tres niveles diferentes: 1) diez grandes grupos transnacionales que operan en todo el mundo; 2) cincuenta grandes grupos –con sede en Europa, EEUU y Japón– que actúan en los mercados regionales centrales, y 3) noventa grupos líderes de mercados domésticos, subregionales y regionales periféricos.

El debilitamiento de las concepciones de servicio público en la radiodifusión y de servicio universal en las telecomunicaciones son causa y efecto de este nuevo escenario. Además, al todopoderoso papel que ha adquirido la publicidad a la hora de financiar las actividades de los medios de difusión, se suman las nuevas modalidades de pago por acceso (prepago en la mayoría de los casos) y la discriminación de diferentes niveles (sistemas premium).

Ante este panorama se vuelve clave la cuestión, también abordada en el libro, del acceso y la participación de todos los ciudadanos a los bienes y servicios de los sectores de la info-comunicación. Preguntarse ¿bajo qué condiciones tienen lugar?, ¿quién debe ser garante de los mismos? o ¿cuáles son los sectores más privilegiados y cuáles los más desfavorecidos? es, en última instancia, interrogarse acerca del contrato social base. A mediados de 2003 algunas respuestas parecen claras…

En síntesis, la obra de Becerra defraudará a aquel interesado en conocer una nueva versión del maravilloso futuro que nos espera. Mientras que quien desee bucear en los orígenes, contradicciones e impactos del actual sistema comercial de actividades info-comunicacionales, proyecto de Sociedad de la Información incluido, encontrará la síntesis de un trabajo académico riguroso.

Artículo extraído del nº 57 de la revista en papel Telos

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Luis Alfonso Albornoz