El campo de estudios sobre la televisión es el ámbito más ilustrativo de las contradicciones y alternativas posibles del proyecto de modernización, al presentar, en su original dinámica, el proceso de constitución y cambio social que hace posible la dialéctica de mediación con la que se tejen y reformulan los discursos públicos, se proyectan las ideologías de la vida cotidiana y conforman los programas de desarrollo cultural sobre los que se construyen los cimientos de toda identidad colectiva. Como tecnología, como sistema de programación, como productora y distribuidora de contenidos para el consumo cultural, como metamedio, como lenguaje o institución económica, como medio rey por excelencia, la televisión ha sido por ello objeto privilegiado de atención de los estudios en comunicación pública, confirmando así su centralidad y hegemonía en el proceso de desarrollo cultural.
En América Latina, particularmente, la producción social del imaginario por la industria televisiva convierte este medio en un referente obligado para la comprensión de las formas colectivas de identidad, así como de las lógicas de acomodamiento de los imperativos de la globalización en las transformaciones y cambios de largo alcance que las culturas nacionales proyectan ante la compleja trama de la comunicación-mundo. El conocimiento regional del medio televisivo ha sido, sin embargo, insuficientemente cultivado. O digamos que ha sido limitadamente definido por el predominio de los análisis de recepción o la proliferación de monografías sobre acontecimientos dispares de la historia de la televisión en estos países. Y ello pese a, como decimos, el crucial papel que ha tenido la televisión como medio de masas en la construcción nacional de los países latinoamericanos, presente en la actualidad en más del 95 por ciento de los hogares.
A la escasez de estudios sobre la materia, cabe añadir además, como limitación, la inaccesibilidad a los datos de audiencia, la ocultación y secretismo empresarial de los porcentajes de producción y de la organización industrial que han mantenido los principales actores y protagonistas de esta historia, la pobre cultura de información y conocimiento de las grandes cadenas nacionales latinoamericanas sobre su propia actividad.
Un campo en proceso de consolidación
En los últimos años, no obstante, esta laguna científica se está empezando a subsanar con diversos estudios que, cuando menos, merecen ser destacados por su contribución al conocimiento general de un espacio sujeto a radicales transformaciones institucionales como resultado de las políticas de signo neoliberal que dominan la organización del sistema radiotelevisivo en la región. Y que, en cierto modo, hoy nos permiten conocer una realidad, y una historia, apenas percibida por la ciencia social de la comunicación.
Bien por la urgencia de conocimiento para afrontar las turbulentas transformaciones que experimenta la industria, bien por la madurez y solidez científica que ha ido alcanzando la investigación regional, lo cierto es que, en las últimas décadas, el campo de estudios sobre la televisión se ha ido consolidando en América Latina favorecido por el empeño pionero de destacados teóricos latinoamericanos que han venido dando el rango de importancia que merece a este tipo de estudios, incluso en sus manifestaciones socialmente marginadas por el discurso y la estética dominante, como es el caso de la telenovela. Hablamos por supuesto de investigadores como Jorge González, Jesús Martín Barbero, Valerio Fuenzalida, Enrique Sánchez Ruiz y Guillermo Orozco, entre otros.
Por fortuna, hoy, la labor continuada y atenta a los cambios del medio iniciada fundamentalmente por estos investigadores tiene solución de continuidad en nuevas miradas y programas de investigación, miradas que tejen y esclarecen relaciones problemáticas y nuevos procesos de articulación entre el Estado y el mercado, la cultura y la política, la economía y el desarrollo de identidades individuales y colectivas, sobre las que la televisión opera y desarrolla su función social, haciendo necesario un renovado esfuerzo metodológico y conceptual.
La realidad televisiva
El texto recientemente publicado por la editorial Gedisa que coordina el profesor Orozco es un buen ejemplo de este esfuerzo colectivo del campo académico latinoamericano por pensar de otra forma la televisión como medio: analizando su historia, documentando sus orígenes y cambios estructurales más significativos, vinculando sus contenidos y programación a las transformaciones político-culturales de la región, reconstruyendo en definitiva la historia institucional del medio o, más bien, de los medios que han hecho posible la teleconvivencia nacional, sobre la cofradía interminable de las emociones en la vida doméstica de las familias latinoamericanas.
Del medio centralizado y la escasez de canales y oferta programática al boom de la neotelevisión como medio audiovisual a la carta, Historias de la televisión en América Latina revela las múltiples conexiones de la institución por antonomasia con la identidad nacional de estos países, así como la riqueza de géneros, lenguajes, formas ideológicas y estéticas culturales que, con mayor o menor éxito, han influido en la vida de millones de televidentes, fieles seguidores de un medio que ha ejercido en muchos casos la función primordial de socialización en la cultura popular latinoamericana.
El libro ofrece en este sentido una visión plural y equilibrada sobre las realidades televisivas de la región, reconstruyendo la realidad y evolución del medio en algunos de los países con mayor proyección o relevancia internacional mediante un sintético y completo recorrido por las historias locales, las situaciones particulares, los orígenes y problemas de desarrollo que han marcado el modo de ver y la experiencia televisual en cada país, más allá del tradicional relato de episodios nacionales, del inacabable repertorio de anécdotas y contingencias insustanciales que han tenido lugar hasta la fecha.
Con independencia de las periodizaciones múltiples de las que es objeto el medio en distintos países, conforme a la tradición investigadora o a la diferente naturaleza y desarrollo institucional de las estaciones, el libro aporta, con rigor, una destacada contribución académica al desarrollo de este campo de estudios, no tanto por integrar una historia regional del medio como por ofrecer múltiples miradas sobre el hecho televisivo que permiten al lector y al especialista corroborar hipótesis, proyectar nuevas miradas sobre el objeto e inaugurar líneas de investigación originales que podrán ser enriquecidas mediante análisis comparados de las historias locales de la televisión, tarea ésta aún por hacer que sin duda contribuiría notablemente al conocimiento más detallado de la historia cultural de la región, así como del propio desarrollo nacional del medio televisivo y de sus estrechas articulaciones con otros procesos sociales más amplios.
Tales vínculos estructurales sólo son analizables situando en la historia a ras de suelo, como diría Raymond Williams la institución televisiva; particular empeño teórico apenas realizado en un tiempo, como el nuestro, marcado por la notoria falta de proyección al renunciar la investigación a una mirada productiva sobre el fenómeno televisivo, en virtud de análisis etnográficos, estudios de caso y reconstrucciones históricas parciales o específicas de estaciones o periodos o personajes destacados del medio a nivel nacional. Inconsistencias y carencias éstas que en modo alguno se manifiestan en el excelente trabajo de los autores incluidos en el último volumen de la colección dirigida por el profesor Lorenzo Vilches.
Experiencias nacionales diversas
Antes bien, en Historias de la televisión en América Latina el análisis de cada uno de los sistemas televisivos es planteado contextualmente en relación con la realidad política y social de cada país, ilustrando al lector en la línea de otros trabajos como los de Sinclair o Fox y Waisbord sobre el panorama regional común que ha condicionado el desarrollo de la televisión en estos países, pese a la disímil historia nacional del medio y a las notables diferencias entre sistemas con amplia capacidad exportadora y expansiva (Brasil y México), mercados fundamentalmente importadores y dependientes de la producción foránea o sistemas televisivos en vías de internacionalización (Argentina, Venezuela).
La constatación de esta diversidad de experiencias en la articulación de los modelos de regulación televisiva no puede ocultar, en efecto, la existencia de pautas comunes en la planeación del sector en los países latinoamericanos. Omitiendo las habituales y más que conocidas similitudes y coincidencias del modelo paradigmático de desarrollo del sistema televisivo en México (TELEVISA) y Brasil (GLOBO), las historias locales de la televisión muestran en América Latina un recorrido y evolución coincidentes, vinculados a las clases medias y bajas, estructurados sobre un mercado cultural prácticamente cautivo, con vocación expansiva y proyección internacional en algunos casos, pero escasa o nula actividad de intercambio dentro de la región; características todas ellas presentes y acentuadas con motivo de las transformaciones que han tenido lugar en los últimos años.
En sus más recientes trabajos, Octavio Getino demuestra cómo la expansión del cable y la integración de las telecomunicaciones han alterado radicalmente el panorama del audiovisual y las formas de producción y organización empresarial, introduciendo no sólo una revolucionaria transformación tecnológica e institucional del medio televisivo, sino, fundamentalmente, nuevas condiciones político-económicas que amenazan la pervivencia del imaginario y narrativa audiovisual específicos de cada nación.
Los cambios en curso que se proyectan en la televisión latinoamericana han acentuado además fallas estructurales legadas por el tradicional modelo de desarrollo cultural de la televisión en América Latina, históricamente regido por la supremacía de operadores privados y estaciones de carácter comercial, pese a la significativa pervivencia de múltiples iniciativas y proyectos pioneros de servicio público y televisión educativa. Así por ejemplo, la defensa de los intereses nacionales en países como México o Brasil ha dado paso, en el nuevo marco jurídico de regulación del audiovisual, a un proceso de penetración y control de la propiedad por operadores extranjeros en una intensa e inestable competencia en los mercados internacionales que previsiblemente termine afectando a la propia supervivencia y viabilidad de la mayoría de las cadenas nacionales. Luego los procesos de liberalización e integración económica regional no sólo han favorecido, en esta línea, la modernización industrial y tecnológica de la televisión latinoamericana; el proceso de globalización audiovisual ha traído como consecuencia además diversas formas de fragmentación cultural, de dependencia y privatización de la esfera pública, así como lógicas de homogeneización en sus contenidos que modifican de raíz el escenario tradicional de los operadores y actores dominantes hasta ahora en el sector.
Estrategias y desarrollo regional
En este escenario, la investigación latinoamericana en comunicación vuelve como antaño a pensar problemas estratégicos para el desarrollo regional como:
– Las formas de articulación y determinación del interés público y lo privado en el desarrollo cultural de la televisión.
– Los cambios estructurales (jurídicos, políticos, organizativos…) que han modificado las pautas de producción y relación del medio televisivo con la sociedad.
– Los nuevos géneros y formatos y su consumo cultural entre las diferentes clases sociales y culturas minoritarias.
– Los cambios tecnológicos e industriales.
Una de las aportaciones más destacadas en esta dirección es el texto, coordinado por el profesor Albornoz, titulado Al fin solos…, una excelente guía de conocimiento y detallada descripción de las tendencias y lógicas económico-políticas que han regido el curso de las transformaciones actuales en la industria televisiva de los países integrantes del MERCOSUR. El volumen incluye trabajos del Grupo de Investigación en Medios de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (Sergio Capparelli, Suzy dos Santos), del Grupo de Investigación en Economía Política de la Comunicación de Buenos Aires (Guillermo Mastrini, Luis A. Albornoz, Pablo Hernández, Glenn Postolski) y de la Universidad de Brasilia (Murilo César Ramos), todos ellos destacados exponentes de la nueva escuela crítica latinoamericana, en cuyos estudios se aprecia un esfuerzo de abordaje analítico del nuevo escenario televisivo en Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, que trata de dar cuenta de la compleja configuración económico-cultural del medio en la región, integrando los cambios en la estructura industrial de la televisión de estos países en el marco más amplio de los procesos de convergencia favorecidos tras la firma del Tratado de Asunción de 1991, procurando en todo momento no aislar el objeto de estudio de las principales estrategias y modificaciones estructurales perfiladas con motivo del acuerdo comercial entre estos países. Desde esta lógica regional-globalizada, el libro aborda las pautas de organización en el actual escenario económico de una industria amenazada gravemente de esclerosis múltiple y crecientemente limitada en su diversidad y vocación innovadora.
Como trasfondo, la necesidad de políticas públicas de comunicación, cuestión ésta ampliamente tratada en capítulos como el de César Ramos Murilo, que vuelve a estar en el centro de la discusión pública sobre los medios, tras un largo periodo de despolitización académica por influencia de las lógicas postfordistas de reestructuración empresarial y las campañas de desmovilización del reformismo conservador que gobiernos como el de Reagan iniciaron en la década de los ochenta contra propuestas reguladoras de instituciones internacionales como la UNESCO.
El libro sin embargo no trata de describir las políticas de comunicación. Más bien, las tendencias económicas de reorganización del sector que ponen en evidencia la inexistente planeación nacional de políticas públicas en el desarrollo del medio. Los casos de México (TLC) y Brasil (MERCOSUR) son emblemáticos, a este respecto, de una renuncia a proyectar modelos de integración subregionales que están afectando seriamente el futuro y autonomía de la industria audiovisual latinoamericana.
En la misma dirección, cabe coincidir con el profesor Bustamante en que no es posible volver a situar en la discusión pública la política de la comunicación televisiva sin conocimiento del entorno que hace posible el actual modelo de mediación. Y para ello será necesario abrir la investigación en comunicación a una nueva cultura del conocimiento comunicacional: dialógica, pluridisciplinar, colectiva y socialmente responsable. De acuerdo con estos principios, los estudios regionales sobre televisión deben impulsar en Latinoamérica proyectos de análisis comparado de las legislaciones, las políticas y los desarrollos culturales del medio (contenidos, géneros, hábitos de consumo…), así como la articulación de modelos experimentales de innovación y uso social de los dispositivos tecnológicos e institucionales del audiovisual que trasciendan los actuales parámetros de convergencia con el sistema de telecomunicaciones y la industria de componentes electrónicos. En esta línea, Omar Rincón nos propone pensar la ciudadanía en la era del consumo audiovisual perfilando nuevas estrategias y respuestas públicas al reto de la globalización mediática.
La crisis crónica de la televisión pública
Detallado y completo es el trabajo de Valerio Fuenzalida, centrado en la crisis económico-política de las televisiones públicas en la región a partir de un detallado análisis de los cambios estructurales de deslegitimación del servicio público audiovisual latinoamericano, que arroja luz suficiente sobre algunas de las lógicas privatizadoras del sistema televisivo en América Latina.
Si bien el análisis propuesto por el autor se centra sobremanera en el caso chileno, del que es más que conocedor, La televisión pública en América Latina tiene el mérito de introducir un debate que, con sus matices y especificidades, puede ser trasladado al conjunto de países de la región. Cabe agradecer además al autor que este propósito no resulte una mera declaración programática, a la que por otra parte estamos tan habituados en muchos de los debates sobre el papel de la televisión. Antes bien, Fuenzalida logra presentar un cuadro descriptivo detallado y riguroso articulando un discurso crítico consistente capaz de vincular la cultura televisiva con los discursos sobre la modernidad y las políticas de desarrollo social en la región, a fin de reformular las relaciones que ligan al sistema público de radiotelevisión con intereses ajenos a las verdaderas necesidades básicas de cada país por el dominio de un discurso público sobre el audiovisual basado en lo que Capparelli y Dos Santos denominan coronelismo electrónico, en referencia al tradicional clientelismo político y a la estructura oligopólica que han determinado hasta la fecha el desarrollo de la televisión de la mayoría de países latinoamericanos.
En esta línea, el trabajo de Fuenzalida no sólo trata a conciencia cuestiones relativas a la organización económica y a la gestión institucional de la televisión en su esfuerzo por trazar los perfiles fundamentales de las cadenas públicas en la región. Además, propone líneas de actuación y programas específicos de organización del sistema público de radiotelevisión, desmarcándose de otras experiencias relevantes como la europea. Tal propuesta pasa, según Fuenzalida, por la formación de la audiencia familiar (educomunicación), la producción de una cultura para el desarrollo, la información plural y el diálogo público y una ética y una política cultural identitaria auténticamente latinoamericana, próxima a la vivencia y modo de ser de la cultura popular que distinguen a la región.
En los próximos años, estos principios deberán sin duda regir el esfuerzo, teórico y práctico, de los investigadores y profesionales latinoamericanos, si en verdad existe una decidida voluntad de cambio dirigida a corregir los actuales desequilibrios y fracturas culturales en las políticas de cooperación e internacionalización de las televisiones nacionales. El campo abierto a los estudios con el proceso de globalización del audiovisual exige, en esta línea, un mayor compromiso intelectual con los esfuerzos de articulación de un espacio iberoamericano acorde con las necesidades de desarrollo cultural en la región. Los trabajos incluidos en esta selección bibliográfica son un primer avance. Esperemos que, en el futuro, los estudios latinoamericanos sobre televisión progresen en similar dirección.
Bibliografía
ALBORNOZ, L. A. (Coord.): Al fin solos. . . La nueva televisión del MERCOSUR, Buenos Aires, Ediciones CICCUS / La Crujía, 2000.
FUENZALIDA, V.: La televisión pública en América Latina. Reforma o privatización, Santiago de Chile, Fondo de Cultura Económica, 2000.
FUENZALIDA, V.: Televisión abierta y audiencia en América Latina, Buenos Aires, Norma, 2002.
FOX, E. & WAISBORD, S. (Eds.): Global Media. Latin American Broadcasting and Policy, Austin, University of Texas Press, 2001.
GETINO, O.: Cine y televisión en América Latina. Producción y mercados, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 1998.
MAZZIOTI, N.: La industria de la telenovela. La producción de ficción en América Latina, Buenos Aires, Paidós, 1996.
OROZCO, G. (Coord.): Historias de la televisión en América Latina, Barcelona, Gedisa, 2002.
RINCÓN, O. (Comp.): Televisión pública: del consumidor al ciudadano, Bogotá, Convenio Andrés Bello, 2001.
SINCLAIR, J.: Latin American Television. A global view, Oxford, Oxford University Press, 1999.
Artículo extraído del nº 55 de la revista en papel Telos