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El espacio lírico


Por José Manuel Bonet

Broto se instala en Barcelona en 1972. Expone en Zaragoza, Galería Atenas, con Javier Rubio y Gonzalo Tena. Dos años más tarde, los tres artistas, junto con Javier Grau, muestran sus obras en la Galería Maeght de Barcelona. Estas dos exposiciones son el punto de partida de la nueva abstracción española.

De esta época data la relación de Broto con Tàpies. En 1979 Juana Mordó presenta a Broto en el marco de la exposición 1980. Tras haber pintado paisajes abstractos, eufóricos al principio, graves más tarde, evoluciona hacia un arte sin ornamentos, reducido a lo esencial, de una gran tensión espiritual. El espacio en las telas de los años 80 y 90 es un espacio lírico. «Yo creo -decía él mismo hace unos años- que el arte no es algo claro que puede explicarse verbalmente, ya que se alimenta de elementos contradictorios y nace de forma enigmática».

Desde 1985 vive en París, donde ha expuesto con Adrien Maeght. En 1987 expuso en el Museo español de Arte Contemporáneo de Madrid y participó en la exposición L’imagination nouvelle en el Musée d’Art Moderne de la villa de París. Estos últimos años ha realizado numerosas obras inspiradas por músicos franceses: Satie, Debussy, Ravel, Messiaen. Asimismo series dedicadas al místico español San Juan de la Cruz y al mallorquín Ramón Llul. Ha estado presente en la Exposición Universal de Sevilla a través de una gran pintura mural encargo del Pabellón Aragonés y en la exposición Pasajes en el Pabellón de España.

Su última exposición en la Galería Soledad Lorenzo de Madrid se componía de una serie titulada Sefarad, en la España de los Judíos, y otra titulada Los libros. En las obras que se introducen en este cuaderno de color se aprecian las últimas tendencias de la obra de Broto.

Artículo extraído del nº 35 de la revista en papel Telos

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