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De la estructura de la comunicación a la opinión pública


Por Fernando Quirós Fernández

Marcial Murciano, en Estructura y dinámica de la comunicación internacional (1), nos presenta un buen estudio sobre la comunicación como sector industrial avanzado. Partiendo de las tipologías para entender el sistema internacional y de los modelos teóricos en que estas se asientan, Murciano desarrolla un pormenorizado análisis del sistema internacional de comunicación, que, sin duda, será un punto de referencia obligado para quienes deseen conocer a fondo las tendencias de un sector que es el motor principal del sistema social.
El primer acierto de este libro es su consideración de la sociedad internacional como un sistema global. El sistema comunicación/información no puede entenderse fuera de esa perspectiva, de la misma forma que la sociedad internacional actual no se entiende sin un estudio de su sistema motor. Porque la comunicación y el producto que pone en juego (la información) son siempre por y para algo, determinadas y determinantes. Tampoco puede sostenerse la presentación de estudios parcializados, sin haber hecho previamente un análisis global, porque una estructura no puede explicarse desde uno solo de sus elementos.
Murciano estudia, en primer lugar, las tendencias del sistema internacional de información: los procesos de concentración multimedia y de transnacionalización, la reducción de la pluralidad informativa, la información como forma de poder. Desde aquí, el análisis de los flujos de información nos muestra como el servosistema del sistema social ha aumentado en los últimos años la identificación del discurso informativo con el poder. Así, el flujo internacional de noticias, el de programas audiovisuales y el de datos presenta un doble proceso de concentración: en todos los casos aumenta la diferencia entre el centro y la periferia del sistema y, al tiempo, el centro se jerarquiza de forma que cada nueva tecnología cierra aún más el anillo de concentración. En otras palabras, crecen las diferencias norte/sur, pero el centro se jerarquiza también colocando a los Estados Unidos como centro de control de la comunicación internacional.
Esta obra, escrita en un tono claro y didáctico, tiene un único inconveniente que, sin duda, su autor asume: la constante necesidad de actualizar los datos. La aceleración de los procesos de innovación tecnológica y los convulsivos cambios del sistema internacional en los últimos años, hacen extremadamente difícil escribir sobre estructura de la comunicación. No dudamos de que en próximas ediciones de este libro encontraremos esa actualización necesaria.

UNA VISIÓN INTERDISCIPLINAR

José Luis Dader, en El Periodista en el espacio público (2) nos ofrece un gran trabajo científico en una doble perspectiva: la opinión pública como objeto e investigación de una disciplina universitaria denominada Opinión Pública.
El enfrentamiento entre el objeto de estudio información y las Ciencias Sociales, es tratado por Dader con rigor y acierto, al reclamar un espacio para la Opinión Pública en las Ciencias de la Información y, por lo tanto, en las Ciencias Sociales. El cuadro conceptual básico de este libro es coherente porque es interdisciplinar y sortea con éxito el cúmulo de monólogos en que las Ciencias Sociales se pierden cuando abordan la información como objeto de estudio científico.
Hace algunos años, el libro de Dader hubiera sido uno más entre los que definían el estatuto epistemológico de las Ciencias de la Información. A la vista de algunas propuestas acientíficas que pretenden volver a las cavernas en el estudio de la comunicación social, no lo es en absoluto. El periodista en el espacio público no cae en formulaciones colonialistas (invasión de unas ciencias por otras), ni en defensas numantinas (negando el apoyo interdisciplinar que todas las Ciencias Sociales precisan, y proclamando la suficiencia de un solo campo de las Ciencias Sociales para entender el conjunto de la sociedad). Con ello, logra el espacio suficiente para reclamar un estudio universitario de la Opinión Pública, que desemboca en la consideración de los profesionales del Periodismo como factor decisivo de la evolución de cualquier espacio público contemporáneo.
José Luis Dader ha entendido muy bien que las Ciencias Sociales o son interdisciplinares o no son tales ciencias. Esta es una condición que vale para todo el campo de la ciencia social, incluyendo, como una más, las Ciencias de la Información. En nuestro terreno, como científicos sociales, sabemos que cada disciplina da y recibe, en un esfuerzo común por analizar adecuadamente la sociedad de la información.
En definitiva, nos encontramos con una aportación muy sólida y valiosa para la bibliografía española de las Ciencias de la Información, cuyo autor nos recuerda en un momento muy oportuno, que la Opinión Pública, como materia universitaria, debe incluirse en las Ciencias de la Información y que éstas tienen un objeto de estudio propio, que han logrado su autonomía científica y que su riqueza reside, al tiempo, en la apertura hacia otras ciencias y en la interacción con esas mismas ciencias en el estudio de la información.
(1) Murciano, Marcial. Estructura y dinámica de la comunicación internacional. Bosch. Barcelona, 1992.
(2) Dader, José Luis. El periodista en el espacio público. Bosch. Barcelona, 1992.

 

Artículo extraído del nº 34 de la revista en papel Telos

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