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La desnudez de la visibilidad


Por Darío Villalba

Sus inicios, en 1964, de fuerte contestación a la generación informalista precedente,
le llevan a exponer en la Sala Central del Pabellón de España en la XXXV Bienal de Venecia. En 1967 comienza a emplear la fotografía como vehículo de pulsiones anímicas, entroncando y respondiendo
a la problemática del arte pop y del conceptual.
Obtiene el Premio internacional de la XII Bienal de Sao Paulo,en 1974. Considerado uno de los pioneros mundiales del empleo de la fotografía como pintura, su obra viaja a grandes exposiciones individuales durante la década de los 70, en museos europeos de máxima reputación, como Frankfurter Kuntsverein (Alemania, 1974), Louisiana Museum (Dinamarca, 1975), Boymans van Beuningen (Holanda), Palais des Beaux-Arts (Bruselas, 1976), etc.
Con más de 70 exposiciones individuales en su haber, recibe en España el Premio Nacional de Pintura, en 1983.
Durante la década de los 80 expuso individualmente en Charles Cowles, cada dos años; y en exposiciones colectivas en el MOMA, Guggenheim y Metropolitan Museum de Nueva York.
Su obra está representada en los principales museos del mundo y es una referencia obligada al estudiar
el desarrollo del arte español tras la generación de El Paso.
Ha creado especialmente para Telos la serie Morada Sonora 1992, despojándose, en esta ocasión, de la complejidad de lenguajes que caracteriza parte de su obra más reciente, para ahondar en una estética ascética inspirada en la Orden del Cister. Ha utilizado para esta obra las mismas imágenes que caracterizan su iconografía, selectiva y recurrente, con la que lleva trabajando más de 25 años.

 

 

 

Artículo extraído del nº 31 de la revista en papel Telos

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