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El ‘valor’ de la cultura: diversidad, democracia y mercado


Por Sagrario Beceiro Ribela

Informe sobre la cultura españolaInforme sobre la cultura española y su proyección global [ICE-2011]
Enrique Bustamante (Coord.)
Madrid: Fundación Alternativas;
Marcial Pons, 2011, 232 p.
ISBN: 978-84-9768-943-4

El Informe sobre la cultura española y su proyección global 2011 es el primero de una serie de informes del Observatorio de la Cultura y la Comunicación (OCC) de la Fundación Alternativas. Se trata de un informe singular en el que un equipo de investigación compuesto por catorce autores analiza los grandes sectores de la cultura española en analógico y en digital, así como el estado de su proyección exterior. En línea con otros lanzamientos de la Fundación Alternativas, como el Informe sobre la Democracia o el estudio sobre la RSC, la idea es que esta publicación tenga carácter anual y que cada nueva edición del informe -orientado a investigadores, expertos, gestores y profesionales- ayude a desgranar las necesidades estratégicas y políticas actualizadas de la cultura en España.

Los datos como coartada

Lo primero que nos llama la atención al tener en nuestras manos esta publicación sobre el estado de la cultura española y su proyección internacional es que no se trata de un informe al uso que recopile datos -aunque haya profusión de ellos- sobre el macrosector en España. El texto es, en realidad, una síntesis y/o balance de cada uno de los eslabones implicados en el desarrollo cultural en España en los últimos años, por lo que la mayor parte de los datos no son un fin en sí mismos, sino que ilustran las conclusiones del equipo investigador implicado en su redacción.

El objetivo final y declarado del equipo de redacción es observar la cultura como resorte indispensable para el desarrollo integral de una sociedad, lo que implica también buscar las estrategias adecuadas a ese progreso y entender la evolución cultural de un país, al mismo tiempo, como recurso de crecimiento económico y como eje esencial de los valores democráticos.

Análisis de síntesis de la cultura española

El Informe se conforma en tres partes bien definidas: una recapitulación sobre el estado actual de la cultura, por sectores, en un entorno ya digital y de crisis mundial; un debate abierto sobre la proyección de la cultura española en el mundo hispanohablante y global, y un apartado dedicado a conocer o indagar la opinión de los agentes implicados, creadores y gestores de las industrias de la cultura en España. En el prefacio, Nicolás Sartorius, Vicepresidente ejecutivo de la Fundación y Fernando Rueda, Director del Observatorio, contextualizan el empeño. Y una larga introducción del Coordinador, Enrique Bustamante, marca la diversidad como objetivo central del Informe, diagnosticando la cultura española actual como «en la encrucijada, en plena crisis económica pero también en la difícil transición entre el mundo analógico y el nuevo entorno digital». Su conclusión es la necesidad de reforzar las políticas públicas de cultura y adaptarlas a las demandas digitales de los usuarios. 

El primero de los apartados, que resume el estado actual de la cultura española, tiene su origen en las múltiples actividades y líneas de investigación seguidas por el Observatorio de la Cultura y la Comunicación (OCC) de la Fundación Alternativas en los últimos cuatro años, con el antecedente del área de Cultura y Comunicación del Laboratorio de la Fundación que comenzó sus informes en este ámbito hace once años. Todos los autores han estado vinculados, en sus respectivos campos, a esas actividades y debates y tienen una probada trayectoria de estudio en sus campos, lo que les permite analizar con soltura la situación actual de las artes escénicas (Alberto Fernández Torres), las artes visuales (Rosina Gómez-Baeza y Jorge Fernández León), la música e industria fonográfica (Luis Albornoz), el libro y su edición (Guiomar Alonso y Juan Alberto Moreno), el audiovisual (José María Álvarez Monzoncillo y Javier López Villanueva) o los videojuegos (Enrique Morales). Sus aportaciones, además de una búsqueda de las raíces de la situación actual, sobreentienden discusiones de gran calado y difícil respuesta sobre el equilibrio necesario entre creaciones simbólicas, diversidad y factores económicos o de mercado.

Los autores reflexionan, según el caso, sobre los retos futuros, proponen actuaciones o medidas concretas y muestran campos de investigación o reflexión abiertos en cada sector. El objetivo central de estos análisis, reflejado en conclusiones y propuestas finales en cada capítulo, es la propuesta de políticas públicas en defensa de cada actividad cultural, en articulación con renovadas estrategias privadas, sobre todo de las PYMES culturales.

Aunque en cada sector se analiza la presencia exterior, el segundo apartado estudia transversalmente la proyección internacional de la cultura española en los entornos hispanohablantes del continente americano y las posibilidades abiertas de intensificar su cooperación intercultural. Los objetivos de análisis son la cultura hispana en Estados Unidos (George Yúdice), la cooperación cultural de España en el entorno iberoamericano a través de la coproducción, la codistribución o la copromoción (Trinidad García Leiva) y las potencialidades ofrecidas por las redes sociales en Iberoamérica (Juan Calvi). La proyección internacional de la cultura española en otros entornos y mercados con evidentes barreras lingüísticas, tales como Asia, África o incluso Europa, no constituyen un objetivo definido en la presente edición, centrada en la cultura en español, aunque se cita en cada sector.

El tercer apartado, una auditoría sobre la diversidad y la calidad de la cultura en España, está dirigido por Patricia Corredor y realizado sobre los datos de una amplia encuesta contestada por casi un centenar de agentes -creadores, gestores públicos y privados, analistas y críticos- de los diferentes sectores culturales y representativos de toda la cadena de valor. Esta encuesta es, sin lugar a dudas, uno de los elementos más singulares del Informe sobre la cultura española y su proyección global 2011 y su puntuación conjunta, matizada en cada apartado por agentes y sectores, resulta en un 5,1 como valoración de la situación de la cultura española actual, lo que ha dado lugar a una fuerte repercusión mediática de su presentación pública y a notables debates en la prensa. No es habitual encontrarse con este tipo de valoraciones sobre la situación, evolución y tendencias de la cultura en fases claves como la producción y la distribución de los sectores culturales, ya que normalmente este tipo de encuestas o auditorías se utilizan exclusivamente para medir el uso o consumo cultural.

Más allá de los resultados de esta auditoría, en el presente informe y con toda la subjetividad que la opinión de los agentes pueda acarrear, siempre es interesante conocer su percepción, ya que es un buen indicador del calado de las diferentes políticas y estrategias culturales aplicadas (o de la ausencia de las mismas) y puede aportar algunas ideas originales derivadas del conocimiento directo de las rutinas o concepciones habituales en diferentes sectores. Además, cumple un objetivo secundario que las instituciones no deberían obviar: que los agentes se sientan reflejados en los datos y estudios e, idealmente, más implicados en futuras políticas y estrategias de desarrollo cultural.

La continuidad como objetivo

Para finalizar, podemos resaltar que la principal bondad de este informe es su clara vocación de continuidad. Si este deseo se hace realidad y llegan nuevos informes en el futuro, su serialización nos permitirá abarcar una dimensión temporal suficiente para hacer análisis secuenciales y también balances sobre la interdependencia entre la cultura y las condiciones políticas y económicas en las que se inscribe, además de observar cómo se plasma esa evolución en la opinión de expertos y profesionales de la gestión cultural en España y en la proyección internacional.

Y esta bondad es también, por el momento, su debilidad. Al ser el primer informe de una serie, solo la comparación con posteriores publicaciones que nos hablen de la evolución de la cultura española nos dirá si el texto que tenemos ahora en nuestras manos indaga sobre las claves adecuadas o pertinentes para definir las mejores opciones políticas y estratégicas a seguir en el sector de la cultura. Pero además, la fuerte repercusión de la crisis económica sobre la cultura española en estos últimos meses y la mutilación de presupuestos para las políticas públicas ofrece un terreno trascendental al análisis. En la actual situación de crisis económica y política mundial, en Europa y en España en particular, el papel de la cultura puede ser crucial; y las decisiones y estrategias de hoy en día pueden ayudar -o entorpecer- una más que deseable estabilidad de la cultura española en el futuro, en términos económicos, pero también y sobre todo, democráticos.

Artículo extraído del nº 92 de la revista en papel Telos

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