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De la Sociedad en Red a las redes sociales


Por Antonio Castillo Holgado

A varios autores se les atribuye la siguiente anécdota: el autor en cuestión viaja por una carretera que conduce a una importante catedral (Burgos, León o Chartres según el caso) y en su camino se encuentra con un muchacho que está recogiendo piedras y colocándolas en una carretilla; el escritor se dirige a él y le pregunta ¿qué estás haciendo? El muchacho le responde “un trabajo idiota, muevo piedras de un lado a otro”. En su viaje el escritor se encuentra con un nuevo muchacho dedicado a la misma tarea que el anterior, que sin embargo parece disfrutar más con su trabajo y le plantea la misma pregunta, el segundo muchacho le responde “he encontrado un buen trabajo que me permite estar todo el día al aire libre”. Por último, llegando casi a la ciudad, el desconcertado autor se encuentra con un tercer joven dedicado con ahínco a la misma labor que los dos anteriores. Parece disfrutar con su trabajo y lo realiza con extremado esmero. Sorprendido el escritor efectúa la misma pregunta. El afanado joven le contesta con inusitado entusiasmo “estoy construyendo una catedral”.

De la misma forma la Sociedad en Red puede ser percibida como una carga pesada que contribuye a alienar a sus usuarios, reducir su privacidad, establecer una nueva forma de esclavitud tecnológica, y controlar nuestros pensamientos, mediante sofisticados medios de vigilancia, o bien como un nuevo entorno que nos libera de penosas tareas proporcionándonos nuevas herramientas de productividad, favoreciendo nuestro ocio, poniendo a nuestro alcance mundos abiertos a nuestra curiosidad y facilitando la comunicación en nuevos espacios. Incluso el nuevo paradigma de la Redes Sociales nos impulsa a formar parte de ambiciosos proyectos de construcción de conocimiento, proporcionándonos herramientas de creatividad y contribución para formar parte de la infraestructura global de conocimiento. Ya no solo hacemos una fotografía familiar, escribimos un modesto artículo o tomamos una filmación, sino que estamos participando en la redacción de una enciclopedia multimedia, compartiendo nuestras experiencias personales para servir de guía, compañía y referencia a otros miembros de la Red Social con quienes compartimos afinidades e intereses.

Las Redes Sociales multiplican la capacidad de comunicación de sus miembros, tanto en el tiempo como en el espacio, ya que cada usuario de la Red de Telecomunicación puede ser simultáneamente miembro de varias Redes Sociales y disfrutar de la sensación de estar permanentemente comunicado con todos los restantes “socios” de la Red, en una suerte de “partida múltiple” compartiendo informaciones, ideas e iniciativas en las diferentes áreas de interés de cada sujeto.

Cada miembro participa activa, simultánea y permanentemente en tantas propuestas como desee, sintiéndose protagonista con cada una de sus intervenciones, saltando del espacio privado al público y viceversa, sin solución de continuidad.

Este nuevo paradigma de protagonismo activista y colectivo supone poner en marcha nuevos esquemas de dinamización y motivación para que el mundo de los medios se convierta en un verdadero escenario bidireccional, donde cada actuación de comunicación emprendida por un miembro de una Red Social tenga una trascendencia de alcance inesperado, con favorables consecuencias en la creación de nuevo pensamiento.

Es de esperar que esta nueva infraestructura activa de generación y difusión de conocimiento se proyecte como una plataforma de innovación, donde viejas ideas sean analizadas con nuevos ojos y propuestas agresivas, se vean atemperadas por los ojos de la experiencia combinándose todas ellas en este nuevo crisol, sociológico.

En su nueva etapa la Revista Telos pretende atraer nuevos “oficios” en la construcción de esta plataforma de debate innovador, incorporando experiencias del mundo de la comunicación social, el pensamiento económico, la gestión de la tecnología y la innovación.

De esa forma la Revista Telos, en esta nueva etapa, renace con la vocación de crear en torno a sus contenidos, actores y lectores, una Red Social de todos aquellos que, expresándose en castellano, crean pensamiento en el ámbito de la comunicación social, la innovación y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en su denominación más amplia.

Queremos que Telos, tanto en su versión impresa como en su versión digital en Internet sea el vehículo de interconexión que estimule la compartición activa de ideas a través de la “Infraestructura del Conocimiento Español” para que todos los que participemos en este proyecto nos sintamos una pequeña parte en la construcción de esta catedral del siglo XXI.

Artículo extraído del nº 74 de la revista en papel Telos

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Antonio Castillo Holgado

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