¿Qué hace que el español pueda ser considerado hoy en día una de las escasas lenguas en crecimiento en el mundo? ¿Cómo debe interpretarse su presencia en los foros internacionales económicos más importantes? ¿Por qué cada vez más alumnos se decantan por estudiar español como lengua extranjera en detrimento de la demanda de otras lenguas estudiadas tradicionalmente? La respuesta a estas cuestiones se encuentra en el lugar privilegiado que ocupa la lengua española en el mundo en los albores del siglo XXI, y en el importante papel que puede desempeñar en un futuro cercano, si se descifran correctamente las claves que explican este auge y se implementan en beneficio del desarrollo de nuestras industrias lingüísticas y culturales.
El investigador británico David Graddol, en un artículo publicado en la prestigiosa revista Science, aseguraba ya en 2004 que en el año 2050 el español superará al inglés, pues según sus cálculos lo hablará el 6 por ciento de la población mundial frente a un 5 por ciento de anglohablantes. La de Graddol es sólo una de las muchísimas voces que, sobre todo fuera de España, han advertido la extraordinaria pujanza que ha alcanzado el español. Últimamente los testimonios a este respecto de lingüistas, políticos, sociólogos, intelectuales y medios de comunicación se multiplican: la explicación reside, en definitiva, en las principales características que presenta hoy el español y que lo convierten en una fuente de riqueza indiscutible.
Claves de la pujanza del español
En primer lugar, su potente demografía: el español es la cuarta lengua más hablada del mundo por detrás del chino, el inglés y el hindi. El español es una lengua en crecimiento prácticamente desde el siglo XVI y con el tiempo no ha dejado de extenderse: a finales del siglo XIX contaba tan sólo con unos 60 millones de hablantes y en la actualidad la cifra de hispanohablantes en el mundo se sitúa en la barrera de los 500 millones; así pues, nadie duda de que este crecimiento demográfico continuará a lo largo del siglo XXI.
Los hablantes de español representan en estos momentos, si se tiene en cuenta sólo la veintena de naciones donde es lengua oficial, alrededor del 6 por ciento de la población mundial, frente al 8,9 de los hablantes de inglés o, por ejemplo, el 1,8 por ciento de los hablantes de francés. Las proyecciones más prudentes prevén que en el año 2050 habrá alrededor de 550 millones de hablantes de español sólo en los países donde es lengua oficial, y ello sin contar, por tanto, a los hispanos de Estados Unidos y a quienes lo hablan como segunda o tercera lengua. Demográficamente, el español ocupa una de las áreas geolingüísticas más extensas del mundo: además del territorio español, dentro del continente europeo, donde reside apenas el 10 por ciento de la población que habla español en el mundo, gran parte del continente americano es hispanohablante, y es en América donde viven casi 9 de cada 10 hablantes de español.
A su vez, el índice de comunicatividad entre los hablantes de todo este territorio es muy alto, pues el español lo habla casi el 95 por ciento de la población de los países donde es lengua oficial, frente a porcentajes del 35 en el caso del francés y del 27 por ciento en el del inglés. Este es uno de los puntos fuertes de una lengua que se caracteriza por ser sumamente homogénea y unitaria y, en consecuencia, sin apenas riesgos de fragmentación, dentro de su enorme riqueza y diversidad. En segundo lugar, su reconocido prestigio cultural: el español es el vehículo idóneo para acceder al patrimonio cultural de España e Hispanoamérica.
La lengua, en nuestro caso la española, es la puerta de acceso a la producción cultural que se genera en todos los países de habla hispana en cualquiera de sus expresiones: literaria, artística, cinematográfica, científica, arquitectónica… Una lengua es ya en sí misma un hecho cultural de primera magnitud y patrimonio de toda la humanidad. El español era ya lengua de cultura en el siglo XIII y con el Quijote nació, a principios del XVII, el género por excelencia de la cultura moderna: la novela. Hoy, pintores, escritores, cineastas, arquitectos, músicos y dramaturgos de España e Hispanoamérica son vistos, dentro y fuera de nuestras fronteras y con independencia de sus países de origen, como miembros de una misma y potente cultura. Todos ellos forman lo que Carlos Fuentes ha llamado el «Territorio de La Mancha», al que configura una lengua común: el español. Y en tercer lugar, su indudable valor instrumental: como lengua de comunicación internacional el español desempeña un papel determinante, al tiempo que abre las puertas del futuro profesional de todos aquellos que la estudian. Ocupa el segundo lugar como lengua extranjera más estudiada del mundo, por detrás únicamente del inglés: podemos afirmar que hoy estudian español como lengua extranjera más de 14 millones de alumnos en todo el mundo.
En Europa estudian español casi tres millones y medio de estudiantes distribuidos en 38 países; destaca especialmente la demanda que existe en Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Suecia y otros países nórdicos y varios países de la Europa del Este. En África la expansión del español vive un momento crucial; más de medio millón de alumnos africanos lo estudian como lengua extranjera a lo largo y ancho del continente; en Marruecos hay cerca de 60.000 estudiantes, y en Senegal y Costa de Marfil más de 100.000 y de 235.000 respectivamente. La situación del español en Oriente Próximo arroja resultados igualmente esperanzadores, ya que la demanda sigue creciendo a pesar de la inestabilidad política y por tanto económica que atenaza la zona en los últimos años, mientras que Asia y el Pacífico Sur, con cerca de 160.000 estudiantes de español, suponen el mayor reto que afronta nuestra lengua en los albores del siglo xxi.
La mayor demanda de español se concentra, no obstante, en el continente americano con más de 7 millones de estudiantes, cifra que, con total certeza, se triplicará en los próximos años, dado que, por un lado, del millón de estudiantes de español que registra Brasil en la actualidad, se pasará a un mínimo de 11 millones en el momento en que se haga plenamente efectiva la Ley del Español, por la que todas las escuelas brasileñas estarán obligadas a ofrecer la asignatura de español en la enseñanza media. Las previsiones indican que dentro de diez años hablarán español 30 millones de brasileños. Por otro lado, las expectativas de crecimiento de la demanda de español en Estados Unidos se sitúan en torno al 60 por ciento, en un mercado en plena expansión que se estima que sobrepasa ya los 6 millones de estudiantes. De hecho, el español es la segunda lengua de Estados Unidos (lo hablan ya más de 36 millones de estadounidenses) y este país es la plataforma decisiva para que se reafirme su papel como una de las dos grandes lenguas de comunicación internacional del siglo XXI.
Activo económico en potencia y retos de futuro
La demanda de clases de español en un número creciente de países puede suponer un impulso renovado a las industrias lingüísticas y turísticas de los países hispanohablantes, si se saben aprovechar las oportunidades que nos brinda el auge creciente del español en los mercados internacionales. En estos momentos visitan España unas 180.000 personas al año para estudiar español (jóvenes que permanecen entre 3 y 4 semanas y gastan durante ese tiempo unos 2.000 euros de media).
Sabemos que el español aporta el 15 por ciento del Producto Interior Bruto en España, y está aún por analizar lo que supone para el resto de los países hispanohablantes. Esto es sólo el comienzo. El español se ha convertido en una de nuestras principales fuentes de riqueza: no deberíamos desaprovechar esta excepcional coyuntura para invertir en el desarrollo de un activo económico con enorme proyección de futuro: la lengua común de 500 millones de hispanohablantes, transmisora del patrimonio cultural de España e Hispanoamérica. Su porvenir, no obstante, no está exento de retos: afianzar su papel en el ámbito de la diplomacia y en los mercados internacionales, abrirse camino tanto en Internet como en el campo de las publicaciones científicas y afianzar la tendencia al alza de su demanda como lengua extranjera.
GRADDOL, D.: «The Future of Language»; en Science 27, vol. 303, núm. 5.662, febrero 2004, págs. 1.329-1.331.
VV. AA.: Enciclopedia del español en el mundo. Anuario del Instituto Cervantes 2006-2007, Madrid, Instituto Cervantes; Barcelona, Plaza & Janés, Círculo de Lectores, 2006.
Bibliografía básica en Internet
cvc.cervantes.es/obref/anuario/
cvc.cervantes.es/obref/congresos/
www.congresodelalengua.gov.co/
Artículo extraído del nº 71 de la revista en papel Telos
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