Dentro del amplio y diverso abanico de países que conforman la Commonwealth desde 1931, destacan claramente aquellos tres en los que la población mayoritaria es descendiente de los colonos británicos, es decir Canadá (también franceses), Australia y Nueva Zelanda. Estos vastos territorios colonizados por el Reino Unido, en disputa con los imperios español y francés, han terminado consiguiendo su independencia de la antigua metrópoli en el siglo XX (aunque con un estatus especial que los vincula a la Corona). Uno en el continente americano y los otros dos en Oceanía, constituyen una trilogía muy próxima al eje anglosajón hegemónico conformado por Estados Unidos y el Reino Unido (junto a Irlanda). Esto permite que, a pesar de sus diferencias intrínsecas, en el mundo globalizado aparezcan como integrantes de una comunidad internacional claramente diferenciada de otras.
Esta unidad étnica, cultural y lingüística de los países anglosajones ha favorecido que el desarrollo de sus sistemas políticos y económicos liberales no haya sido nunca cuestionado en sus territorios y que siempre que se han producido problemas graves (como las dos Guerras Mundiales, la Guerra Fría o el actual integrismo islámico) han ido juntos en la misma dirección. De todas maneras, existen grandes diferencias entre unos y otros como resultado de la evolución histórica y de la situación geográfica en el planeta. En especial, Canadá, Australia y Nueza Zelanda se caracterizan por sus enormes territorios (no tanto este último) y escasa población: 32 millones, 20 millones y 4 millones de habitantes, respectivamente. Asimismo, por su gran empuje económico y tecnológico, su alto nivel de consumo y, por extensión, su elevado desarrollo educativo, cultural y mediático.
Estos parámetros han permitido a estos países (en especial a Canadá y a Australia) lograr situarse entre los Estados en cabeza del mundo industrializado por lo que se refiere al grado de implantación de los medios de comunicación y el conjunto de industrias culturales así como las tecnologías digitales. Paralelamente, se han desarrollado en ellos unos importantes sistemas educativos y de investigación en este campo, lo que ha favorecido la consolidación de revistas profesionales y académicas significativas.
Canadá y la influencia americana
Canadá cuenta con uno de los mercados mediáticos más prósperos y ricos del mundo, a causa de su gran potencial económico, tecnológico y cultural. De todas maneras, la vecindad con la mayor potencia contemporánea ha condicionado su desarrollo, ya que ha obligado a este país a adoptar medidas proteccionistas (tanto en los territorios anglófonos como en los francófonos) para defenderse de una penetración cultural transnacional que debe ser una de las mayores del mundo desarrollado. Dispone de una prensa bastante potente, aunque no de carácter nacional a causa de su enorme extensión territorial, sino centrada en las grandes concentraciones anglófonas (Toronto, Vancouver, Ottawa) y francófonas (Québec), y ya en 1917 apareció una agencia de noticias propia (Canadian Press) para liberarse de la dependencia de las grandes agencias estadounidenses. Hasta 1958, la Canadian Broadcasting Corporation (que siguió el modelo de la BBC británica) dominó el sistema radiotelevisivo nacional, aunque desde entonces se han desarrollado cadenas privadas, integradas hoy en algunos grupos multimedios de gran implantación. Desde 1984, Canadá ha unido su mercado al de EEUU en el NAFTA, al que se ha asociado también México en 1988.
El modelo universitario canadiense siguió los patrones británicos. Por ello, a diferencia de EEUU, en este país la enseñanza superior sobre Periodismo y Comunicación Social en general llegó lentamente y bastante tarde. El primer centro académico que desarrolló los estudios de Periodismo fue la University of Western Ontario en 1947, ya que anteriormente este tipo de enseñanza se hacía en un nivel de formación profesional y técnica. Sin embargo, en el último medio siglo se ha extendido su implantación superior, tanto en las principales universidades anglófonas (Concordia University, Trinity Western University, University of Alberta, University of New Brunswick, University of Toronto, University of Western Ontario y York University) como francófonas (Université Laval, Université de Montréal y Université de Québec).
Asimismo, se han desarrollado algunos institutos especializados en investigación teórica, empírica y aplicada, como el McLuhan Program in Culture and Technology y el Centre dEtudes sur les Médias, y la gran mayoría de profesores e investigadores integran la Canadian Communication Association (CCA). Otras asociaciones académicas y profesionales de gran interés son la Commenwealth Association for Education in Journalism & Communication [CAEJC] (London, Ontario: University of Western Ontario); el Conseil Mondial de la Radiotélévision [CMRTV] (Montreal), y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias [AMARC] (Montreal).
En Canadá comenzaron a editarse revistas profesionales y técnicas especializadas desde comienzos del siglo XX, acorde con el desarrollo que iban adquiriendo las industrias culturales y mediáticas de la época (en particular, la prensa, el cine y la radiodifusión). Algunas han aparecido en inglés, otras en francés e incluso otras han sido bilingües. En inglés destacan las siguientes: Canadian Moving Picture Digest (1911-1955); The Publisher (Toronto: Canadian Community Newspaper Association, 1917-); Canadian Film Weekly (1935-1970); Cable Communications Magazine (Toronto: Canadian Telephone and Cable Television, 1933-); Broadcaster (Toronto: R.G. Lewis & Co., 1942-); Canadian Radio Yearbook (Toronto, 1946-, después transformada en Canada Radio and Television Annual); Press Review: A National Voice for the Media (Toronto: Michael Cassidy, 1976-), y Radio Guide (Toronto: Canadian Broadcasting Corporation, 1981-). Por su parte, en francés se han publicado revistas como Le Film (1920-1962); Le Bon Cinéma (1927-1929); Le Courrier du Cinéma (1935-1954), y Antennes (Québec: Departement de Communications, 1976-). Finalmente, se han publicado revistas bilingües como InteRadio (Montreal: Asociación Mundial de Radios Comunitarias, 1989-); AMARC Link (Montreal: Asociación Mundial de Radios Comunitarias, 1990-, también en español), y Frecuence = Frequency (Montreal: AERTC, 1994-).
Por su parte, los títulos teóricos tardarían algunos años en llegar, con la excepción del Journal of Radio Law (University of Saskattchewan, 1931-1932). En efecto, no sería hasta los años setenta cuando aparecerían las primeras revistas académicas significativas, también divididas por la lengua empleada. En inglés nacieron publicaciones como Canadian Journal of Communication (Vancouver: Canadian Journal of Communication Corporation y Canadian Communication Association, 1974-); McLuhan Monographs (Toronto: McLuhan Program in Culture and Technology, University of Toronto, años 80); SIMILE: Studies in Media & Information Literacy Education (Toronto: University of Toronto Press, 2001-); Canadian Journal of Political and Social Theory (Montreal: Concordia University), y Kinema: A Journal for Film and Audiovisual Media (Waterloo: University of Waterloo). Paralelamente, en francés nacieron revistas como Communication et Information: Revue Québécoise des Recherches et des Pratiques en Communication et Information (Québec: Université Laval, 1974-), y Cinémas (Montreal: Université de Montréal, 1990-).
Finalmente, bilingües han sido publicaciones académicas significativas como In Search = En Quete: The Canadian Communication Quarterly = Le Revue Canadienne de la Telécommunication (Ottawa: Department of Communications, 1973-); Human Communication (Edmont: Canadian Speech and Hearing Association, 1975-); The Canadian Journal of Information Science = Revue Canadienne des Sciences de lInformation (Otawa: Canadian Association of Information Science, 1976-); The Canadian Journal of Research in Semiotics (Alberta: Canadian Semiotic Research Association, 1978-1979, que continuó como RSSI: Recherches Semiotiques = Semiotic Inquiry (Ottawa: Carleton University y Canadian Semiotic Association, 1982-), y Canadian Journal of Film Studies = Revue Canadienne dÉtudes Cinématographiques (North York: York University, 1990-).
Las dos revistas de mayor proyección e influencia internacional han sido la anglófona Canadian Journal of Communication y la francófona Communication et Information: Revue Québécoise des Recherches et des Pratiques en Communication et Information, que en tres décadas han expuesto la doctrina más significativa desarrollada en Canadá en el campo de la comunicación social y las industrias culturales desde una perspectiva diferente, pero complementaria en un país complejo y diverso, en el que conviven (algunos a gusto y otros a disgusto) dos comunidades históricas, lingüísticas y culturales próximas pero diferentes, junto con otras comunidades autóctonas (amerindias) hoy por hoy prácticamente fuera del debate identitario por razones históricas, y extranjeras. En ambas revistas se han publicado textos de los principales investigadores del país, como William H. Melody, Vincent Mosco, Gertrude J. Robinson y Gaëtan Tremblay, entre otros muchos estudiosos, así como se ha analizado parte de la obra de dos de los comunicólogos canadienses de mayor proyección internacional, como son Harold A. Innis y Marshall McLuhan.
Ambas revistas no sólo centran su interés en la realidad canadiense (cada una especialmente en su propia comunidad lingüística), sino que también se interesan por otras realidades foráneas: la de Vancouver se preocupa más por los países de la Commonwealth, y la de Québec por los países unidos por la francofonía. Es decir que, de alguna manera, se desinteresan por la realidad y omnipresencia de su vecino gigante del sur y la influencia desproporcionada que ejerce éste en el sistema mediático y cultural canadiense. De todas maneras, en estas revistas aparecen los tópicos teóricos más significativos que pueden encontrarse en las principales publicaciones norteamericanas y británicas, con la particularidad de ser analizados desde un país que en cierta medida se beneficia de su estatus pero no ocupa una posición central en el planeta.
Australia y su peso en Asia-Pacífico
Los medios de comunicación social se han desarrollado en Australia de manera espectacular a lo largo del siglo XX, a pesar de ser un país muy apartado de los principales polos del mundo capitalista desarrollado y de contar con una demografía exigua en un territorio muy extenso. No sólo ha contado con una radiotelevisión pública prestigiosa y potente (la Australian Broadcasting Corporation, que ha seguido el modelo de su homóloga británica), sino que en este país han medrado dos grandes grupos mediáticos privados a partir de una prensa potente: News Corporation, del magnate Rupert Murdoch, y Fairfax; el primero, sin duda, de alcance global.
Consiguientemente, la reflexión teórica y académica en el campo de la comunicación social tuvo en Australia unos orígenes tempranos, como en los principales países anglosajones. Los primeros estudios universitarios especializados en Periodismo aparecieron en 1921 en la University of Queensland (Brisbane), de la mano del profesor John Henningham. A partir de entonces, se han desarrollado diferentes centros docentes y de investigación en la RMIT University (Melbourne) desde 1972; en la University of Southern Australia (Adelaide) desde 1973; en la Charles Stuart University (Bathurst) desde 1975, y en la University of Technology (Sidney) desde 1978.
Asimismo, otros centros en los que se enseña e investiga sobre comunicación social son los siguientes: University of Canberra, Griffith University, MacQuarie University, University of Southern Queensland y Victoria University of Technology (donde enseña uno de los investigadores australianos con mayor proyección internacional: John G. Sinclair). Por su parte, el Gobierno estatal fundó en 1973 la Australian Film, Television and Radio School (AFTRS), con sedes en Sidney, Melbourne y Brisbane, que ha tenido una influencia decisiva en el auge de la industria audiovisual australiana, lo que le ha permitido también una proyección internacional significativa.
Pero la investigación especializada en algunas facetas concretas de la comunicación social cuenta con centros específicos, como es el caso del Media Law Workstation (University of Technology Sidney), Communication Law Center (University of New South Walles), Melbourne CIRCIT Research Institute y Publisher Media Information Australia, así como asociaciones académico-profesionales de gran implantación nacional, como la Journalism Education Association (Callaghan: University of Newcastle, 1975-), que actualmente acepta miembros de Nueva Zelanda y de otros países de la región Asia-Pacífico, y edita la revista académica Australian Journalism Review.
A lo largo del siglo XX se han publicado en Australia diferentes revistas profesionales especializadas en las ramas de la prensa, la radio, el cine y la televisión, entre las que pueden citarse las siguientes: The Journalist (Sidney: The Australian Journalists Association, 1911-); Radio in Australia & New Zealand (Sidney: The Wireless Press, 1923-1928); Listener In (Melbourne, 1925-1955); Australian Radio News and Film Review (Sidney: Australian Radio Artists Association (1932-); The ABC Weekly (Sidney: Australian Broadcasting Comission, 1939-1959); Monitor (Sidney: Institution of Radio and Electronics Engeneers of Australia, 1939-1976); Radio Facts and Figures (Sidney: Australian Radio Advertising Bureau, 1961-1974); Drama on ABC Radio (Sidney: ABC Radio, 1965-); Audio Visual Australia (Melbourne: D.L. Marks, 1971-); New Journalist: Australias Media Critic (Sidney: New Journalist Collective, 1972-); Voice of the Gospel Australia: Radio Broadcasting to Russia and Eastern Europe (Canterbury, 1973-1997); Radio (Milsons Point: Federation of Australian Broadcasters, 1977-1986); EON Extra (Melbourne: EON-FM, 1981-); Australian Sound and Broadcast (Sidney: Tomcat Publishing, 1981-1983); Look & Listen: The Monthly Companion to Australian Television and Radio (Sidney: David Burton Publishing, 1984-), y The National Broadcaster (Sidney: Australian Broadcasting Comission, 2000-).
Por su parte, las revistas académicas han florecido en las últimas cuatro décadas en las principales universidades e instituciones académicas, entre las que conviene citar las siguientes: Metro: Media + Education (Carlton: Association of Teachers of Film and Video, 1964-); Mass Media Review (South Hobart: Australian Society for Education in Film and Television, 1968-); Journalism Education (Bathurst: The Society for Mass Media and Resource Technology, 1971-); Journal of the Society for Media and Resource Technology (Adelaide: The Society for Mass Media and Resource Technology, 1971-); Australian Scan: Journal of Human Communication (Brisbane: Speech Communication Association, 1976-); Continuum (Murdoch: Murdoch University, 1988-, especializada en cine); Australian Journal of Cultural Studies (Murdoch: Murdoch University, década 1980); New Directions (North Ryde: Australian Film, Television and Radio School, década 1980); The Ethnic Broadcaster (West End: National Ethnic & Multicultural Broadcaster Council, 1990-), y Newsletter: The Quarterly Publication of the Historical Radio Society of Australia (Glen Iris: Historical Radio Society of Australia, 1984-1994; continúa como Radio Waves, 1994-).
Algunas de las revistas australianas cuentan con una cierta proyección internacional, favorecida por el peso económico y científico de la comunidad anglosajona y por la penetración de la lengua inglesa en los ambientes universitarios de todo el mundo, pero también por un claro interés por temas que afectan a gran parte del orbe. Se trata de Australian Journal of Communication (Brisbane: University of Queensland y Australian and New Zealand Communication Association, 1974-); Media International Australia: Culture & Policy (St. Lucia: University of Queensland / Australian Key Centre for Cultural and Media Policy, 1976-; nacida como Media Information Australia), y The Journal of International Communication (Sidney: Macquarie University e International Association for Media & Communication Research, 1994-).
Estas tres revistas en especial no se ocupan sólo de las cuestiones clave del sistema mediático australiano, sino que también se interesan particularmente por su vecina Nueva Zelanda y por un área estratégica fundamental para el futuro del país como es el sudeste asiático y el Pacífico sur, así como de otras cuestiones de la agenda de las principales revistas anglosajonas, como los procesos de globalización, la interrelación entre medios, la identidad en el espacio, el terrorismo integrista islámico, la comunicación institucional, la expansión de las tecnologías digitales, las nuevas formas de propiedad intelectual, el desarrollo sostenible, y el comportamiento de los receptores frente a la nueva oferta mediática.
Nueva Zelanda, complemento de su vecino
Los medios de comunicación de Nueva Zelanda están también muy desarrollados y cuentan con una larga tradición democrática y liberal. En el caso de los medios audiovisuales existen dos tipos de propiedad: de una parte los públicos, que siguen la tradición de la BBC británica, y de otra los privados, que dependen de los ingresos publicitarios. Tiene un activo Consejo de Prensa y un gran respeto por la libertad de expresión, y poco a poco están aumentando los medios de la minoría maorí, población original del archipiélago.
Varios centros superiores ofrecen cursos en el campo de la comunicación social, con diplomas de validez nacional, entre los cuales se encuentran los siguientes: New Zealand Centre for Innovation & Entrepreneurship, UNITEC Institute of Technology (Auckland); Department of Communication Studies, Auckland University of Technology (Auckland), y Department of Management Communication de la University of Waikato (Hamilton).
Desde épocas tempranas aparecieron publicaciones profesionales especializadas en el medio radiofónico, como las siguientes: Canterbury Radio Journal (Christchurch: Radio Society of Christchurch, 1924-1929); el semanario The Radio Record (Wellington: Radio Broadcasting of New Zealand, 1927-1932, que pasó a llamarse The NZ Radio Record and Home Journal, 1932-1939), y New Zealand Listener (Wellington: New Zealand Broadcasting Service, 1939-1964), así como otras más recientes como News + Views (Christchurch: New Zealand Friends of National Radio, 1991-1996), y Listen Hear: News from Radio New Zealand (Wellington: Radio New Zealand, 2002-).
Sin embargo, no se han desarrollado suficientemente las publicaciones teóricas especializadas en el campo de la comunicación social y las industrias culturales, sobre todo a causa de la proximidad de Australia, cuyas revistas universitarias no sólo se ocupan también de su vecino neocelandés, sino que ejercen una influencia muy significativa en sus ambientes académicos y profesionales. Asimismo, conviene recordar que las revistas norteamericanas y británicas tienen también una enorme penetración en este pequeño, rico y lejano país.
Artículo extraído del nº 71 de la revista en papel Telos
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