«La pregunta sobre qué significa ser latinoamericano
está cambiando a comienzos del siglo XXI, se desvanecen las respuestas
y surgen dudas sobre la utilidad de tomar compromisos continentales»
Néstor García Canclini (2002)
Como lo atestiguan numerosos trabajos provenientes de la historia, la sociología, las ciencias políticas, la antropología y, más recientemente, las ciencias de la comunicación, los trabajos sobre la «integración latinoamericana» a nivel cultural tienen una larga tradición. Sin embargo, hoy en día, inserta la región en un acusado proceso de transnacionalización, las partes que conforman ese sintagma parecen haber cambiado de sentido tanto como el sintagma mismo. Por un lado, la acción de los referentes tradicionales (Estados, mercado y medios masivos) ha dado lugar a «nuevos administradores de lo latinoamericano» (García Canclini, 2002). Por otro, lo latinoamericano, en su complejidad y diversidad, ya no se encuentra anclado en una geografía determinada. En este contexto, reflexionar sobre Latinoamérica y su integración informativa, comunicativa y cultural se ha convertido en una tarea difícil, pero urgente y necesaria.
Desde el ámbito académico-editorial, la iniciativa del colombiano Grupo Editorial Norma de lanzar, en agosto de 2000, la Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicación bajo la dirección de Aníbal Ford, se presenta como la más interesante del último lustro. La colección, que en mayo de este año alcanzó su libro número 29, está realizada por especialistas latinoamericanos y su objetivo declarado es «suministrar introducciones a conceptos, teorías, métodos, problemas y tendencias de la cultura contemporánea y sus formas de abordaje». Son variadas las problemáticas tratadas en las páginas de esta colección y muchos de los trabajos afrontan éstas a escala regional.
Hasta el momento, el único libro de esta colección que específicamente trata la temática de la integración cultural regional es el de Rafael Roncagliolo Problemas de la integración cultural: América Latina (2003). En su obra Roncagliolo propone «una mirada a las comunicaciones latinoamericanas en la encrucijada de una integración que corre el riesgo de desvanecerse y de una globalización que, aunque inexorable, se despliega entre nosotros de una manera avasalladora, asimétrica y acrítica, al conjuro de una teología política y económica que urge revertir». El investigador peruano parte de señalar el hecho de que México forme parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) «trastoca la tradición previa latinoamericana» y propicia que la integración regional «ya no se esgrime frente a los desarrollados sino con ellos». Así, concluye, «el integrar-nos latinoamericanista, ha sido reemplazado ahora por un integrar-se panamericanista».
En el terreno académico este hecho también ha tenido consecuencias. En primer término señalemos los libros editados en el marco del Proyecto Monarca a mediados de los años 90 (Tremblay y Lacroix, 1995; Crovi Druetta 1996), dedicados a comparar las industrias audiovisuales de México y Canadá. Más cerca en el tiempo, y con el ánimo de preservar la diversidad cultural en un continente conformado por 35 países y favorecer los intercambios multilaterales en condiciones de reciprocidad, han comenzado a celebrarse los Coloquios Panamericanos, encuentros que reúnen a especialistas latinoamericanos, canadienses y estadounidenses.
Fruto del I Panam (Montreal, 22-24 de abril de 2002) es el libro trilingüe español/francés/inglés coordinado por uno de los directores del Grupo de Investigación Interdisciplinario sobre la Comunicación, la Información y la Sociedad (GRICIS) de la Universidad Québec à Montreal, Gaëtan Tremblay, y titulado Panam. Industrias culturales y diálogo de civilizaciones en América (2003). Las Actas de aquel encuentro dan cuenta de un programa de actividades organizado en cinco grandes ejes: el Estado y la diversidad cultural, lenguas de comunicación e intercambios culturales, economía y cultura, intercambios culturales y vida democrática, y la participación de las Primeras Naciones a los intercambios culturales entre los países americanos.
Asimismo, ya se encuentra en prensa el libro que, coordinado por la profesora Delia Crovi Druetta, dará cuenta del Panam II, titulado «Hacia la Sociedad de la Información y el Conocimiento» (Zacatecas, 10-12 de septiembre de 2003). Mientras que Buenos Aires se prepara para albergar el III Coloquio Panamericano en 2005.
Un espacio cultural común
La preocupación por analizar, por un lado, cuál es el impacto del actual proceso de globalización sobre América Latina, y, por otro, cuáles son las medidas adecuadas para enfrentar con éxito los desafíos que presenta dicho proceso, es el hilo conductor de algunos otros trabajos publicados recientemente.
En este contexto, el ensayo del mexicano Carlos Monsiváis Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina (2000) es una atractiva introducción para internarse en el derrotero cultural de la región a lo largo de todo el siglo XX: primero, incorporándose a la modernidad, luego, convulsionada por los cambios de corte neoliberal de fin de milenio. Las manifestaciones cinematográficas, radiofónicas, televisivas, poéticas y literarias latinoamericanas son parte medular de este interesante trabajo.
Por su parte, la premiada obra de Néstor García Canclini Latinoamericanos buscando lugar en este siglo (2002), nos propone «repensar el continente en el horizonte del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas propuesto por Estados Unidos para 2005 y de la creciente presencia europea, sobre todo española, en la región». Según García Canclini, nos (los latinoamericanos) globalizamos como productores culturales (de telenovelas, músicas, literatura, etc.), como migrantes (el desempleo, la inseguridad y la miseria como catalizadores de diásporas que están cambiando los usos y costumbres de algunas viejas capitales de Europa) y como deudores (situación que condiciona las políticas públicas, a nivel regional y nacional, de los países latinoamericanos).
La misma estela recorre Iberoamérica 2002: Diagnóstico y propuestas para el desarrollo cultural (OEI / Santillana, 2002). Esta obra, promovida por la Organización de Estados Iberoamericanos y coordinada académicamente por García Canclini, presenta las conclusiones de los seminarios sobre «Las culturas de Iberoamérica en el siglo XXI», celebrados en México D.F. y Rio de Janeiro, en 2002, donde se abordaron las temáticas de los pueblos indígenas y afroamericanos, las migraciones y la ciudadanía, el patrimonio y el turismo, la educación, y las industrias culturales. Se trata de re-pensar el «espacio cultural iberoamericano» exponen los responsables de esta obra, un espacio en el cual conviven muchas identidades y que no sólo incluye a América Latina, España y Portugal, sino también a los 35 millones de hispanoparlantes que viven en EEUU y a otras comunidades esparcidas por todo el mundo.
Contrariamente a las infundadas diatribas a las que ya nos tiene acostumbrado Mario Vargas Llosa (como muestra, ver: «Razones contra la excepción cultural», El País, 25.07.2004), este conjunto de trabajos entiende que el poco interés que demuestran los Estados en el estratégico campo de las industrias culturales «además de desperdiciar un vasto repertorio de recursos locales que ayudaría a mejorar las cifras de empleo y la comunicación cultural de gran parte de lo que se produce en América latina, todo lo que no logra ser best seller» (García Canclini en VVAA, 2002).
Las industrias culturales latinoamericanas
Una de las quejas recurrentes es el grave déficit estadístico sobre los sectores info-comunicacionales de la región y la carencia de investigaciones económicas basadas en análisis empíricos rigurosos. Queja que puede leerse en Las industrias culturales en la integración latinoamericana (1999), libro coordinado por Néstor García Canclini y Carlos Juan Moneta, secretario permanente del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), a finales de los años 90.
Una excepción a estas lagunas son los proyectos y las publicaciones del Convenio Andrés Bello (CAB) tendentes a analizar la dimensión económica de los sectores culturales en los países de la región andina. Así, los resultados del informe «El aporte a la economía de las industrias culturales en los países andinos y Chile: realidad y políticas» (2001), revelaron, por ejemplo, que el aporte de las industrias culturales al PIB de Colombia (2,8 por ciento) ocupa el tercer lugar de un total de ocho sectores económicos (sólo superado por telecomunicaciones, 3,11 por ciento; y electricidad y gas, 3,07 por ciento) o que en Chile, el aporte de éstas (2,8 por ciento) iguala al de electricidad, gas y agua, y supera en un punto porcentual al sector pesquero.
Asimismo, entre los trabajos publicados por esta organización internacional intergubernamental podemos mencionar los libros coordinados por Manuel Antonio Garretón América Latina: un espacio cultural en el mundo globalizado (2002, 2ª edición) y El espacio cultural latinoamericano. Bases para una política cultural de integración (2003). Este último texto es el informe final del proyecto «Pensamiento Renovado de Integración», mediante el cual el CAB convocó a más de sesenta intelectuales latinoamericanos, en un proceso de encuentros, documentos y discusiones que viene desde 1997.
En forma más o menos paralela a la actuación del CAB, la Secretaría de Cultura y Medios de Comunicación de la Argentina puso en marcha un proyecto destinado a evaluar la dimensión económica de las industrias culturales en los países del Mercosur. Dicho proyecto, coordinado por Octavio Getino, dio lugar al informe Las industrias culturales en el Mercosur: incidencia económica y sociocultural; intercambio y políticas de integración regional (2001), donde se afirma que las industrias culturales «aparecen en la región mercosureña como un instrumento idóneo para fortalecer los procesos de integración económica, política y social, así como los de carácter cultural, basamento estratégico de aquellos».
Referencias
CONVENIO ANDRÉS BELLO: «El aporte a la economía de las industrias culturales en los países andinos y Chile: realidad y políticas», informe ejecutivo del Proyecto Economía y Cultura del CAB, Bogotá, 2001.
CROVI DRUETTA, D. M. (coord.): Panam II, Hacia la Sociedad de la Información y el Conocimiento México (en prensa).
CROVI DRUETTA, D. M.: Desarrollo de las industrias audiovisuales de México y Canadá. Proyecto Monarca, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, México, 1996.
GARCÍA CANCLINI, N.: Latinoamericanos buscando lugar en este siglo, Paidós, Buenos Aires, 2002.
GARCÍA CANCLINI, N. y MONETA, C. J. (coords.): Las industrias culturales en la integración latinoamericana, EUDEBA / SELA, Buenos Aires, 1999.
GARRETÓN, M. A. (coord.): América Latina: un espacio cultural en el mundo globalizado, Convenio Andrés Bello, Bogotá, 2002 – 2ª edición.
GARRETÓN, M. A. (coord.): El espacio cultural latinoamericano. Bases para una política cultural de integración, Convenio Andrés Bello / Fondo de Cultura Económica, Santiago de Chile, 2003.
MONSIVÁIS, C.: Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina, Editorial Anagrama, Barcelona, 2000.
RONCAGLIOLO, R.: Problemas de la integración cultural: América Latina, Grupo Norma, Buenos Aires, 2003.
SECRETARÍA de CULTURA y MEDIOS de COMUNICACIÓN-GETINO, O. (coord.): Las industrias culturales en el MERCOSUR: incidencia económica y sociocultural; intercambio y políticas de integración regional, Secretaría de Cultura y Medios de Comunicación de la Nación (Argentina), Buenos Aires, 2001.
TREMBLAY, G.: Panam. Industrias culturales y diálogo de civilizaciones en América, Presses de lUniversité Laval, Montreal, 2003.
TREMBLAY, G. y LACROIX, J-G: Le Proyect Monarque. Étude comparée des industries québécois et mexicaines de laudiovisuel, Gricis, Quebec, 1995.
VVAA / GARCÍA CANCLINI, N. (coord. académico): Iberoamérica 2002: Diagnóstico y propuestas para el desarrollo cultural, OEI / Editorial Santillana, México D.F., 2002.
Artículo extraído del nº 61 de la revista en papel Telos