Por Víctor Manuel Marí Sáez
La investigación realizada en torno al proceso de institucionalización de la comunicación para el desarrollo y el cambio social (CDCS) en España en el siglo XXI permite considerar que se ha producido un punto de inflexión y de crecimiento sin que se hayan consolidado suficientemente el contexto social de la producción científica, el contexto institucional ni el epistemológico, encontrándose hibridaciones y solapamientos entre enfoques teóricos a veces divergentes y contradictorios entre sí[1].
La importancia estratégica de la comunicación en las organizaciones solidarias ha ido ganando protagonismo a lo largo de las últimas tres décadas. A ello han contribuido una diversidad de procesos tecnológicos, comunicativos, sociales y políticos que permiten ver hoy el eje comunicativo como una dimensión irrenunciable en las organizaciones del sector social y solidario. Este protagonismo progresivo de la comunicación en el campo del desarrollo y de la acción social viene acompañado de una amplia diversidad de enfoques teórico-prácticos desde los que se concibe la acción comunicativa. La mayoría de estos enfoques están dominados por unos imaginarios (Castoriadis, 1993; Chaparro, 2013; De Certeau, 1999) en los que la comunicación se reduce a la mera transmisión de información y a la modificación de los comportamientos de una ciudadanía que es reducida a su dimensión de audiencias o de consumidores (García Canclini, 1995; Erro, 2003; Kaplún, 1998).
Sin embargo, la Comunicación para el Desarrollo y el Cambio Social (a partir de ahora, CDCS) es susceptible de ubicar la reflexión y la acción comunicativa de las organizaciones solidarias en unos marcos más coherentes con los fines sociales defendidos por estas entidades, que permitan identificar el papel estratégico de la comunicación en el proceso de transformación de la realidad. Consideramos, siguiendo a Enghel (2011) que la Comunicación para el Desarrollo (Servaes, 1999, 2002) y la Comunicación para el Cambio Social (Gumucio-Dagron y Tufte, 2006) son diferentes aproximaciones que pueden ser válidas para denominar y caracterizar un campo relacionado con el papel de la comunicación en los esfuerzos estratégicos para superar los problemas sociales colectivos y para conseguir avances en la consecución de una mayor justicia social.
Estado de la cuestión
Partiendo de estas premisas, el presente trabajo quiere dar cuenta del proceso de institucionalización de la CDCS en España después de un largo periodo de olvido y marginación. Como veremos con más detalle en el cuerpo de este artículo, la CDCS ha ido pasando en España, en los últimos veinte años, por tres grandes etapas. Desde una primera etapa de olvido y de marginación (década de 1980 y principios de 1990) se llega a otra de eclosión (mediados de la década de 1990 hasta 2002) y posteriormente a la etapa de institucionalización e implosión (2003 a la actualidad).
La hipótesis de partida es que en el momento actual de expansión de la CDCS en España, este boom puede ser analizado, más bien, como una implosión del campo; esto es, como una ruptura hacia dentro, debido a la inconsistencia y debilidad con la que fue construido en su fase de institucionalización.
Algunas de las preguntas de investigación que subyacen a este trabajo son: Si la CDCS emerge en la investigación española en el siglo XXI como respuesta, ¿cuál es la pregunta? O, dicho de otra manera, ¿a qué preguntas -no resueltas suficiente o convincentemente- responde la institucionalización de la CDCS en el contexto español? ¿Cuáles son los límites de otros enfoques teóricos a la hora de ofrecer herramientas conceptuales y estrategias de comunicación a los actores sociales que buscan transformar la realidad? Por otro lado, atendiendo al análisis bibliométrico del campo, ¿hay una correspondencia entre la institucionalización de la CDCS en España y el aumento de publicaciones sobre estas temáticas en las revistas españolas analizadas? ¿Cuáles son los autores y revistas que han publicado estos trabajos?
Sobre la institucionalización
En esta comunicación vamos a entender la institucionalización, en primer lugar, en el juego de tensiones existentes entre lo instituido y lo instituyente planteada por Castoriadis (1993). El concepto de institución, para él, implica la utilización de «normas, valores, lenguaje, herramientas, procedimientos y métodos de hacer frente a las cosas y de hacer cosas» (Castoriadis, 1993, p. 67). Las instituciones surgidas en el proceso de institucionalización son productoras de subjetividades que permiten ver a la sociedad como una totalidad. Suponen la cristalización de una serie de elementos que han formado parte del proceso denominado por él como instituyente.
En segundo lugar, y en un plano más operativo, Pérez Sedeño (2000) plantea algunos requisitos necesarios para que una actividad científica se institucionalice, esto es, se convierta en una institución social. La institucionalización de un campo o de una actividad investigadora implica, entre otras cuestiones, la adaptación de las normas que regulan el sistema científico al funcionamiento de otros sistemas sociales, así como la crítica, evaluación y reutilización del conocimiento por parte de los miembros de una determinada institución. El presente trabajo conecta con este último sentido de evaluación y reutilización del conocimiento apuntado, en la medida en que la investigación impulsada implica, de algún modo, realizar un balance sobre el campo de la CDCS y, al tiempo, quiere señalar aquellos trabajos, conceptos y claves susceptibles de ser reutilizados y apropiados por la comunidad científica.
En tercer lugar, este trabajo se sitúa en el marco de la ‘institucionalización cognitiva’ planteada por Whitley (1984), dirigida a analizar el grado de consenso alcanzado por una comunidad científica en cuestiones como las líneas teóricas que guían la investigación, los problemas centrales y los métodos que permitan abordar dichos problemas. En otro lugar (Marí, 2013) hemos tenido la ocasión de investigar las características de la comunidad científica de investigadores españoles que han trabajado en el campo de la CDCS. Este elemento, junto a la producción científica, son dos de los ejes planteados por Martínez-Nicolás (2009) sobre los que debe pivotar el análisis del proceso de institucionalización de un determinado campo de investigación. Para este autor, hay una serie de claves que se deben tener en cuenta a la hora de analizar una determinada comunidad científica, entre las que se encuentran: las condiciones históricas en las que desempeñan sus tareas los investigadores de la comunicación (donde entrarían elementos como el análisis del contexto social, el contexto institucional y el contexto epistemológico) y la estructura interna de la comunidad científica (para lo que se tendrían en cuenta elementos como la procedencia, formación o adscripciones epistemológicas de los investigadores). En nuestro trabajo vamos a tener en cuenta estos criterios a la hora analizar el proceso de institucionalización de la CDCS.
Estrategia metodológica para el mapeo de la CDCS en España
Para el mapeo y análisis de la CDCS en España hemos llevado a cabo una doble estrategia metodológica. En primer lugar, hemos realizado una revisión documental del campo, siguiendo las claves propuestas por autores como Erlandson (1993), McDonald y Tipton (1993), para quienes el material documental tiene la intención de registrar el mundo social. Por lo tanto, este trabajo documental es uno de los ingredientes metodológicos principales en la investigación social, es «una tercera fuente de evidencia» (Erlandson, 1993, p. 99). La perspectiva historiográfica de nuestro trabajo parte de la base de que las Ciencias Sociales son, en sí mismas, disciplinas históricas (Mills, 1959).
Para ello, hemos realizado una revisión de la literatura académica y de la documentación que da cuenta del surgimiento e institucionalización de la CDCS en España (Chaparro, 2002, 2013 2015; Chaves, 2012; CONGDE, 2005; Erro, 2003; Fernández Viso, 2012; Jerez, López-Rey y Sampedro, 2008; Marí, 2011, 2013 y 2015; Meda, 2010; Moragas, 2011; Nos y Santolino, 2016). Dicha elaboración se complementa con datos secundarios elaborados por organizaciones sociales, como la Coordinadora de ONGD, la ReMC (Red Estatal de Medios Comunitarios) o la EMA-rtv (Red de Emisoras locales, públicas, alternativas y ciudadanas de radio y televisión de Andalucía).
Nuestro trabajo de periodización va a alejarse de la simple enumeración descriptiva de aquellas experiencias que, de un modo u otro, son susceptibles de ser encuadradas dentro de la CDCS. Consideramos que puede ser más pertinente identificar aquellas instituciones, grupos de investigación, investigadores y organizaciones sociales que han sido capaces de dinamizar procesos de investigación, formación y/o acción desde el enfoque de la CDCS. Esta perspectiva nos permitirá tener en cuenta criterios como la permanencia en el tiempo de un determinado investigador, núcleo de investigación u organización social, su incidencia en la comunidad científica y su capacidad de dinamización y articulación social e investigadora. Parafraseando a Jesús Martín Barbero (1988), se trata de identificar aquellos núcleos o nodos capaces de poner en marcha procesos matriciales. Frente a la reconstrucción de listados más o menos exhaustivos y acertados, la metáfora matricial (Cruces, 2008) remite: a la imagen biológica de la matriz como útero o como receptáculo reproductor; a su generatividad o productividad, y a la capacidad de producir y reproducir series, formas o seres que pueden ser idénticos, pero también variantes de una misma estructura. Por lo tanto, y siguiendo en esta línea, nuestra estrategia de investigación, en su dimensión histórica, va a tener como objetivo la identificación de aquellos procesos matriciales que han tenido lugar en España en el campo de la CDCS.
Por otro lado, hemos seguido la estrategia metodológica de la revisión bibliométrica de los artículos publicados sobre Comunicación, Desarrollo y Cambio Social en las diez primeras revistas de Comunicación de España. La delimitación temporal del objeto de estudio (2000- 2012) viene justificada por la inclusión, en esta franja, de las dos etapas principales de la CDCS en España (eclosión e institucionalización e implosión), de modo que se pueda constatar y comparar la influencia de ellas en la producción bibliográfica.
En cuanto a la delimitación espacial, se toman como referencia las diez primeras revistas de Comunicación establecidas por el índice In-recs. El hecho de centrar el análisis en las principales revistas españolas viene motivado por los objetivos de la investigación, dirigidos a estudiar la presencia y la repercusión de la CDCS en las revistas científicas españolas que ejercen un papel más protagónico en la publicación, circulación e institucionalización del campo de la Comunicación en España.
La muestra sobre la que se ha trabajado en la presente investigación ha ascendido a 3.782 artículos. Sobre ellos se ha aplicado una ficha de análisis que toma como referencia estudios preliminares, especialmente los elaborados por Martínez-Nicolás y Saperas (2011).
[1] IP del Proyecto de I+D del MINECO EvalComDev (CSO2014-52005-R)(2015-2017). «Evaluación y monitorización de la Comunicación para el Desarrollo y el Cambio Social en España».
Las etapas de la CDCS en España
Compartimos una concepción de la CDCS desde una doble vertiente, académica y práctica (Gumucio-Dagron y Tufte, 2006), como praxis, esto es, como la reflexión y la acción de los hombres sobre el mundo para transformarlo (Freire, 1971, p. 23). En este sentido, la CDCS es una práctica reflexionada y, a la vez, una construcción teórica que conduce necesariamente a la acción. Por lo tanto, a la hora de establecer una periodización de este campo, creemos que es necesario mantener, siguiendo a Sousa Santos (2003), una mirada diatópica, una reflexión que se construye atenta, por un lado, al lugar de las prácticas sociales desde las que se va implementando la CDCS y, por otro, a analizar los procesos mediante los que este campo va siendo construido por la academia.
En relación a las prácticas sociales, analizaremos los modos en los que se incorpora y reflexiona sobre las cuestiones comunicativas en el campo de las ONGD y de los movimientos sociales, teniendo como trasfondo el contexto social. Y en relación con la dimensión académica, revisaremos los procesos de teorización llevados a cabo por investigadores, Universidades y centros de reflexión vinculados al campo de la Cooperación en España (ver figura 1).
En otro orden de cosas, para el trabajo de revisión de la construcción académica del campo tomaremos como referencia, en primer lugar, los estudios genéricos elaborados sobre la investigación en comunicación en España (Bustamante, 2013; Caffarel, Domínguez y Romano, 1989; Jones, 1994 y 1998; Moragas, 1981, o Piñuel et al., 2011, entre otros). En un segundo momento, en un paso de mayor aproximación al campo de la CDCS, tendremos en cuenta el estado del arte elaborado por Fernández-Viso (2012) para el caso español.
Balance de las tres etapas. Por una cuestión de síntesis obviamos realizar aquí una exposición narrativa y detallada de los rasgos característicos de cada una de las tres etapas de la CDCS en España: el periodo de los pioneros (1980-1994), la etapa de la emergencia (1994-2002) y la etapa de la institucionalización e implosión (2003- actualidad), pasando directamente a la presentación de un balance provisional de conjunto:
– En primer lugar, hay que resaltar el carácter subsidiario que han ido asumiendo instituciones, áreas de conocimiento y disciplinas que no entroncan directamente con el marco epistemológico construido a escala mundial desde la CDCS, como es el caso de los institutos dedicados a cuestiones como la cooperación internacional o la educación para el desarrollo (el caso, por ejemplo, de Hegoa, Etea o IEPALA).
– Un dato que llama la atención es el décalage temporal de la introducción del campo de la CDCS en España respecto a lo acontecido en otros contextos próximos geográficamente (Europa) o culturalmente (América Latina).
– La ausencia de espacios propiamente académicos en los que trasladar al contexto español los debates internacionales impulsados en el campo, así como la ausencia de investigaciones sólidas, con una visión de conjunto, desde las que llevar a cabo una reconstrucción de la historia de la CDCS en España.
– La tardía, esporádica y débil relación con los investigadores y activistas sociales impulsores de la CDCS a escala internacional. A pesar de los múltiples lazos que hacían relativamente fácil la incorporación, en la investigación española, de los autores representativos de la comunicología latinoamericana (Kaplún, Luis Ramiro Beltrán, Juan Díaz Bordenave, entre otros), lo cierto es que su presencia e influencia en la investigación española ha sido marginal y tardía.
Una mirada al análisis bibliométrico de la CDCS en España
A partir de los criterios indicados anteriormente, y tras someter a análisis los 3.782 artículos que forman parte de la muestra, puede constatarse que se han publicado un total de veinte artículos que cumplen con los parámetros establecidos. Esta veintena de artículos suponen, en términos porcentuales, el 1,89 por ciento del total de artículos científicos publicados, una cifra a todas vistas escasa y que da cuenta de la marginalidad de la CDCS en la investigación española.
Si se analizan los artículos en función de la revista en la que fueron publicados, el resultado es el que se presenta en la figura 2. En su mayor parte, los trabajos (17) se han concentrado en cuatro revistas: Comunicar (3), Revista Latina de Comunicación Social (3), Telos (4) y CIC (7), de las cuales solamente las tres primeras han estado históricamente abiertas a la publicación de investigaciones ubicadas en el campo de la Comunicación para el Desarrollo y el Cambio Social.
La inexistencia de una publicación centrada en estas temáticas dentro del grupo de las principales revistas de comunicación de España, unida a la ausencia durante décadas de una tradición investigadora en este campo en la academia española, llevan al resultado marginal indicado. A pesar de estas carencias, hay que resaltar el carácter subsidiario con que otras publicaciones suplen este vacío. Ninguna de ellas tiene su línea editorial centrada exclusiva o preferentemente en la CDCS, aunque sí demuestran un importante grado de afinidad con él, debido a que sus temáticas centrales se mueven en campos fronterizos con la CDCS: la comunicación educativa o educomunicación, la comunicación política o el marketing social.
Por otro lado, al aplicar sobre la franja de tiempo seleccionada (2000-2012) la división por etapas de la CDCS en España, se comprueba que el número de artículos sobre estos temas aumenta a medida que se institucionaliza la CDCS en la investigación española. El resultado es que antes del año 2003 solamente se habían publicado dos de los veinte artículos totales. El grueso de las publicaciones se concentra en el segundo periodo, por lo que se a, a partir del análisis bibliométrico, que existe una correspondencia entre el proceso de institucionalización de la CDCS en España y el aumento de los artículos publicados sobre el tema; un aumento que, siendo significativo en términos relativos, no deja de ser mínimo en términos absolutos si lo comparamos con el volumen total de los artículos publicados en esta franja temporal.
Autoría de los trabajos. En lo referente a los autores que han firmado los artículos sobre CDCS en España (ver tabla 2), puede verse, en primer lugar una escasa presencia de los investigadores que, a escala internacional, han servido como punto de referencia para la construcción del campo. Este dato refuerza la idea de la marginalidad del campo de la CDCS en la investigación y en las principales revistas de comunicación españolas, en la medida en que no hay un corpus lo suficientemente consolidado y extendido.
En segundo lugar, la escasez de artículos se puede leer como un indicador del poco interés que durante mucho tiempo ha supuesto para los autores anglosajones del campo el hecho de publicar en castellano en revistas españolas. Parece que esta tendencia está revirtiendo, al menos en parte, en los últimos tiempos, debido a factores como la mayor internacionalización de la investigación española, una mayor presencia en foros y congresos internacionales o la indexación de algunas de las revistas incluidas en el estudio dentro de los principales índices de referencia internacionales (Scopus o JCR).
En tercer lugar, a pesar de la supremacía del inglés como lengua franca de la divulgación científica, del formato ‘artículo científico’ como principal canal de transferencia de los resultados de la investigación y del enfoque mercadotécnico de los índices de impacto de referencia, el formato monografía ha sido, históricamente, el modo de divulgar el conocimiento en las ciencias sociales, al menos en el área latinoamericana (Ortiz, 2009).
En relación con los autores que han firmado los artículos restantes, habría que reseñar que en un número significativo (7) se trata de investigadores vinculados a las universidades e instituciones que han impulsado y fortalecido el campo de la CDCS en España.
Por otro lado, si tenemos en cuenta los trabajos de Jiménez y Arriola (2016) representados en la tabla 3, se puede comprobar cuál ha sido la presencia de los autores específicos del campo del desarrollo en los artículos sobre CDCS publicados en España. Sobre la base del trabajo bibliométrico referenciado en las páginas precedentes, Jiménez y Arriola han llevado a cabo un estudio cuantitativo y cualitativo dirigido a conocer cuáles han sido las teorías del desarrollo y los autores referenciales sobre estas temáticas que han utilizado los investigadores en comunicación para fundamentar sus posiciones. Una de las conclusiones más llamativas es que, como tónica general, no se ha realizado un estado de la cuestión lo suficientemente sólido. La mayor parte de los artículos publicados han caído en lo que podríamos denominar una fragmentación posmoderna a la hora de ubicar sus objetos de estudio en el contexto histórico e investigador del campo. En términos generales, no ha habido tal trabajo de contextualización o, si lo ha habido, ha sido fragmentario y deficiente.
Si se revisan los autores citados del campo del desarrollo recogidos en la tabla 3, encontramos un claro sesgo hacia autores vinculados con la corriente del posdesarrollo (Rist, Erro), del decrecimiento (Latouche) o del Buen Vivir (Acosta y Martínez), al tiempo que hay una invisibilización de otras posiciones y perspectivas teóricas que forman parte de la historia del campo. Entre estas omisiones se encuentra, por ejemplo, la teoría de la dependencia construida originariamente por autores como Cardoso, Faletto, Frank y Baran, entre otros. Estos autores podrían haber sido citados, aunque solo fuera para poner en discusión unas etapas y tendencias con otras. Asimismo, entre los autores específicos del campo de la comunicación que han sido citados y ocupan las posiciones más altas de la tabla (Servaes, Alfaro) vemos, de nuevo, una clara descontextualización y fragmentación. No hay rastro de autores tan fundamentales del campo como Luis Ramiro Beltrán o Juan Díaz Bordenave.
Discusión final
Tras el recorrido efectuado en los apartados precedentes, llega el momento de poner en discusión los datos de la investigación con los objetivos iniciales de nuestro trabajo. Para ello, en relación con el objetivo de conocer el peso de la CDCS en España, se comprueba que la presencia de este campo en la investigación española ha sido y es muy reducida, al menos si se tiene en cuenta el formato del artículo científico en revista periódica como unidad de análisis. Estos datos concuerdan con los elaborados en investigaciones precedentes (Martínez-Nicolás, 2009), en los que no aparece la CDCS como una de las matrices teóricas prioritarias desde las que se ha construido el campo científico de la Comunicación en España.
Otro elemento de nuestra investigación digno de resaltar es el del significativo número de artículos que no cumplen con los requisitos para su inclusión en la CDCS pero que, sin embargo, tienen algunos de los elementos (alguna palabra clave o algún autor de referencia en la bibliografía, por ejemplo). Este dato se puede poner en relación con la situación de implosión que vive el campo de la CDCS en España, debido a la mayor difusión que en la actualidad encuentra este enfoque en la investigación española.
Desde el año 2010 hasta la actualidad la CDCS se ha expandido en España, lo que contrasta con el olvido y la marginación que históricamente ha tenido, hasta convertirse en un fenómeno con una tendencia al alza. Desde la celebración del Congreso de la AE-IC en Málaga (2010), titulado Comunicación y Desarrollo en la era digital se vive una difusión antes desconocida de este enfoque, a través de jornadas, publicaciones, proyectos de investigación y grupos en redes sociales que abordan, de un modo u otro, cuestiones vinculadas a la CDCS. Más que como una explosión del campo (boom) preferimos calificarlo como una implosión. Según el DRAE implosión es «la acción de romperse hacia adentro con estruendo las paredes de una cavidad cuya presión es inferior a la externa». En este sentido, creemos que la situación actual de la CDCS en España responde mejor a las lógicas de la implosión que a las de la explosión, debido a que la presión interior es menor que la exterior. Dicho en otras palabras, a partir de las investigaciones tanto historiográfica como bibliográfica llevadas a cabo, podemos concluir que la inconsistencia y debilidad desde las que históricamente ha sido construido el campo de la CDCS en España hacen que en la actualidad, en un momento de relativa expansión, la fuerza interna sea menor que las presiones externas, motivo por el cual se produce el fenómeno de implosión apuntado.
Si partimos de las claves que permiten estudiar a una determinada comunidad científica, la CDCS en España ha llegado en la actualidad a un punto de inflexión y de crecimiento sin haber consolidado suficientemente el contexto social de la producción científica, el contexto institucional y el contexto epistemológico (Martínez-Nicolás, 2009). Las debilidades internas de la comunidad científica española y de los activistas sociales comprometidos con la CDCS hace que podamos hablar, parafraseando a este autor, más de una masa en situación crítica que de una masa crítica; un término -masa crítica-, dicho sea de paso, que tiene un sospechoso aire de oxímoron, en la medida en que una masa, por definición, es un tipo de agrupación en la que los niveles de pensamiento crítico son realmente bajos, por no decir inexistentes.
Conclusiones
En otro orden de cosas, pueden señalarse algunas de las conclusiones que emanan al analizar la correspondencia entre el proceso de institucionalización del campo de la CDCS en España y el aumento de la publicación de artículos sobre esta temática. Los resultados son claros en este sentido, ya que dieciocho de los veinte artículos publicados corresponden al periodo de crecimiento del campo de la CDCS; un crecimiento significativo en términos relativos, ya que en términos absolutos el número de artículos publicados (18) en la franja correspondiente a esta etapa de la CDCS no permite hablar de una presencia significativa del campo en la investigación publicada en España.
Con la Comunicación para el Desarrollo y el Cambio Social nos encontramos ante una gran paradoja. Por un lado, se trata de un enfoque cuyos términos (desarrollo y cambio social) son insuficientes para abordar problemas que tienen una naturaleza sociopolítica. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, el bagaje teórico y práctico de la CDCS permite afirmar que este marco ofrece más posibilidades para pensar sociopolíticamente la comunicación que otros enfoques dedicados al estudio de las comunicaciones del Tercer Sector, como puedan ser el marketing social, la publicidad social convencional o las relaciones públicas.
Frente a las propuestas que emanan de la CDCS, en las organizaciones solidarias ha predominado la utilización del enfoque de gabinete de comunicación, caracterizado por introducir en el Tercer Sector unas lógicas comunicativas orientadas a conseguir un impacto en los medios masivos con las noticias generadas por estas entidades. Podríamos decir que entre la lógica publicitaria (posicionar a una ONG como una marca más), la lógica mercadeada (utilizar la comunicación para captar recursos) y la lógica periodística (facilitar desde la ONG/movimiento social información a los medios masivos sobre la propia entidad y las causas que defiende) cabe otra opción, próxima a la tradición de la CDCS: impulsar procesos de transformación social en los que, desde la articulación ciudadana y de redes sociales, se lleven a cabo estrategias comunicativas que implementen modelos y estilos de comunicación más horizontales y participativos, desde los que se anticipen otros modos de vivir, que terminen por incidir en las estructuras económicas y políticas dominantes, para transformarlas (Marí, 2013).
Mirando al futuro, una cuestión estratégicamente importante a tener en cuenta consistirá en compaginar el crecimiento en la producción científica del campo con el rigor de tales publicaciones. Algunos de los elementos que Fernández-Quijada y Masip (2013, p. 22) identifican como factores de crecimiento de la investigación en Comunicación en España sirven también para el campo de la CDCS: el aumento de las facultades universitarias que imparten Grados en Comunicación, el crecimiento de la masa crítica de investigadores del campo o el aumento de su producción científica. A estos factores habría que sumar, al menos, otros dos: por un lado, el ‘factor sexenio’, en la medida en que actualmente los sexenios de investigación son utilizados, en España, como requisito para la dirección de tesis doctorales o para la reducción de la carga docente. Y se sabe que, para la consecución de un sexenio, es fundamental contar con un número determinado de artículos publicados en revistas de impacto. El segundo factor provocador del aumento de la producción científica española -también aplicable al campo de la CDCS- es el ‘efecto ANECA’ (Soriano, 2008), que fuerza a los investigadores en busca de la acreditación deseada a publicar mucho y, en más ocasiones de las deseables, a publicar varias veces lo mismo o casi lo mismo, mediante la aplicación intensiva de la técnica del ‘cortar y pegar’.
Finalmente, en relación con el tercer objetivo, los datos de la investigación han permitido identificar a los autores que han publicado sobre CDCS en el periodo y en el espacio estudiado. De los veintiséis autores firmantes, la mayoría son investigadores que llevan trabajando años en el campo de la CDCS. Al comparar los resultados del análisis bibliográfico con los de la revisión historiográfica, se constata que hay una correspondencia entre los autores firmantes y los grupos de investigación, institutos universitarios y universidades que han desempeñado un papel activo en la consolidación de la CDCS en España. Será necesario, por tanto, corregir este nuevo factor de implosión en las investigaciones venideras, de modo que en el futuro las investigaciones encuadradas en la CDCS permitan fortalecer una perspectiva teórica que, al menos en otras latitudes, ha demostrado su fecundidad e idoneidad a la hora de pensar comunicacionalmente los procesos de cambio social. Junto a esta clave, creemos, ya para concluir, que el aumento relativo del número de investigadores y de organizaciones sociales interesadas en la actualidad por aproximarse al enfoque de la CDCS puede ofrecer, aunque solo sea por cuestiones estadísticas, unas oportunidades que históricamente no se han conocido en el campo en España. Será necesario contemplar el medio-largo plazo como criterio para evaluar los aportes de las tendencias en marcha.
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Artículo extraído del nº 106 de la revista en papel Telos
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