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Etnografías de Madrid. La ciudad contada desde dentro


Por María Cadilla Baz

portadaCosmópolis. Nuevas maneras de ser urbanos

Francisco Cruces (Coord.)

Barcelona: Gedisa, 2016, 348 p.

ISBN: 978-84-16572-55-7

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Es posible contar la ciudad a partir de las historias, dinámicas y flujos que en ella se viven o se generan. Esta es la premisa fundamental de la que parte Cosmópolis. Nuevas maneras de ser urbanos, el libro que culmina seis años de trabajo del grupo Cultura Urbana (UNED) centrados en el estudio de las transformaciones del Madrid contemporáneo, justo cuando este equipo de investigación multidisciplinar cumple una década de existencia.

Según señala Francisco Cruces, coordinador de la obra, el cambio que ha sufrido Madrid desde finales de la década de 1990-principios del siglo XX tiene que ver fundamentalmente con la disposición y los comportamientos de sus habitantes, lo cual pone de relieve la importancia de «bajar al terreno, pisar la calle, escuchar a los transeúntes» para poder tomar el pulso a la ciudad. Y esa ha sido precisamente la labor de este grupo de investigadores, construyendo una serie de etnografías a partir del diálogo con distintos actores de la ciudad y de la inmersión en algunas de las prácticas cotidianas de los habitantes de Madrid, para posteriormente analizarlas «a la luz de los procesos de fondo que les dan sentido» (p. 10).

Desde el entendimiento de que no existe ni un relato único desde el cual definir una ciudad ni un observatorio privilegiado que unifique la diversidad de visiones, se plantea que el enfoque etnográfico permite un discurso alternativo al tecnocientífico (el modo de representación y construcción de las ciudades predominante actualmente) y a su vez portador de una visión muy distinta a la que las Administraciones Públicas ofrecen de sus urbes, con fines de explotación turística y centradas en la dimensión de la ciudad como producto de consumo. Al mismo tiempo, la lectura multidisciplinar posibilita la indagación en busca de un eje unificador en todos los relatos que permita ilustrar un nuevo sentido común urbano.

Eje económico-industrial

En la primera de las etnografías, ‘Madrid, relatos metropolitanos’, Romina Colombo documenta las transformaciones recientes de Madrid mediante la articulación de datos procedentes de fuentes estadísticas y trabajos de investigación sobre economía, demografía y territorio, con otros indicadores de tipo cualitativo, a los que la autora denomina ‘indicadores reveladores’, en tanto que son los que permiten visibilizar las formas urbanas emergentes que se escapan a la lectura puramente cuantitativa.

Por su parte, Fernando Monge aborda el redimensionamiento de las relaciones entre centro y periferia a partir de un trabajo de campo desarrollado en el céntrico barrio de Malasaña-Maravillas-Universidad. Este ‘barrio que se desdobla en tres’, en cuyo único espacio se conjugan diferentes tiempos y ritmos, distintas identidades, actividades y formas de relación con el barrio heterogéneas, constituye asimismo el escenario idóneo para ilustrar el fenómeno de rearticulación entre nuevos y viejos elementos en la ciudad.

Y bajo el título ‘Empresas emergentes’, Luis Reygadas se preocupa de las transformaciones en la producción industrial. Su etnografía en torno a la trayectoria de un grupo de pymes de estrategias innovadoras creadas en Madrid a principios del siglo XXI, le permite esbozar algunos lugares de convergencia en el ideario y funcionamiento de las nuevas configuraciones empresariales (marcado carácter multicultural y cosmopolita; dimensión extraurbana de los espacios de trabajo, de intervención e interacción; uso flexible del tiempo de trabajo; enfoque del trabajo como proyecto de vida;…), que abren nuevas pistas para la exploración en torno a la gran capacidad de condicionamiento mutuo existente entre el tejido urbano o las dinámicas de una ciudad como Madrid y el desarrollo de sus empresas.

Desde otra óptica, Montserrat Cañedo muestra, a través de un relato sobre el mercado mayorista de alimentación Mercamadrid, cómo los procesos de abastecimiento de alimentos configuran también otra dimensión de la ciudad, al tiempo que inciden directamente en la vida de los madrileños, dada su capacidad de intervención sobre las cadenas de valor de mercancías y pautas de consumo. Observando las tendencias emergentes en el sector, preocupa a sus actuales agentes el auge de nuevos modelos de negocio basados en contratos directos entre grandes distribuidores y productores, que es percibido desde Mercamadrid como una amenaza tanto para la supervivencia del mercado mayorista como para los propios ciudadanos, en términos de transparencia.

Procomún y tecnología

En el capítulo 6, Sara Sama Acedo documenta desde dentro el proceso de apropiación vecinal de un solar de titularidad pública para convertirlo en un huerto urbano. En su trabajo se ilustran las transformaciones en las relaciones (entre vecinos y también entre estos y la Administración) derivadas de la legitimación de la apropiación del espacio público como un commons urbano, pero sobre todo se exponen las consecuencias de la incorporación de diversas herramientas tecnológicas (correo electrónico, redes sociales…) para la gestión de este espacio público, detallándose cómo las TIC se revelaron en este caso como elementos de apertura y de exclusión simultáneamente.

En línea con el trabajo anterior, ahondando en el desarrollo y uso de la tecnología y en la idea del procomún, Fernando González de Requena se interesa por el papel que desempeña la tecnología en los procesos de construcción y articulación de colectivos. Así, bajo el título ‘Software, hacktisvismo y políticas digitales’, el autor examina la actividad del Colectivo Comunes, interesado en la promoción del procomún y en la extensión de la ética hacker y sus formas de acción social, para posteriormente desarrollar diferentes cuestiones relacionadas con la producción de software libre, el activismo hacker y las controversias de tecnólogos en torno al procomún, los derechos de autor y la cultura libre.

Cultura y arte

Otro eje articulador de cambios en la ciudad es, sin duda, el mundo de la cultura. Héctor Fouce nos muestra cómo la escena musical madrileña, además de sufrir la afectación de la crisis y de los procesos de reestructuración de la industria musical que están teniendo lugar a escala mundial, afronta también sus particulares tensiones, de tal manera que la ciudad que otrora fuera lugar de vanguardia, en los últimos lustros se ha visto coartada y menospreciada por la acción marginalizadora y criminalizadora de la Administración Pública. En contraposición, se mantiene latente el espíritu libertario del 15M, inspirador de un modelo emergente, underground y alegal, caracterizado entre otros aspectos por la proliferación de espacios y eventos autogestionados, sin ánimo de lucro y de agrupaciones musicales efímeras.

En la esfera artística también continúa el proceso de difuminación entre sus agentes (artistas, públicos y obras). Esta situación es documentada en el capítulo 9 por Gloria G. Durán, quien expone cómo las transformaciones en este campo desde principios de la década de 1990 también han modelado los espacios donde se desarrolla la cultura en Madrid y el ideario en torno al hoy denominado sector creativo-cultural. Parece que en este caso la evolución ha sido un poco más favorecedora, observándose en la actualidad cierta confluencia entre los espacios oficiales de arte, los alternativos y los ilegales, bajo el incipiente amparo de la política municipal.

Identidad y conformación del espacio privado

Otro de los aspectos transformados y transformadores de Madrid lo constituye la propia identidad de la ciudad, marcada por los encuentros interétnicos entre quienes la habitan y en evolución de manera paralela a la dinámica identitaria de las propias comunidades migrantes. La etnografía de Karina Boggio, en el capítulo 10, muestra cómo los migrantes participan en un doble proceso, dirigido por una parte a lograr su adaptación a la sociedad de acogida y por otra al mantenimiento de su propia identidad. Al mismo tiempo, realiza una llamada de atención respecto a la difuminación de la distinción categorial entre ser de aquí o ser de fuera, cuando en realidad se puede ser de varios lugares al mismo tiempo, y a las tensiones que, a su vez, esta condición acaba provocando respecto a las relaciones con el origen.

Y la búsqueda individual de un sitio propio es también el argumento que guía al capítulo final del libro, en el que Francisco Cruces se cuela, mediante talleres de autoexploración colectiva y grabaciones realizadas en el entorno doméstico, en la esfera íntima de los ciudadanos. A partir de las experiencias recogidas (‘microhistorias del yo’, en términos del autor), Cruces apunta tanto las dimensiones que reconfiguran los espacios domésticos contemporáneos como algunos de los comportamientos comunes en la conformación de la propia identidad y en las formas de la intimidad, esbozadas tanto a partir de lo que se cuenta como de lo que se oculta.

Ejes transversales del cambio

En la mayoría de los relatos ilustrados es posible encontrar rasgos comunes a cualquier gran urbe de nuestro tiempo, pero al mismo tiempo se identifican otros fenómenos más particulares (como el efecto movilizador e integrador del 15M o el impacto de las políticas locales) que también inciden de manera transversal en las transformaciones que están teniendo lugar en la vida madrileña.

Por todo lo que estas etnografías y su explicación multidisciplinar revelan, Cosmópolis constituye a mi modo de ver una obra de gran interés para comprender mejor cómo late Madrid en estos tiempos, pero también como fuente inspiradora para avanzar en el estudio de las transformaciones en las formas de vivir y de hacer cualquier ciudad.

Artículo extraído del nº 106 de la revista en papel Telos

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