Por Natalia Abuín Vences
Claves para repensar los medios y el mundo que habitamos. La distopía del desarrollo
Manuel Chaparro Escudero
Bogotá: Ediciones Desde Abajo, 2015, 294 p.
ISBN: 978-958-58826-0-7
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Nos encontramos inmersos en un mundo cambiante, en el que las desigualdades económicas dividen a la humanidad entre ricos y pobres y donde las sociedades occidentales están viendo emerger problemas propios de los países más desfavorecidos, como la desnutrición infantil o la pobreza energética.
En estos momentos en que la economía y sobre todo la crisis marcan la agenda política y mediática, nos encontramos con esta obra, que propone una reflexión crítica en torno a las políticas que han llevado a la sociedad occidental a un retroceso descarnado en los derechos conquistados durante siglos. Se trata de un ensayo en el que se explica sin tapujos la utilización del concepto de ‘desarrollo’ para servir a los intereses del capitalismo y, por ende, al enriquecimiento de las grandes potencias y a la dependencia económica, política y social de los países más pobres. También se pone el foco en los medios como cómplices y facilitadores de la sociedad de consumo, donde la felicidad depende de la acumulación irracional de bienes.
La importancia de la obra se manifiesta en las dos presentaciones que la acompañan, a cargo de académicos de reconocido prestigio en el ámbito latinoamericano: el profesor Omar Rincón (Universidad de Los Andes) y J. Ignacio Chaves (Universidad Santo Tomás). Ambos resaltan el carácter crítico del libro y la necesidad de una obra como esta, en la que se explica el alineamiento de los poderes políticos y mediáticos para crear una sociedad cada vez más desigual e injusta para los países con menos recursos.
El libro se divide en catorce capítulos que tratan la relación entre el desarrollo, la pobreza y los medios, la propaganda y la publicidad al servicio de los poderes financieros, los medios de comunicación y la democratización del discurso y la posibilidad de crear una conciencia común. El texto se cierra con un capítulo de conclusiones donde el autor se pregunta por el papel de la comunicación en la era del empoderamiento ciudadano.
El concepto de desarrollo: orígenes y evolución
Los tres primeros capítulos de la obra se centran en explicar el origen y la evolución del concepto de desarrollo y su relación con la comunicación. Este binomio comienza a desarrollarse en la década de 1950, cuando Estados Unidos necesita expandir la idea de crecimiento entre los países menos favorecidos para dar salida al incremento de la producción experimentado tras la II Guerra Mundial.
Además se hace un profundo repaso por el concepto de sostenibilidad, una utopía en un mundo en el que es difícil conservar los recursos debido a la insaciable gula de una minoría.
La relación entre desarrollo, pobreza y comunicación ocupa otro de los capítulos, en el que se resalta el papel de los medios como brazo armado del mecanismo desarrollista, retratándose como colaboradores necesarios del proceso de inequidad mundial por el que estamos atravesando.
Propaganda, comunicación y desarrollo
Los dos siguientes capítulos sumergen al lector en un relato crítico donde se manifiesta el servilismo de los medios hacia las grandes corporaciones, posicionándolos como herramientas necesarias para infundir en las audiencias la idea de que la felicidad y la integración social pasan por el consumo exagerado e insostenible de bienes y servicios.
También se hace un repaso por las diferentes teorías de la comunicación y se alude a la necesidad de una mejor educación para revertir la situación de desigualdad actual.
Comunicación y cambio social
En los capítulos 6 a 8 se trata el tema de la comunicación al servicio del cambio social, así como de las oportunidades perdidas hasta la fecha y ejemplos esperanzadores de experiencias relativamente recientes. Se explica la necesidad de evolucionar hacia el ‘decrecimiento’, un concepto que puede transmitir connotaciones negativas pero que significa la búsqueda de un modelo alternativo que permita establecer límites a la producción, eliminando el consumo innecesario para conseguir bienestar, reparto de trabajo y recursos. En este planteamiento, los medios deben favorecer el empoderamiento ciudadano, actuando como motor de las políticas de decrecimiento necesarias para establecer un nuevo régimen mundial basado en la distribución de la riqueza.
En relación a las oportunidades perdidas, se listan una serie de iniciativas, como el Informe MacBride, cuyo objetivo era paliar los desequilibrios existentes en los flujos de información. Respecto a la esperanza de recuperar los medios al servicio de la ciudadanía, el autor cita diferentes iniciativas llevadas a cabo por gobiernos latinoamericanos para luchar contra los oligopolios de la información, algunas con mayor éxito que otras debido a los ataques recibidos de parte de los poderes fácticos.
Medios de información y medios de comunicación
Los capítulos 9, 10 y 11 se centran en resaltar la falta de autonomía de los medios, derivada de su dependencia de la publicidad y de las grandes empresas, y en la búsqueda de posibles soluciones a esta situación.
En este bloque se arguye cómo las agendas de los medios, a pesar de su diversidad, son homogéneas y responden a condicionamientos externos, que invisibilizan o relativizan los problemas reales. Además se hace un interesante repaso por el proceso de concentración y oligopolización mediática que se ha dado en numerosos países desarrollados y que ha acabado con la propiedad de los medios en manos de grandes multinacionales que controlan la cantidad y el tipo de información que reciben los ciudadanos.
La banalización de la información es el eje central del apartado 10, donde se pone de manifiesto la paradoja de los medios que predican unos valores y practican sus opuestos con el objetivo de conseguir las mejores audiencias.
El capítulo 11 se centra en la necesidad de democratizar los medios y ceder espacio a las iniciativas del Tercer Sector, ausentes en la oferta de canales televisivos y radiofónicos de la mayoría de los países. Para ilustrar la importancia de la presencia de la sociedad civil en los medios se citan iniciativas, emergidas mayoritariamente en Latinoamérica pero también en África y Asia, donde representantes del Tercer Sector han reclamado su espacio en las ondas para defender sus propias causas sociales.
La realidad del desarrollo y el decrecimiento
La cruda realidad del desarrollo y sus desastrosas consecuencias para las pequeñas economías locales de los países más pobres se expone en el capítulo 12: las guerras en África por la extracción de las tierras raras, la especulación alimentaria que busca incrementar la producción a costa de los fondos marinos, la explotación agraria de grandes extensiones de terreno que extermina los cultivos locales para dar salida a alimentos transgénicos y la dictadura impuesta por la banca. Se cierra esta parte enunciando las seis reglas de Hans Küng para conseguir una nueva ética mundial, basada en los derechos del ser humano como parte de la naturaleza.
El capítulo 13 gira en torno al concepto de decrecimiento como solución a la vorágine desarrollista que consume los recursos del planeta, esquilma economías locales y esclaviza a los países con menos recursos económicos. Asimismo, se definen otros términos como bioeconomía, biología cognitiva o noosfera, que nos permiten vislumbrar la existencia de alternativas sostenibles a los modelos actuales.
Conclusiones
En el capítulo que cierra la obra, Manuel Chaparro recoge las conclusiones de este profundo trabajo de reflexión. Propone el decrecimiento como alternativa al desarrollo y la necesidad de un cambio de papel de los medios como catalizadores del empoderamiento ciudadano que ofrezcan una comunicación «endógena, crítica y concienciadora».
Sin duda alguna, nos encontramos ante una obra imprescindible que nos permite comprender el mundo actual: las relaciones de poder, las decisiones políticas y el papel de los medios en el entramado neoliberal que actualmente controla la economía mundial.
Artículo extraído del nº 102 de la revista en papel Telos
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