Aunque durante la última década se han hecho importantes esfuerzos para estimular el desarrollo de la Sociedad de la Información (SI) en España, lo cierto es que una parte importante de los principales indicadores que la caracterizan no son todavía demasiado favorables. En esta ocasión vamos a analizar el estado de la SI en España a través del acceso a Internet desde los hogares.

El entorno doméstico puede ser un buen indicador de la salud de la Sociedad de la Información en el país. Un dato que apoya esta idea se encuentra en los informes periódicos de audiencia de Internet de la AIMC (Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación). Según el último, correspondiente a octubre-noviembre de 2012, el 91,1 por ciento de los ciudadanos que se han conectado a Internet en los tres últimos meses lo han hecho desde el hogar, cifra estable en el último año. A gran distancia se encuentra la conexión desde el trabajo, que utilizan el 19,7 por ciento de los ciudadanos. Esta cifra lleva más de siete años cayendo sin parar, quizás al hilo de la popularización de la Banda Ancha y del final del periodo de crecimiento económico, pero en el último periodo medido ha crecido. ¿Otro de los efectos de la crisis? En síntesis, el acceso a Internet encuentra en el hogar su hábitat natural.

De forma resumida, dos de cada tres hogares españoles tienen conexión a Internet, casi en su totalidad de Banda Ancha. Dicha conexión se realiza principalmente por redes de cable y sobre todo por ADSL, utilizando para ello ordenadores portátiles y de sobremesa, con una tendencia de uso creciente favorable a los primeros. El porcentaje de hogares con acceso a Internet en España se sitúa claramente por debajo de la media europea, aunque el peso de la Banda Ancha supera al de la mayoría de los países europeos. A continuación se detallan todas estas afirmaciones.

Según los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE), que publica una interesante encuesta anual sobre la materia, pasado el ecuador de 2012, el 67,9 por ciento de los hogares españoles tenía acceso a Internet, casi cuatro puntos más que el año anterior y más del doble que ocho años atrás. Por otro lado, el 98 por ciento de los hogares con acceso lo hace a través de Banda Ancha, para lo que cuentan con líneas ADSL (74,1 por ciento de los hogares con acceso), conexiones móviles de Banda Ancha a través de un dispositivo de mano (26,9 por ciento), redes de cable o fibra óptica (17,0 por ciento) o conexiones móviles de Banda Ancha vía módem USB o tarjeta en ordenadores portátiles, etc. (10,4 por ciento). Dado que el acceso puede realizarse desde el mismo hogar por diversos medios, la suma de las cantidades anteriores es superior al 100 por ciento. La CMT, en su Informe TIC Hogares correspondiente al primer semestre de 2012, incluye cifras bastante parecidas, un punto arriba o abajo, salvo en el tema de la Banda Ancha móvil que difiere debido a la definición de cada concepto.

Con Banda Ancha y ordenador portátil

Desde el punto de vista geográfico, los mayores porcentajes de acceso a Internet en los hogares se encuentran en Madrid (78,0 por ciento de los hogares) y en Islas Baleares (73,9 por ciento), según los datos del INE de mediados de 2012. Por otro lado, el País Vasco, Cataluña, Navarra, Cantabria y Aragón están también por encima de la media nacional. Ceuta (95,2 por ciento), Melilla (85,8 por ciento) y Cataluña (85 por ciento) son las comunidades con la mayor proporción de hogares con ADSL entre los que acceden a Internet, mientras que Asturias (37,2 por ciento), Cantabria (35,3 por ciento) y el País Vasco (31,5 por ciento) son las comunidades que presentan mayores porcentajes de acceso por cable o fibra óptica.

Las cifras españolas de penetración quedan bastante por debajo de las europeas (datos Eurostat en 2012): 68 por ciento en el caso español frente al 76 por ciento de media en los hogares de la Unión Europea. Estamos a distancia del valor medio y muy alejados de los países del norte de Europa, que superan en general la cifra del 90 por ciento de los hogares con acceso a Internet.

En cambio, España se sitúa claramente por encima de la media en el porcentaje de hogares con Banda Ancha sobre el total de hogares con acceso a Internet: cerca del 100 por ciento en el caso español y casi cuatro puntos más que la media europea. Es decir, en España hay menos proporción de hogares con acceso a Internet que en muchos países europeos, pero los que lo tienen lo hacen casi en su totalidad a través de Banda Ancha. El retraso español en el acceso ha permitido que las redes instaladas sean más modernas y que el predominio de la Banda Ancha sea mayor, lo que nos proporciona un indicador con el que somos punteros en Europa.

Si se analiza el caso de los hogares en los que residen niños (datos de Eurostat en 2011), se observa que la penetración en ellos del acceso a Internet y de la Banda Ancha es mucho mayor que en los otros. Por ejemplo, en el caso del acceso de Banda Ancha la diferencia de la media europea es de 19 puntos (81 por ciento de hogares con acceso a Banda Ancha si hay niños frente al 62 por ciento en caso de que no los haya). En el marco español la diferencia es todavía mayor: 22 puntos (77 por ciento frente al 55 por ciento). Por tanto, en este caso siguen también el retraso frente a Europa.

El Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la SI (ONTSI) aporta datos del primer trimestre de 2012 sobre el equipo o dispositivo de acceso a Internet. El ordenador de sobremesa sigue siendo el principal medio utilizado para ello (68,2 por ciento de los hogares españoles con acceso a Internet), seguido de cerca por el ordenador portátil (67,8 por ciento), aunque las diferencias se van reduciendo y está a punto de cambiar el orden. El tercer medio es el teléfono móvil (45,5 por ciento), seguido por la videoconsola (9,9 por ciento). Nuevamente en cada hogar puede haber varios dispositivos, por lo que la suma de las cantidades anteriores excede del 100 por ciento.

Una brecha digital importante

Hablar de brecha digital en los hogares es marcar las diferencias entre aquellos que están conectados a la revolución digital que permite Internet y las nuevas tecnologías y los que no tienen acceso a sus beneficios o no saben cómo utilizarlos. Los datos españoles muestran que la brecha digital entre hogares conectados y no conectados es importante (un tercio de ellos se clasifican en la categoría de los no conectados) y que es más acusada que la media europea, lo que establece otra brecha digital de España con respecto a muchos países europeos, datos que no se corresponden con la realidad socioeconómica. Así, el estudio The Global Competitiveness Report 2012-2013 (World Economic Forum) sitúa a España como el país número 13 del mundo en cuanto al tamaño de su mercado doméstico, pero adjudica posiciones del 24 al 38 en los indicadores que tienen que ver con la Banda Ancha y con el uso de Internet. Las diferencias entre el peso económico y la realidad tecnológica no deberían ser tan acusadas o no deberían existir.

¿Cuáles pueden ser las causas de esta brecha digital que tenemos respecto a Europa? El análisis de las causas es complejo, pero se pueden apuntar algunas: la pirámide de población, el clima y el predominio de las relaciones presenciales, el nivel educativo y de conocimientos prácticos de tecnología de los ciudadanos, el nivel de renta de la población versus el coste del acceso, la falta de contenidos y usos atractivos, etc. Lo cierto es que la brecha existe y, salvo excepciones, se repite en otros indicadores de la SI en España. El reto de todos los agentes -Administración, operadores, reguladores, fabricantes, asociaciones y ciudadanos- es encontrar formas creativas para combatirla y superarla. España puede y debe hacerlo, considerando que dispone del talento, del grado de innovación y de las herramientas necesarias para ello.