Se ha abierto una nueva frontera en el campo del periodismo. La evolución de la sociedad está exigiendo a los medios informativos más rigor y profesionalidad. Las tecnologías de la comunicación proporcionan gran capacidad para procesar, comparar y analizar críticamente toda esa información.
Así, ha surgido el llamado periodismo de precisión.
«La vieja tradición de los periodistas transportadores de información está siendo sustituida por periodistas procesadores de información, del mismo modo que la vieja idea de agricultura de cosecha y consumo ha sido sustituida por la complejidad del procesamiento de materias alimenticias. El periodismo de precisión con sus técnicas de análisis cuantitativo y procesamiento informático de estadísticas sociales, cristaliza ese cambio de concepción de la actividad periodística».
Estas palabras fueron pronunciadas por el profesor Philip Meyer en las Jornadas sobre Periodismo de precisión e investigación en Bases de Datos, celebradas en Madrid del 17 al 19 de mayo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense.
Quizá una de las definiciones más exacta de lo que es el periodismo de precisión la da el propio P. Meyer cuando dice que dicho modelo periodístico «rastrea y analiza mediante instrumento informático los contenidos de bases de datos, o que usa encuestas y sondeos para descubrir la realidad. También puede servir, por ejemplo, para verificar los datos que ofrecen los políticos en período electoral».
Por lo tanto, se trata de una especialización periodística en los métodos de escrutinio y sondeo de investigaciones sociológicas y de opinión pública, además de estadísticas oficiales sobre censos de población, etc.
Este nuevo modelo de periodismo, también llamado de rastreo informático o database journalism, utiliza los ordenadores para examinar las bases de datos y descubrir nuevas asociaciones o correlaciones estadísticas en listados socioadministrativos y de cruce de datos informativos en todo tipo de documentos informatizados.
Los expertos opinan que esta nueva fórmula de hacer periodismo será la más utilizada en los medios de comunicación en el siglo XXI.
CARACTERÍSTICAS DEL PERIODISMO DE PRECISIÓN
A pesar de ser una práctica nueva del periodismo, el periodismo de precisión tiene ya una clarificación conceptual y unas características que permiten diferenciarlo de otros modelos de periodismo: así como el llamado nuevo periodismo de los años sesenta, divulgado con verdadera maestría por Tom Wolfe y Jimmy Breslin, tenía una clara vocación literaria, reflejaba el lado humano del acontecimiento e incidía en la personalización del relato, el periodismo de precisión se caracteriza por:
– La utilización de las cifras en la evaluación de un problema social.
– No hay personalización ni descripción de un hecho aislado, sino la descripción general de un problema social.
– Lo esencial del reportaje es la cuantificación numérica del problema analizado.
– No tiene por qué ser un tema de actualidad.
– Se basa en el empleo de un método de obtención de datos para validar la significación numérica.
Si seguimos comparando el nuevo periodismo con el periodismo de precisión -al fin y al cabo, el primero fue la gran fórmula que revolucionó en los años sesenta el concepto del reportaje, y posiblemente el segundo lo sea respecto de los noventa- podemos apreciar puntos divergentes: el nuevo periodismo abordaba la información como un relato, introducía elementos literarios como recursos del autor -monólogos interiores-, en definitiva, técnicas narrativas de ficción. Por el contrario, el periodismo de precisión utiliza la cuantificación objetiva y científica de los datos para apoyar sus tesis.
En cualquier caso, lo que determina el buen o mal uso de este tipo de técnicas es la profesionalidad y el rigor con que los periodistas aborden este tipo de trabajos. Por ejemplo, el número de camas hospitalarias de que dispone una Comunidad Autónoma puede ser un indicador del nivel de servicio sanitario de esa Comunidad, pero a lo mejor sería conveniente contar el número de médicos por cada mil habitantes para determinar la eficacia de ese servicio. ¿Y qué revela cualquiera de estos dos datos respecto de la salud real de los habitantes? Por otra parte, el simple recuento del número de camas puede reflejar los programas de subvenciones oficiales más que la prestación de un auténtico servicio sanitario. Es decir, para pretender realizar una rigurosa investigación como en el ejemplo comentado es necesario tener muy claro qué es lo que se quiere descubrir, operar hipotéticamente y hacerse previamente las preguntas que se quieren ver respondidas a través de los datos obtenidos.
El periodismo de precisión en su breve historia ha obtenido ya unos grandes éxitos. Gracias a las técnicas de investigación de este nuevo modelo periodístico, prestigiosos profesores y periodistas norteamericanos han sido galardonados con el Premio Pulitzer. Son los casos de Elliot Jaspin, Director de Proyectos Especiales de la cadena periodística Cox Newspapers y Premio Pulitzer en 1979. Es autor de libro The Reporter’s Handbook.
Philip Meyer se hizo merecedor del mismo premio en 1968 por la cobertura informativa de las revueltas ocurridas en Detroit en el año anterior y que con el database journalism consiguió desmontar la creencia de que dichos disturbios eran ocasionados por los negros procedentes del sur de Estados Unidos que al llegar al norte encontraron una válvula de escape para su discriminación racial. Philip Meyer es profesor de Métodos de Investigación y Periodismo de Precisión en la School of Journalism University of North Carolina y autor del libro Periodismo de Precisión. Nuevas fronteras para la investigación periodística (edt. Boch, Barcelona).
Dwight Morris es Director del Equipo de Investigación y Análisis por Ordenador de Los Angeles Times, pero fue en el Atlanta Journal-Constitution cuando actuó como supervisor de una serie de reportajes bajo el título de El color del dinero que ganó el Premio Pulitzer en 1988 y que permitió demostrar que la entidades financieras de la ciudad de Atlanta discriminaban a sus clientes por cuestiones raciales a la hora de conceder créditos.
Todos ellos han participado en las Jornadas Internacionales de Periodismo de Precisión e Investigación de Bases de Datos, celebradas en Madrid y organizadas por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense y la Comisión Fullbright con el patrocinio de Fundesco-Telefónica y la Asociación de Editores de Diarios Españoles.
En realidad, el periodismo de precisión fue acuñado con este nombre por primera vez por Philip Meyer en 1973 cuando publicó el citado libro Precision Journalism. A Reporter’s Introduction to Social Science Methods.
LAS NUEVAS FRONTERAS DEL PERIODISMO
Estamos quizá ante el nacimiento de un nuevo género periodístico que posiblemente dé lugar a una nueva sección en los periódicos de grandes tiradas. Como afirma José Luis Dader, director académico de las Jornadas: «No será desde luego una moda pasajera. A medida que nos vayamos metiendo más en el entorno informático, y sintamos la necesidad de tener bases de datos, se hará connatural encontrarse correlaciones estadísticas entre unas y otras cifras y se impondrá de forma generalizada».
Según el profesor Dader, esto no significa que vaya a desaparecer la forma clásica de hacer periodismo, con el relato social o político, la entrevista inquisitiva, etc. Pero lo que sí es cierto es la importancia creciente de un periodismo capaz de tratar con rigor las encuestas electorales o los sondeos de opinión, de los que se pueden obtener conclusiones de una gran relevancia social.
La utilización de las técnicas del periodismo de precisión suponen un método científico de crear noticias merced a las nuevas correlaciones que pueden encontrase en el rastreo de bases de datos. Pero el ejercicio de este tipo de periodismo no sólo requiere la siempre necesaria intuición del periodista, sino que además necesita otras habilidades que aporten a la información un valor añadido. En palabras de Meyer: «El informador no debe ser sólo un mero transportista de la información, debe además procesarla de acuerdo con una serie de conocimientos que debe tener sobre aquello de lo que informa y de las fuentes».
Para la obtención de estas habilidades ya existen en las Facultades en Estados Unidos asignaturas específicas como la de Estadística I, II y III. Además,en EE.UU. existe ya una extensa bibliografía sobre este tema, así como cursos y seminarios que ahondan en la enseñanza de estas técnicas. Sobre todo, y más relevante, es la utilización de estas técnicas en una gran parte de los periódicos norteamericanos, al menos de los más importantes, como el New York Times y el USA Today.
La situación del periodismo de precisión en España no es, desde luego, generalizada, pero existe ya desde el año 87 un tímido intento de inicio. Concretamente El País publicó el 29 de marzo de ese mismo año, según expuso José Luis Dader en las Jornadas, un artículo titulado «Tener y no tener» donde a lo largo de tres páginas se recogían las cifras de la pobreza en España y en el que aparecen las características más genuinas de esta modalidad periodística.
Si tuviésemos que clasificar de alguna forma el periodismo de precisión lo podríamos hacer según los niveles o grado de utilización:
– El pasivo: se limita a dar noticia de los estudios sociológicos que otros hacen.
– El semi-activo: aquel que interpreta parcialmente los datos.
– El de precisión propiamente dicho: realiza una hermenéutica de los datos que obtiene con la utilización del rastreo y cruce de bases de datos.
En España este modelo de periodismo se encuentra, en su mayoría, en el primer nivel. Todavía es precario, está en fase de iniciación, es intuitivo. Los periodistas españoles aún hacen «análisis rudimentarios -en palabras de José Luis Dader- donde se hace uso del sentido común».
Para que el periodismo de precisión se haga más extensivo en la prensa española, es necesaria una mejor formación metodológica de los periodistas, que las Facultades recojan en sus Planes de Estudios este tipo de enseñanza, como ya lo hace la Universidad Complutense en la modalidad de asignatura optativa. También la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona recoge esta asignatura.
Hoy por hoy, el periodista español es algo reacio al uso de este tipo de técnicas de investigación asistida por ordenador a causa de la escasa cultura de uso de la tecnología informática y le cuesta reciclarse, según comenta José Luis Dader, quien afirma que la práctica de este tipo de periodismo vendrá de la mano de las generaciones jóvenes que han comenzado a utilizar los ordenadores como juego y están familiarizados con el entorno informático. Pero hay otro factor que hará inclinarse a utilizar esta tecnología a otro grupo de periodistas y es el creciente mercado competitivo dentro de la profesión, porque su práctica supondrá una diferenciación, una mayor calidad.
Porque no hay que olvidar que para ser efectivos en la práctica de este modelo periodístico hay que tener en cuenta factores como la habilidad y conocimiento en el manejo de la tecnología informática, conocer las claves de acceso a las bases de datos que se desean consultar y una depurada metodología de análisis e interpretación de esos datos. De esta forma, el periodismo de precisión sería algo así como la búsqueda de la excelencia periodística.
Por otra parte, el periodismo de precisión supone un instrumento de calidad para el periodismo de investigación. Y mientras que la práctica de éste necesita fuentes dispuestas a revelar secretos, por lo cual no es fácil encontrar material en qué trabajar, además de que se requiere muchos recursos en tiempo y personas, en el nuevo modelo periodístico las fuentes son las bases de datos y la información obtenida de ellas se convierte rápidamente en noticias, por lo que se ahorra tiempo y recursos. Un ejemplo: Averiguar con un Who’s Who’s en formato libro cuántos personajes pertenecen a un mismo grupo institucional de influencia, o cuantos magistrados estudiaron en la misma Universidad, llevaría meses. Realizar esto mismo mediante un rastreo por ordenador exige cinco minutos, con una base de datos con más de cien mil fichas biográficas.
RETOS DEL PERIODISMO DE PRECISIÓN
Pero no es oro todo lo que reluce. Así como los periodistas agudizan su ingenio para extraer de las bases documentales datos relevantes para una determinada investigación, también los responsables últimos de esas bases documentales manipulan a su gusto los datos que en ellas se introducen. Por ejemplo: el cuestionario que se utiliza para hacer el censo en Estados Unidos debe ser aprobado cada diez años por el Congreso. Cuando llega el momento de pedir de nuevo esa aprobación se producen unas presiones enormes al organismo encargado de hacer esa encuesta. «El Congreso nos somete a varias presiones -nos cuenta Alvin Toffler en su libro Cambio de Poder por boca de un responsable de ese departamento- hacemos una encuesta de muestra sobre los aspectos financieros de la agricultura. Luego, el Congreso nos dice que no recojamos esos datos porque podrían ser utilizados para recortar la ayuda federal a los agricultores». Toffler continúa en su libro, «las compañías de todos y cada uno de los sectores presionan también a la Oficina del Censo para que haga o deje de hacer determinadas preguntas».
Está claro, que independientemente de lo objetivas que puedan parecer las bases de datos, no cabe duda de que son un reflejo de los valores y relaciones de poder de la sociedad, concluye el famoso guru norteamericano.
Este es, por ejemplo, uno de los escollos a los que se tiene que enfrentar el periodismo de precisión.
Pero no es el único. El rastreo de datos informáticos -que en España, por cierto, es escasísimo por la casi inexistencia de bases documentales a las que se puede acceder- plantea problemas por lo que supone de invasión en la vida privada de las personas, aunque hay muchos que opinan que el derecho a la información, el derecho a consultar los bancos de datos no debe quedar anulado por el derecho a la intimidad.
En España la legislación que regula el acceso a las bases de datos es todavía muy opaca. La LORTAD (Ley Orgánica de Regulación del Tratamiento de Datos) mantiene el principio de privacidad y no hay en ella referencias al acceso público.
Artículo extraído del nº 35 de la revista en papel Telos
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