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Una magnífica herramienta de estudio


Por E. B.

El Diccionario crítico de la comunicación recientemente editado en Francia bajo la dirección de Lucien Sfez (1) constituye una magna obra poco usual en los tiempos que corren. No se trata de un diccionario más al uso y ni siquiera de una enciclopedia que resuma los fenómenos de la comunicación. Es un ambicioso proyecto editorial que, aun sumando los dos conceptos anteriores, se plantea la exposición ordenada y sistemática del largo y ya complejo proceso seguido por las teorías de la comunicación en su medio siglo de existencia desde las muy diversas perspectivas disciplinares, pero también el análisis aplicado a los más diversos fenómenos comunicativos.

Más de trescientos autores, la mayoría de ellos franceses pero también de otras muchas nacionalidades, han colaborado en este trabajo desarrollado durante cuatro años. Sin pretender un listado exhaustivo, están aquí expertos ya clásicos de la talla de Armand y Michèle Mattelart, René Bonnell, Jacques Durand, Jean Duvignaud, Jacques Ellul o Georges Peninou, pero también autores importantes de generaciones más recientes como Bernard Miège, Patrice Flichy, Pierre Musso o Paul Beaud.

Lucien Sfez, cuya tarea de dirección y coordinación no ha excluido una amplia participación en los textos, ha dividido la obra en dos volúmenes y cuatro partes, dedicadas resepctivamente a los datos de base, las teorías operacionales, los grandes dominios de aplicación y comunicación y sociedad. Los trece capítulos que componen el conjunto tienen una estructura similar: una introducción con informes y artículos de diversos autores, unos temas ordenados alfabéticamente que encierran las principales cuestiones planteadas y unas conclusiones que apuntan hacia el futuro. Las entradas temáticas contemplan además una rica bibliografía especializada que constituye otro auténtico diccionario bibliográfico paralelo.

Algunos de los títulos de esos capítulos, coordinados por diferentes autores, son ya significativos de la riqueza del trabajo desarrollado. Desde la comunicación y literatura o la opinión pública y sus manipulaciones hasta las nuevas técnicas y sus usos, la inteligencia artificial, la comunicación interpersonal e intercultural o las ciencias cognitivas. Los dominios de aplicación incluyen la comunicación empresarial e institucional (comunicación y organización), los mass media, la publicidad, el derecho de la comunicación, la comunicación política, etc.

Los dos capítulos finales encierran una especial originalidad: la vulgarización de la comunicación, sus teorías y fenómenos, y la comunicación vue d’ailleurs, que incluye un análisis de viajes, civilizaciones, autores y culturas antiguas desde el punto de vista siempre de la comunicación. El Diccionario se cierra con un catálogo de biografías y bibliografías de más de un centenar de autores relevantes en este campo. Pero, además, la sensibilidad del director ha potenciado especialmente el examen de problemáticas transversales, y la remisión continua de unos temas a otros que consiguen en buena medida superar la división en departamentos estancos que parece obligada en un diccionario por su propia estructura.

Se trata, en suma, de una obra que trasciende con mucho la habitual utilidad de consulta para conformarse como una auténtica herramienta de trabajo e investigación en los más diversos campos de la comunicación. Con un trabajo tan ordenado y sistemático como actualizado. Y con una edición cuidadosa y detallista, que incluye ilustraciones complementarias de gran riqueza expresiva.

Artículo extraído del nº 35 de la revista en papel Telos

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