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Una síntesis de técnica y arte


Por Moisés Egido

Técnica y arte se conjugan en la obra de Eduardo Scala, el libro cilíndrico, que expondrá el próximo año en el Colegio Mayor San Ildefonso de Alcalá de Henares y en la Alhambra de Granada, pretendiendo ser una metáfora del Universo y una síntesis de culturas desde el origen de la escritura hasta nuestros días.
El libro cilíndrico es a la vez una innovación poética y un hallazgo técnico. Este libro se imprimió por primera vez con el poema Genometría que fue expuesto en el Colegio de Arquitectos de Baleares en 1987, y posteriormente en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1.989. Los poemas así editados recogen la memoria de los milenarios papiros, comunes en el origen de todas las culturas, reconduciéndolas hasta nuestros días gracias a los nuevos materiales de la industria papelera y de las técnicas de impresión.

Eduardo Scala, poeta de caligramas, es, sin duda, la reencarnación de un filósofo calígrafo musulmán o de aquel sumerio que se sitúa justo en el origen de la escritura y que sus primeros signos los grabó en un cilindro. Participa de esa misma sabiduría preclara y que proviene de la revelación.
El libro infinito es la metáfora del Verbo, de la palabra continua, infinita, la que contiene el significado de todos los signos. Un fragmento cualquiera equivale al infinito desarrollo del giro del cilindro.

El libro cilíndrico, que se expondrá en la Alhambra, consiste en una rueda de papel continuo donde va impreso el Poema Rojo de la Alhambra/El Cantar de la Mirada, de Eduardo Scala, de donde nace el espacio y las innúmeras divisiones del tiempo, opera esencialmente como otra escritura, participando de la naturaleza del poema. La tintura roja, símbolo del fuego del amor celeste, portará el módulo poético de El Cantar de la Mirada. La larga estela de papel rojo-ígneo, solar, completará los ocres y bermejos de la tierra de la Alhambra: rojo sobre rojo para el Templo de Tiempo donde todo en él es convergencia y síntesis.

Eduardo Scala logra, con su libro cilíndrico, la síntesis perfecta entre la Tecnología y el Arte. Gracias a los medios tecnológicos con que contamos en la actualidad la producción de un cilindro infinito de papel ya no es un problema técnico, aunque sí una metáfora, porque sigue participando de ese arte simbólico representado en el Poema Rojo de la Alhambra/El Cantar de la Mirada, que es esencialmente «un cántico de luz concebido para la contemplación: un poema hecho de una única Palabra, Silencio y Aire».Poema rojo de la Alhambra/Cantar de la Mirada se desarrolla a lo largo de 70, metros a través de dos rollos de papel continuo preparado especialmente para resistir las tensiones y la intemperie, impresos en toda su extensión, 8.000 metros por 64 centímetros de anchura. Cada rollo (de un metro de diámetro) lleva un soporte primario con mecanismo de roldana que facilita el despliegue y repliegue del poema. Los dos rollos, con un volumen equivalente, reposan en los atriles: uno, en el centro del Salón del trono; otro, en la Cripta. La estela de papel, a una altura de 2,60 metros, atraviesa la Sala de la Barca, Patio de los Arrayanes (pasando por el centro del Estanque) hasta la Cripta. El poema inmóvil se lee en dos direcciones: de norte, Salón del Trono, a sur, Cripta, y viceversa, incesantemente.
La estela de papel se integra al espacio y a la dinámica del recinto histórico que no se verá interrumpida en ningún momento por su exposición. Es más,el poema rinde culto a la poética metafísica del lugar, e invita a los visitantes del Palacio a tomar conciencia del continum inscrito en la Alhambra.
El interés primordial del Poema Rojo de la Alhambra/Cantar de la Mirada consiste en su fuerza alegórica. En el trancurso de la exposición, especialistas en diversos campos _poesía, estética, filosofía, artes gráficas, etc._ interpretarán los múltiples significados de este acontecimiento.

SINTESIS ENTRE TECNICA Y ARTE

La metáfora del libro cilíndrico de Eduardo Scala acrisola, en las puertas del siglo XXI, la tecnología más avanzada con el arte creativo más puro. En una síntesis perfecta entre la técnica y el arte, como ocurriera en la época más gloriosa de la humanidad, en el Renacimiento.

Es en el Renacimiento cuando arte, ciencia y técnica son tres saberes indisolubles. Para el explosivo desarrollo técnico y científico de esta época fue determinante la unión entre el arte y la técnica.

Ésta tenía, sin duda, unas razones pragmáticas. Los príncipes del Renacimiento, como los nuevos ricos de cualquier época, querían demostrar su grandeza cultural. Los suntuosos palacios de Venecia o el impresionante cimborrio de la catedral de Florencia son una muestra de la comunión perfecta del arte y la técnica. Las importantes estatuas ecuestres de bronce requerían para su construcción, tanto creatividad artística como conocimientos técnicos (estática y fundición del metal). Surgió así en el Renacimiento, una categoría de profesionales que reunían ambas disciplinas: los artistas-ingenieros. Estos profesionales eran llamados a la corte de los príncipes donde tenían acceso a los viejos manuscritos cuidadosamente guardados. En el curso del estudio de este material se tendió el puente entre lo artístico y técnico.
Técnica y arte se fundieron en los pensadores más geniales de la época en una unidad, y es en el genio universal de Leonardo da Vinci donde esta comunión se manifestó con toda su grandeza.

Eduardo Scala es un digno sucesor de la genialidad del Renacimiento, por haber sabido mantener ese equilibrio entre técnica y arte. Para la creación del libro cilíndrico ha sido necesario conjugar, satisfactoriamente, las técnicas más depuradas de las artes gráficas y de la impresión, con la sensibilidad artística que entraña esa profunda intuición de describir en una sola palabra, (en un solo libro) toda la poesía del Universo.

LA MEMORIA QUE FLUYE

El proyecto El Río de la Memoria consiste en la exposición temporal de un poema de Eduardo Scala impreso, _al igual que el de la Alhambra_ en un libro cilíndrico a lo largo de los tres patios del Colegio Mayor de San Ildefonso, (antigua Universidad Complutense) de la Universidad de Alcalá de Henares, uniéndose a las celebraciones del VII centenario de esa Universidad. El libro fluirá desde el pozo de las conchas al pozo de los cisnes, a lo largo de los tres patios.
Este poema, El Río de la Memoria, prosigue el Cántico de la Unidad iniciado por el poeta en 1974, ciclo poético en torno al Uno o Absoluto, en un estado extremo del lenguaje.
El poema de la Unica Palabra se desarrolla a lo largo de 100 metros, a través de dos rollos de papel continuo que reposan insertos en los brocales de los pozos. Forman una cruz de círculos o esfera armilar. La onda de papel, a modo de alfombra, se integra al espacio y a la dinámica de los patios.
El Río de la Memoria fluye contra corriente del Río del Olvido, cuyas aguas bebían las almas de los muertos, evidenciando El Paraíso del Presente. El Río de la Memoria, serpentino, esférico, con su flujo y reflujo proyecta el fluir de las formas, la existencia humana.
La metáfora de este libro infinito, borgiano mítico, _río de aguas secas, metafísicas_ celebra la unión de lo temporal con lo espacial. Mana de los pozos que guardan el conocimiento universal, transmitido de generación en generación, de la Universidad de Alcalá de Henares.
Dos pozos o polos (uno al norte, otro al sur) reflejan el misterio especular del Universo. De estos dos centros espirituales, comunicados por primera vez en su historia, surge el poema que nombra lo que fue y lo que es, lo que es y lo que era: ESFERA.

Artículo extraído del nº 32 de la revista en papel Telos

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