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Una visión académica de “la movida”


Por J. Ignacio Gallego Pérez

Editorial Velecio Editores. Héctor Fouce. El futuro ya está aquí
Madrid, 2006

Si hablamos de música pop en España, la tendencia a considerarlo un elemento cultural inferior y no digno de estudio es habitual. Por lo general, la sociedad y el mundo académico no le han prestado una especial atención a una música que suele ser considerada como un arte menor y que en la madurez no merece el mayor interés. Sin embargo, si uno echa un vistazo al mundo anglosajón se encontrará con multitud de estudios y publicaciones sobre las diversas culturas juveniles y musicales que han poblado el siglo XX, desde el rock and roll a la música electrónica.

La poca importancia del pop es probable que venga dada porque la propia sociedad española siempre lo consideró como un arte menor y desvinculado del desarrollo social impuesto por el rancio sistema imperante durante una gran parte del siglo (máxime si consideramos que la aparición del pop a nivel mundial coincide con la época de mayor aislamiento cultural de nuestro país). Esta perspectiva va cambiando día a día y la importancia del pop en el desarrollo de las industrias culturales y de la propia sociedad es cada vez más latente. El propio Héctor Fouce comenta que «a medida que la sociedad se ha dado cuenta de la trascendencia del pop, el mundo académico ha creado espacios para su estudio».

La obra que tenemos entre manos parte de una tesis que estudia la que puede ser considerada como la etapa más interesante que ha tenido la música popular de nuestro país hasta ahora, la llamada “nueva ola” musical o “la movida”. Y lo interesante es que no se maneja sólo en términos musicales sino que entra a valorar la influencia que tuvo este movimiento en la sociedad, su relación con el desarrollo de las industrias culturales de la época, la diferencia con movimientos musicales anteriores (como es el de los cantautores), su influencia sobre la política y, lo más importante, la visión que aporta de una juventud que reniega de la dictadura y de la progresía de la época para centrarse en el hedonismo y el disfrute del momento.

Fouce consigue en esta obra acercarse a un tema tremendamente manido y mitificado, aquello llamado “la movida” madrileña de los años 80, pero que en pocas ocasiones se había puesto en el punto de mira de una investigación. Para esto, el autor enmarca la época en un primer capítulo que a través de diversas pinceladas introduce al lector en los diferentes puntos que encontrará más adelante.

La importancia de las industrias culturales

La “nueva ola” musical tiene la suerte de encontrarse con una serie de elementos que la ayudan a crecer, y no cabe duda que su importancia hubiera sido mucho menor sin estos canales que le permitieron su difusión. Podemos decir que se encontró con la época más vanguardista y transgresora de los medios masivos y que desde entonces no se ha vuelto a vivir una época igual.

El autor nos habla de la importancia de la radio, con esa Radio 3 incipiente, emisoras de FM como Onda Dos, Popular FM o la nueva Radio El País. En todas ellas se prestaba especial atención a las nuevas tendencias musicales, y los locutores competían por poner “lo último”, haciendo que la gente llenara las salas de actuaciones en vivo –otro de los actores fundamentales– gracias a escuchar las maquetas y antes de que grabaran los discos. La televisión nos ofrecía un programa como “La edad de oro” (La 2), impensable en la programación actual de nuestras televisiones en abierto, que se veía acompañado de otras muchas propuestas en la televisión pública. Publicaciones como Star y Vibraciones, en Barcelona, o La luna y Madrid me mata, en la capital, reflejaban el espíritu de una época. Así, poco a poco, los grandes medios asumen el underground.

Pero donde se hace más visible esta “revolución cultural” es en el cambio de la industria discográfica. Empiezan a surgir nuevos sellos independientes que, acompañados por la implantación de nuevos sellos internacionales, hacen que los grupos tengan la posibilidad de publicar sus singles y Lp.

Tras enmarcar “la movida” dentro de las industrias culturales de la época, el autor dedica un capítulo a hablarnos de la música popular como campo de investigación. En él relaciona el pop con los estudios culturales y su importancia a la hora de construir las diferentes identidades sociales y subculturas. Este capítulo de marco termina introduciéndonos en el examen objetivo de la música que nos permitirá entender el análisis final.

La celebración de la modernidad

El libro se cierra con un análisis detallado de “la movida”, basado en palabras del autor en una forma especial de entender la música: «Comprender la música en la cultura es entenderla de manera global, integrando los niveles sonoro y social. Mi forma de entender la música pasa por considerar las formas musicales como procesos comunicativos que dicen algo sobre el mundo, pero también sobre el emisor y el receptor y sobre el mundo sociocultural en el que ambos se desenvuelven».

De esta forma, “la movida” se posiciona en un espacio urbano y en un tiempo presente, la importancia de la dimensión estética es clave y el hedonismo cobra valor respecto al compromiso. Todo esto surge como una reacción contra la politización de la vida social que nos trae la transición, buscando el elemento lúdico de lo cotidiano.

En definitiva, El futuro ya está aquí es una buena forma de acercarse a una época mitificada y a un tipo de estudio diferente, que se completa con una minuciosa guía de escucha y con una buena bibliografía para seguir buceando en una época en la que el no future se hizo realidad en España.

Artículo extraído del nº 73 de la revista en papel Telos

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J. Ignacio Gallego Pérez

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