N
Nuevos horizontes del cine contemporáneo


Por Lorenzo J. Torres Hortelano

Editorial T&B Editores. Jason E. Squire. El juego de Hollywood. The Movie Business Book, 2006
Barcelona: Paidós. Antoine de Baecque. Nuevos cines, nueva crítica. El cine en la era de la globalización
Madrid, 2006

Pensar el cine en la época actual, en la que se mira resabiadamente tanto al crítico que profundiza a partir de las más diversas teorías como al profesional que vierte su experiencia de forma ordenada, constituye todo un reto intelectual; más aún, nos recuerda que hay todavía mucho que decir sobre la crítica y la industria cinematográficas. Las dos obras que nos ocupan siguen esas dos vertientes desde perspectivas colectivas. No es la única coincidencia, pues ambas se fundamentan a partir de un pedagógico recorrido histórico de sus respectivos campos: la crítica cinematográfica proveniente de Cahiers du cinéma y el funcionamiento de la industria hollywwodiense del entretenimiento. Y lo señalamos como una virtud pues, pese a la multitud de obras al respecto, creemos que vienen a complementar un campo de estudio que sigue necesitando nuevas configuraciones.

El cine en la era de la globalización

Este es el subtítulo de la edición española del libro compilado por Antoine de Baecque a partir de artículos seleccionados de la revista para cinéfilos por excelencia, Cahiers du cinéma. En este sentido, si pensamos en nuestra época de globalización, puede parecer contradictorio que se publiquen cuatro volúmenes a partir de La petite anthologie des Cahiers du cinéma (recopilación de más de cincuenta años de historia compuesta por artículos, críticas, ensayos, etc.), una revista que ya tiene su edición en Internet y artículos que se venden on line de forma individual. Se trata en realidad del cuarto volumen de la edición española cuyo artículo más antiguo data de 1961 («La regla de Rouch») y el más moderno de 1999 («Hong Kong: el tiempo del repliegue»). No obstante, la contradicción se deshace si atendemos al contenido, pues la mayoría de los artículos presentes en este cuarto volumen se centra en directores y cinematografías distintas a la europea o la hollywwodiense: Polonia, el cine independiente neoyorquino, Palestina o el cine de Kitano son algunos de los variados objetos de estudio.

Otra cuestión muy diferente tiene que ver con ciertas decisiones editoriales. En este sentido, es dudosa la inclusión de ciertos artículos que dan la impresión de que por el simple hecho de haberse publicado en su día en Cahiers… adquirieron un marchamo de calidad. Nos referimos, por ejemplo, al artículo «La marca Kitano», escrito por Thierry Jousse. Se puede objetar que es un artículo escrito en el año 1997, por lo que sus mejores películas estaban por venir. Aun teniendo en cuenta esto, quizá la elección de este artículo responde a otro tipo de cuestiones que va más allá de su calidad crítica, pese a ser una loable introducción biográfico-artística al citado director. La razón de este planteamiento es que se trata, realmente, de la misma “vieja” crítica de siempre: una sucesión de impresiones más o menos subjetivas en la que se intercalan declaraciones del director descontextualizadas ¿Es esto la “nueva” crítica? ¿Se podría pedir al crítico que se fijase más, por ejemplo, en el elaborado trabajo estético y formal de las imágenes, verdadera marca del cine oriental contemporáneo? Da la impresión, entonces, de que el compilador escogió este artículo a modo de fetiche –la “marca” Kitano– que daría calidad cinematográfico-literaria a una antología de artículos.

La globalización como concepto está intrínsecamente unida al nacimiento del cine como, quizá, la primera industria globalizada de la historia. En El juego de Hollywood, Jason E. Squire no deja de recordarnos este dato a través de 38 artículos en los que repasa cada uno de los diferentes niveles y momentos en la producción de una película, desde los artistas creadores hasta los mercados globales de la distribución internacional, presentando ejemplos prácticos como, por ejemplo, desgloses de producción de Los ángeles de Charlie (McG, 2000). La mayoría de estos artículos está escrita de forma amena por profesionales de la industria que conocen las entrañas del negocio.

¿Qué es lo que lo hace diferente, entonces, a otros libros similares, que han creado verdaderos subgéneros como, por ejemplo, el de los manuales de guión? En primer lugar, que desmonta varios de los tópicos que se suelen utilizar cuando se habla de la industria hollywoodiense del entretenimiento. Un ejemplo: en el capítulo dedicado al productor, escrito por David Puttman, se afirma que en Hollywood se es más indulgente que en Europa ante el fracaso de una película si ésta fue una buena película entregada a tiempo. Precisamente, el tópico nos dice que en la selva de Hollywood el prestigio de un director es el del éxito de su última película.

Pero, sobre todo, este libro y sus colaboradores tienen la virtud de fijar su objetivo en el público. Valga otro ejemplo para ilustrar esta idea: en el artículo dedicado al guionista, escrito por William Goldman, se señala que las películas que llegan a producirse entre todos los proyectos posibles son reflejo del ejecutivo, mientras que las que finalmente tienen éxito son exclusivamente reflejo del público que las ha aupado.

En este sentido, me parece interesante cómo uno de lo últimos epígrafes del libro de Squire maneja el concepto de matriz de medios, como el nuevo mundo del entretenimiento en el hogar en el que el punto focal es el ordenador y sobre todo, las elecciones del usuario sobre las infinitas posibilidades que esa matriz le ofrece.

Antes de la globalización

Pese a todo lo señalado, no debe suponerse que estas obras teorizan sobre la globalización. Se trata de contenidos fundamentales –no necesariamente dirigidos a universitarios– para entender los campos que dibujan: la crítica de cinematografías emergentes, sean éstas independientes o no, y el negocio de la creación del cine hollywwodiense. En este sentido, son complementarias, pues pese a que la obra de Squire hace referencia al cine independiente norteamericano, la existencia de otras cinematografías –que sí se tratan en la compilación de Baecque– brilla por su ausencia. Esta es quizá una de las mayores faltas de El juego de Hollywood –que no defecto, dado que, como señala el título, esta obra habla de Hollywood–.

En este sentido, el ya clásico estudio de David Bordwell y sus colaboradores (El cine clásico de Hollywood, 1985) nos señalaba cómo un sistema de producción concreto marcaba el resultado estético del producto final de manera determinante. Sin embargo, la conclusión que se saca de la compilación de las experiencias profesionales de Squire es que los resultados son casi siempre muy azarosos y que lo que se puede evitar, y no siempre, es perder dinero. ¿Qué decir, pues, de los nuevos cines cuando éstos se corresponden con variadísimos sistemas de producción? En este sentido, ¿es la industria de Bollywood menos eficaz en el negocio que la de Hollywood por no adentrarse en los meandros de la globalización?

Como señala Fecé en la presentación de la serie, la imagen tópica que se tiene del cine es la de un objeto sin fisuras. Sin embargo, la compilación de Cahiers… nos muestra que es en realidad un objeto poliédrico, como puede deducirse de un somero análisis del cine asiático contemporáneo. En todo caso, de nuevo, es el público el que con su acto de comprar una entrada (o un DVD, o bajar una película en VOD, etc.) actúa claramente, sin fisuras.

En resumen, la visión que nos dan es que tanto Hollywood como la crítica parisina abordaron un giro a partir de los nuevos cines de los años 60, justo antes de la globalización. Al tiempo que parte de los críticos empezaba a reconsiderar otros modos de producción ajenos a Hollywood –sin olvidar que en los orígenes del cine había otras cinematografías igual de importantes que la estadounidense– aparecían los primeros productos franquicia como La guerra de las galaxias (Georges Lucas, 1977) que cambiarían el modo de entender el negocio. Al mismo tiempo, lo que puede deducirse de la nueva crítica es que el cine asiático ha cambiado las formas de ver y pensar el cine.

Artículo extraído del nº 70 de la revista en papel Telos

Ir al número Ir al número


Avatar

Lorenzo J. Torres Hortelano