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La necesidad de pasar a la acción


Por Noemí San Juan

El Plan de Fomento de la Lectura, dotado con 31 millones de euros, intenta acercar a los libros a distintos sectores de la sociedad española, en la que lee de forma habitual el 57,4 por ciento de la población.

Mujer joven, con estudios universitarios, que vive en una gran ciudad. Este es el perfil del lector español según el Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros correspondiente al primer trimestre de 2006 y elaborado por Precisa para la Fundación de Gremios de Editores de España (FGEE / www.federacioneditores.org) con el patrocinio del Ministerio de Cultura de España.

Las personas que leen al menos una o dos veces por semana suponen un 57,4 por ciento del total de personas mayores de 14 años (en su mayoría mujeres, un 58,8 por ciento), aunque se espera que el índice de lectores alcance a finales de año el 58 por ciento. El 81 por ciento de estos lectores tienen estudios universitarios y viven en ciudades de más de un millón de habitantes. Por el contrario, los mayores de 55 años son los que menos leen, y menos aún cuando sobrepasan los 65. Este segmento de edad representa tan sólo a un 19,1 por ciento de la población. Especialmente positivas son las cifras de los niños lectores. El 84 por ciento de los niños entre 6 y 14 años lee todos o casi todos los días, superando con creces la cifra de adultos lectores. La media de libros leídos durante el primer trimestre del año ha aumentado, y se sitúa en un 8,9 por ciento, frente al 8,1 por ciento del trimestre anterior, y la media de lectura es de 5,7 horas semanales. En medio de todos estos datos positivos, el Barómetro refleja otro negativo, el incremento de un 3,2 por ciento de la población no lectora.

El Plan de Fomento de la Lectura

Mejorar estas cifras es uno de los objetivos del Plan de Fomento de la Lectura 2005-2006 (www.mcu.es/libro/programas/fomento/planFomento/plan_lineas.htm) en el que el Ministerio de Cultura (www.mcu.es) invertirá unos 31 millones de euros junto a la aportación de otros departamentos ministeriales e instituciones privadas, lo que podría incrementar en un tercio el presupuesto final del Plan.

El objetivo, según el Ministerio, es afianzar el hábito de lectura en la sociedad española, y para ello el Plan introduce importantes novedades como actuaciones dirigidas a colectivos sociales hasta el momento poco considerados, que se suman al pilar de la campaña, representado habitualmente por la infancia. Ahora también se intentará promocionar la lectura en otros sectores de la población como la tercera edad, la población reclusa, los inmigrantes o todas aquellas personas que por diversas circunstancias requieren la atención de los Servicios Sociales. Para lograrlo junto al Ministerio de Cultura se implican los de Educación y Ciencia, Trabajo y Asuntos Sociales, Interior e Industria y Turismo y Comercio.

Entre los proyectos del Plan de Fomento de la Lectura 2005-2006 se incluyen ciclos de conferencias de escritores españoles en institutos y universidades, el desarrollo de instrumentos de análisis para conocer la realidad de la lectura, proyectos de potenciación de las bibliotecas públicas, acciones de comunicación, actividades de animación a la lectura y campañas de concienciación en colaboración con otras instituciones.

El Plan presta además especial atención a los municipios con menos de 50.000 habitantes, e introduce una novedad en la relación con Europa: la participación en una plataforma europea por el libro y la lectura que pretende analizar y mejorar la situación aportando la experiencia española y conociendo la de otros vecinos europeos.

Entre los acuerdos del Ministerio con otras instituciones, destaca la colaboración con Iberia (www.iberia.es) para crear «La biblioteca a Bordo», que ofrece una oferta bibliográfica a sus clientes, así como otras campañas de colaboración con las ligas profesionales de fútbol, baloncesto y balonmano.

Las bibliotecas públicas también deben mejorar más allá de las facilidades, servicios y amplitud de horarios que actualmente ofrecen. Sus fondos han de tener un mínimo de coherencia con lo que se ve en otros países de la Unión Europea. En las bibliotecas españolas hay «la mitad de libros por habitante» que en otros países europeos, explica Emiliano Martínez, quien denuncia además la “obsolescencia” del material de estas bibliotecas, que ha de actualizarse.

Lectura y nuevas tecnologías

El catálogo de las editoriales españolas supera los 300.000 títulos vivos, una gran oferta de lecturas de todo tipo. Pero no todos caben en las librerías, la manera de llegar al comprador es restringida y se produce un “efecto embudo”. Para intentar solucionar este problema desde la FGEE se prepara un instrumento de Internet: el portal www.libro-es.com, que se sumará al ya existente Programa SOL (www.sol-e.com).

Esta nueva herramienta será “esencial” en la difusión del libro, sobre todo en un país en el que se publican 70.000 obras al año (la mayoría de ellas novedades). «Se dirige a los profesionales de la cadena del libro y a todas las entidades que tienen que ver con él, como bibliotecarios, medios culturales y por supuesto, lectores», explica Martínez. Este instrumento es fruto de cuatro años de trabajo, y será presentado en sociedad en septiembre de 2006, en el Congreso Iberoamericano de Editores. Así es como se incrementará la visibilidad de la oferta editorial a través de Internet, medio que dio mucho que hablar en el I Congreso Nacional de la Lectura celebrado en Cáceres entre el 5 y el 7 de abril de 2006.

I Congreso Nacional de Lectura

Tal es la importancia de la lectura que «todas las dictaduras la han censurado». Así de rotundo se mostró el filósofo José Antonio Marina para expresar la importancia de la lectura, que, dijo, «abre las puertas a la educación y la cultura». Marina hizo estas declaraciones en el I Congreso Nacional de Lectura, en el cual participaron escritores de la talla de Nélida Piñón, Luis Mateo Díez, Ángeles Caso o Luis Landero, además de funcionarios como el Secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, o la Presidenta del Consejo Escolar del Estado, Marta Mata.

Organizado por el Ministerio de Cultura y la Junta de Extremadura, con la ayuda de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y la colaboración de la Diputación Provincial de Cáceres, este encuentro reunió a todos los sectores vinculados con la lectura para cruzar sus propuestas, ya que según sus organizadores hasta el momento todos los encuentros y congresos sobre lectura han tenido carácter sectorial.

Los ponentes destacaron la íntima relación que se establece entre escritor y lector, y entre libro y lector, así como la importancia de fomentar la lectura y enseñar a los jóvenes a disfrutar de ella. Pero más allá de las declaraciones de intenciones se impone, según algunos participantes, la necesidad de pasar a la acción y ejecutar planes que, con una suficiente dotación económica, hagan efectivos todos estos buenos deseos.

En el Congreso de Lectura se pidió que exista (sobre todo en las bibliotecas escolares) una oferta pública y gratuita de lectura que venga asesorada “por profesionales” conocedores de las necesidades de los estudiantes.

Los editores, que también acudieron al Congreso, expresaron la necesidad de establecer el precio fijo de los libros “sin excepciones” en un momento en que el Ministerio de Cultura prepara la futura Ley de la lectura, el libro y las bibliotecas.

La Ley del Libro

El anteproyecto de esta Ley fue aprobado por el Consejo de Ministros del pasado 12 de mayo. Según explicó la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se busca impulsar el hábito de la lectura, pero también optimizar el servicio de las bibliotecas públicas. Se prevé una inversión de 431 millones de euros en ocho años para establecer el precio fijo de los libros, al tiempo que se mantendrán los descuentos que afectan a los libros de texto, medida que rechazan editores y libreros. De hecho la FGEE concurrirá en el proceso de Información Pública que se abrirá sobre esta ley, ya que «el precio fijo no debe tener una excepcionalidad tan brutal en los libros de texto», ello beneficia a las grandes superficies mientras perjudica a la tiendas más modestas, y «las instituciones públicas tiene otros instrumentos para ayudar a las familias que tienen menos recursos sin perjudicar a los libreros con un tipo de descuentos que no tienen otros libros», afirma Emiliano Martínez.

A pesar de ello, los editores ofrecen una valoración de este proyecto de ley «positiva en términos generales», ya que aborda todos los aspectos del libro y «vendrá acompañada por medidas económicas y presupuestarias para ejecutar los programas».

En resumidas cuentas, la situación de la lectura en España es, como dice el presidente de la FGEE, “agridulce”. Las diferencias en las estadísticas de lectores entre grandes y pequeños núcleos de población, y entre capas de la sociedad con más o menos formación es todavía muy grande, y se avanza despacio.

Para superar las barreras que se interponen en el camino de los libros es necesaria la implicación de las administraciones públicas pero también de los agentes privados, que con una dotación económica adecuada ejecuten planes eficaces y actúen, sobre todo, en las bibliotecas, elemento esencial dentro del Plan de Fomento de la Lectura. Habrá que ver cómo termina de ejecutarse este plan, y luchar por una aplicación efectiva de la futura Ley de la lectura, el libro y las bibliotecas.

Artículo extraído del nº 68 de la revista en papel Telos

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