¿Atrapados en las brechas globales?


Por María Ortiz

Editorial Norma. Aníbal Ford. Resto del mundo. Nuevas mediaciones de las agendas críticas internacionales
Buenos Aires, 2005

Fue gracias al teléfono móvil como nos enteramos que en las cárceles de Irak se torturó; más recientemente, mientras ardían los suburbios franceses, el móvil volvió a ocupar espacio en los periódicos, esta vez porque los SMS habían actuado de medio de comunicación principal entre los sublevados. La transformación de las prácticas periodísticas, de las formas de acceso a la información y su relación con la política son zonas por las que ronda Aníbal Ford en su último libro, Resto del mundo. Nuevas mediaciones de las agendas críticas internacionales. Se trata de un recorrido por las nuevas formas que adoptan los mensajes en la globalización, esos que ya rebalsan los medios tradicionales, en un mundo que Ford dibuja como bipolar. Posicionado desde América Latina, o el resto “pobre” del mundo, el autor se centra en el encuentro con el otro, “rico”, e indaga: ¿Qué están diciendo los otros sobre nosotros, inmersos en tanta pseudo interculturalidad? ¿Cómo se configura la relación de los países centrales con los del resto del mundo, a la luz de la penetración cada vez mayor de las nuevas tecnologías de la información y a la par de la profundización de las diferencias económicas?

De la mano de tres conceptos-núcleo: comunicación, cultura e información, el profesor Ford (Universidad de Buenos Aires) investiga, ofrece datos duros, analiza, y en muchos casos pone en evidencia absurdos y contradicciones. Por ejemplo, al fenómeno de la hiperinformación, del cual son víctimas los managers del mundo corporativo, le contrapone la cultural deprivation de sectores que no logran definir sus identidades con autonomía, colonizados por los mensajes e imágenes de sí que reproducen los medios.

La estructura del libro tiene tres partes; en la primera, Ford introduce la discusión en torno a los ejes de la desigualdad y las relaciones países centro-resto del mundo; el recorrido va tomando forma de collage, en sus yuxtaposiciones y contraposiciones de microanálisis, datos, fragmentos de realidades de diversa procedencia y carácter. A esto le sigue un breve apartado teórico, en el que se justifica la tríada de conceptos utilizada debido a la complejidad de los fenómenos a analizar; finalmente, bajo el título de «Avances y cuadros de situación», las distintas colaboradoras de esta obra presentan investigaciones puntuales sobre alguno de los fenómenos tematizados por Ford en su introducción. La selección y elaboración de los temas de estos capítulos –diseño de la información, militainment, fotoperiodismo, marketing étnico y representación de la pobreza– profundiza tendencias claves recorridas en los primeros capítulos mediante un muy bien documentado trabajo de investigación, con una exhaustiva presentación de datos.

Pasos hacia un análisis de la complejidad

La tríada comunicación, cultura e información es fértil para incluir en su análisis a medios, dispositivos y formatos tan nuevos que todavía escasea la reflexión sobre sus efectos, y que a menudo chocan con receptores que aún no están cognitivamente preparados para cambiar tan drásticamente su forma de relacionarse con el sentido. Ford demuestra cómo con la ayuda de la rápida difusión en el mercado, estas novedades llegan a naturalizarse e incorporarse a la vida cotidiana de toda suerte de públicos, sectores sociales y culturas. A lo largo de este recorrido transversal el autor deja vislumbrar algunas conclusiones: el aumento en los flujos informacionales –que trae aparejado un aumento en contactos interculturales–; el crecimiento de la brecha digital, junto a la aparición de nuevos dispositivos que amplían para una minoría el acceso a la comunicación; los cambios en el establecimiento de la agenda y el avance en la ruptura de la hegemonía política de los países ricos con el ingreso de temas como pobreza, hambre, migración en las agendas globales.

La expansión de medios y el aumento en los flujos informacionales mencionados hacen más compleja la escena política –a las reuniones de los poderosos asisten opositores del campo popular equipados con cámaras y móviles propios que comparten noticiabilidad, rating y audiencia a la hora de llegar a las pantallas–. Al igual que sucede con los usos de los móviles, los medios se transforman y asumen nuevos roles respecto a la política.

Ford pone la lupa en las promesas de la mentada masiva difusión de las nuevas tecnologías para revelar contradicciones y mentiras, en un mundo donde «el 20 por ciento de la población tiene más del 80 por ciento de la riqueza». Desentraña, además, cómo ciertos elementos que acompañan a la globalización –el mercado– ayudan a la proliferación de mitos en los imaginarios del público global. Su trabajo revela mecanismos, retóricas y formas de construcción de mensajes que en su circulación siguen reforzando las relaciones de subordinación y poder entre un mundo rico y otro, mayoritario, pobre.

Preso de la crítica

La toma de posición de Aníbal Ford es, en el fondo, una lectura política de la globalización desde América Latina y su crítica es muy lúcida. El trayecto que viene recorriendo desde el reconocimiento de la globalización como nueva situación mundial, de la Marca de la Bestia. Identificación, desigualdades e infoentretenimiento en la sociedad contemporánea (Norma, Buenos Aires, 1999) a Resto del Mundo, ha quedado preso sin embargo en un círculo cerrado donde un tema lleva al otro en un sinfín de repeticiones, en el que todo se mezcla con todo –fusiones, commodities, pérdida de patrimonio cultural, (info)pobreza, falta de políticas, problemas de acceso y concentración de medios–; quedamos así atrapados en los fragmentos y datos que se alternan en describir una realidad, que más allá de revelarse como complejísima, se nos presenta carente de jerarquías. La crítica persiste, un eco con sonido a lamento. La pregunta es, ¿desde dónde profundizar, cuál de los múltiples aspectos que caen en la volada pueden servir de ingreso o de salida, para pasar de esta lectura a otro plano, para superar ese nivel micro donde el ejercicio de lo transversal termina resultando confuso en sus reiteraciones y múltiples relaciones? Es cierto, la división del mundo se consolida, las brechas –políticas, sociales, económicas, informacionales– se agrandan; los últimos sucesos violentos de Francia fueron más que elocuentes al respecto. Pero mostraron también que existen otras formas de accionar sobre la realidad. Tal vez se trate de salir de este círculo, ir al cruce de otros, establecer arcos o tangentes para encontrar otra geometría… al mejor estilo de Navegaciones. Comunicación, cultura, crisis (Amorrortu, Buenos Aires, 1994), donde el encuentro con la literatura y otros estudios provenientes de fuera del campo de la comunicación dieron su fruto en una mirada de detalle, de rescates, que sí resultó en la incorporación de nuevos objetos, así como en una original construcción de sujeto en los estudios en comunicación.

Artículo extraído del nº 67 de la revista en papel Telos

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