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O es global o no será. La diversidad del audiovisual


Por Ana I. Segovia Alonso

portadaEl audiovisual en la era digital. Políticas y estrategias para la diversidad

Luis A. Albornoz y Mª Trinidad García Leiva (Eds.)

Barcelona: Cátedra, 2017, 199 p.

ISBN: 978-84-376-3621-4
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La diversidad cultural es un concepto poliédrico, cuyo abordaje puede realizarse desde múltiples vías de acceso, tanto desde el punto de vista científico como sectorial. El audiovisual en la era digital. Políticas y estrategias para la diversidad refleja esta misma variedad de perspectivas al estructurarse como una obra colectiva en seis capítulos en la que algunos destacados especialistas en la materia dialogan con este concepto, su evolución teórica, el estado de la cuestión y la necesidad de promoción de políticas culturales y de comunicación para su defensa y desarrollo[1]. Todo ello en línea con la Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales consagrada por la Unesco en 2005.

Más de diez años después de la aprobación de la Convención, su implementación ofrece oportunidades que se ven alimentadas por los cambios ofertados por el proceso de digitalización. De ahí que una de las preguntas que atraviesa todo el libro sea precisamente las transformaciones que llegan de la mano de las tecnologías digitales, y si estas están enriqueciendo la diversidad o reduciéndola. Son muchos los factores en juego y, como reconocen los editores del libro en su primer capítulo, la evolución impuesta por las innovaciones es vertiginosa, al mismo tiempo que las TIC se convierten en el fundamento de todos los sistemas económicos modernos y la posición dominante de los GAFA (Google, Apple, Facebook, Amazon), unido al secretismo de sus acciones, amenaza la misma esencia de la diversidad.

El subtítulo del volumen recoge otra de las ideas vertebradoras del libro: la necesidad de impulsar políticas nacionales integradas con las regionales y globales, no solo para capitalizar las oportunidades que la era digital ofrece, sino también para contrarrestar las amenazas.

Ámbitos de actuación globales y sectoriales

Como señalan Michèle Rioux y Felipe Verdugo Ulloa en el capítulo dos, la «nueva arquitectura reguladora global, que emerge de fuentes tanto públicas como privadas, pone en evidencia las antiguas formas de gobernanza para responder a los desafíos de regulación actuales» (p. 43), en el que los límites se afrontan desde lo legal (regulación legal-internacional) y lo funcional (imbricación de temáticas y convergencia de sectores) en un contexto de desmaterialización, desintermediación, descompartimentalización, deslinearización y desterritorialización. De ahí la exigencia de desarrollar mecanismos e instituciones que permitan la gobernanza global, apuntalando la cultura como cuarto pilar del desarrollo sostenible, que permitiría según los autores argumentar en favor de una inclusión positiva de la cultura en los acuerdos comerciales y escapar de la dicotomía entre liberalismo y proteccionismo.

Estas ideas enlazarían con lo señalado por Enrique Bustamante al considerar el concepto de diversidad como sustitutivo positivo de la ‘excepción cultural’ consagrada en los acuerdos del GATT, y en su observación de que las mayores amenazas para la diversidad cultural llegan de la mano de visiones economicistas radicales de la cultura, que marginan o anulan su dimensión social. Aquí enraíza su interés por (y repaso de) los indicadores de diversidad social y su aplicación a dos estudios de caso sobre el audiovisual, para acabar sintetizando sus reflexiones en torno a la necesidad de impulsar la diversidad externa y global en el ámbito supranacional; interna a escala infranacional; y nacional, a través de la cooperación cultural internacional y multilateral.

Esto nos lleva de nuevo a la importancia del desarrollo de políticas culturales y de comunicación, cuestión que aborda de cerca Ramón Zallo desde el concepto performativo, expansivo y transversal de la diversidad cultural. En ese abordaje político, Zallo reclama para la cultura un tratamiento similar al del sector tecnológico e industrial y sus políticas públicas de apoyo, insertando el tratamiento económico de la diversidad en el cuadro más amplio de la sociedad del conocimiento, con una visión multidimensional y a largo plazo como capital cultural de un territorio.

La diversidad real del audiovisual

Este interesante trabajo cuenta además con dos acercamientos a dos campos de la esfera audiovisual en términos de análisis de su diversidad real. Es el caso de ‘La diversidad musical en la nube’, capítulo en el que George Yúdice aborda la variada producción musical disponible a través de Internet y examina, en la primera parte, los últimos treinta años de la industria, presentando ejemplos, cifras y datos sobre los cambios acontecidos. Sus conclusiones son demoledoras: es el sector que goza de una mayor diversidad de contenidos, si bien sus problemas son representativos de las luces y sombras que acompañan a las nuevas tecnologías: la concentración de capital es enorme (por ejemplo, en la música en vivo el 95 por ciento de los músicos se quedan con tan solo el 15 por ciento de los ingresos) y la visibilidad nula. La velocidad y las condiciones de circulación de los contenidos dependen de las plataformas, en manos de un puñado de empresas.

En lo que respecta al sector televisivo en la era de Internet, Emili Prado sintetiza los resultados de un exhaustivo estudio de la oferta programática de los principales mercados televisivos de Europa (26 canales) y Estados Unidos (4), realizado a partir de datos de Euromonitor y Usamonitor (observatorios de televisión, de los que Prado es el director en España). Ese análisis le lleva a plantear la falta de relación entre abundancia y diversidad (el predominio del macrogénero de ficción es apabullante en todos los canales estudiados) y concluir que la multiplicación de canales no supone una mayor diversidad en la oferta de contenidos. Las poderosas fuerzas del mercado operan con su ímpetu homogeneizador en cada nuevo escenario.

En definitiva, un conjunto de investigaciones cuyas conclusiones realzan la urgencia de acometer acciones políticas e institucionales integradoras en los ámbitos global, regional y nacional en el contexto de digitalización actual si queremos preservar e impulsar la diversidad de nuestro horizonte cultural audiovisual.


Nota

[1] Este volumen tiene su origen en un seminario internacional de investigación realizado en noviembre de 2014 dentro del proyecto Diversidad cultural y audiovisual: buenas prácticas e indicadores (2012-2014), continuado en el bienio 2015-2016 con el proyecto Diversidad de la industria audiovisual en la era digital.

Artículo extraído del nº 107 de la revista en papel Telos

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