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Una doble transición paralela y compleja


Por F. Gallego

Portada de La televisión durante la transición española

La televisión durante la Transición española

Manuel Palacio

Madrid: Cátedra, 2012, 456 p.

ISBN: 978-84-376-3068-7

Poco se parece la televisión de la década de 1970 a la de nuestros días. Desde 2010 se puede decir que prácticamente toda la emisión de televisión es digital y cualquier hogar con un equipamiento mínimo tiene acceso a varias decenas de canales. Frente a esta nueva realidad, se puede señalar, a modo de anécdota significativa, que el periodo histórico estudiado por Manuel Palacio se caracteriza por un parque de televisores en torno a los ocho millones de aparatos en 1977 -de los que el 10 por ciento eran en color- el primer año de elecciones en España tras cuarenta años de dictadura.

El catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid, Manuel Palacio se pregunta -y de ahí la publicación del volumen- no solo cómo transcurrió el pasado de la televisión en España, sino también qué papel representó TVE en el proceso político y cultural de la Transición, que engloba el paso desde el régimen político dictatorial del franquismo a otro de libertades públicas.

Un estudio que ilumina la crisis televisiva actual

La publicación de este estudio sobre la función que TVE ha desarrollado en momentos críticos para la sociedad española es más importante aún hoy día, cuando el ente público se ve sometido a una dura prueba: la quiebra económica y el fin del consenso político en torno a RTVE, con el consiguiente peligro de desaparición o, al menos, del deterioro profundo de la radiotelevisión pública como polo de referencia de calidad de la comunicación y cultura españolas.

El libro está dividido en dos grandes partes: una centrada en las cuitas estrictamente históricas (los capítulos I, II y III) y una segunda (capítulo IV) que, como el propio autor indica, está vehiculado a partir de las políticas de memoria y de creación de los discursos y narrativas que pretenden ordenar las lecturas de la Transición.

El primer capítulo se vincula al gobierno de Carlos Arias Navarro, en el periodo 1974-1976. Aquí el autor intenta «evaluar la manera en que TVE refleja, de una manera indirecta y a pesar de lo que deseara Arias Navarro, la erosión de los valores del franquismo y su derrota social y cultural». Además, se señala cómo la mano de Ibáñez Serrador tuvo bastante que ver con lo que posteriormente se conoció como la primavera de la televisión pública, la quintaesencia del aperturismo televisivo todavía en tiempos de Francisco Franco; y cómo también comienzan a consolidarse figuras destacadas en lo que se refiere a la creación televisiva, tales como Adolfo Marsillach, Jaime de Armiñán y Antonio Mercero.

El segundo capítulo está dedicado a la etapa de Adolfo Suárez antes de que este ganara las elecciones democráticas con su partido. Es decir, abarca desde que en julio de 1976 el rey Juan Carlos I le encargó la formación del segundo gobierno de su reinado y el consiguiente desmontaje de las estructuras franquistas hasta junio de 1977, cuando se celebraron las primeras elecciones libres.

Memoria de varias generaciones

En este breve periodo, TVE sirve como plataforma desde la cual proyectar la imagen de Suárez, un perfecto desconocido inicialmente para la mayoría del pueblo español; y también se da una profunda remodelación de los telediarios de la mano de Rafael Ansón, quien propició la apertura del medio a los nuevos tiempos democráticos marcados por los acontecimientos de la propia Transición, aunque a cambio de controlar absolutamente la información.

El tercer capítulo, de forma lógica, se ocupa del papel de la televisión en los años de Gobierno de Suárez. Aquí merece prestar especial atención al desarrollo del Estatuto de la Radio y la Televisión de 1980, así como al surgimiento de una serie de programas y ficciones, anclados probablemente en la memoria de los españoles que vivieron aquella época, que establecieron unas formas de hacer televisión que perduraron durante años.

El cuarto y último capítulo busca aproximarse al periodo analizado a través de las imágenes que la televisión aporta, que circulan en el espacio público y que forman «parte coadyuvante a la propia memoria de los acontecimientos». Así, se tratan narraciones que tienen como eje central los años de la Transición, desde Pájaro en una tormenta hasta Cuéntame. Además, como epílogo, se señalan y comentan tres programas claves para entender la Transición: Vivir cada día, Luis y Virginia y Verano Azul.

No cabe duda de que La televisión durante la Transición española, un trabajo detallado y minucioso de historiador, viene a ofrecer más luz sobre un periodo de vital importancia en el desarrollo de España y de la propia televisión tal y como hoy las conocemos y ayudará a dar respuestas a preguntas presentes y futuras a la hora de indicar qué televisión, pero también qué sociedad, se quiere para nuestro país.

Artículo extraído del nº 94 de la revista en papel Telos

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