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Género y usos de las TIC: En busca del equilibrio


Por Cecilia Castaño Collado

Al igual que en otros ámbitos, en Internet también es posible afirmar la existencia de una brecha de género en detrimento de la mujer en lo que respecta a los usos de la Red. El Dossier de este número de Telos muestra algunos ejemplos de ello, al tiempo que alienta a trabajar a favor de la igualdad tecnológica y digital.

En este Dossier de Telos, dedicado a Género y usos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), nos planteamos una pregunta aparentemente sencilla: ¿Qué hacen las mujeres cuando acceden a Internet? Esta cuestión se hace más compleja cuando consideramos que lo que llamamos TIC no es algo estable sino que, por el contrario, su propio proceso acelerado las convierte en una realidad cambiante y su dominio en un objetivo que se desplaza (moving target) (Kaplan, 2005; Van Dijk y Hacker, 2003).

Las diferencias de uso y apropiación entre hombres y mujeres, lo que denominamos brecha de género no es un fenómeno estático, sino cambiante por la rapidez de la evolución tecnológica y la emergencia constante de nuevas habilidades (skills) y nuevas formas de conducta que pueden dar lugar a la aparición de nuevas brechas, mientras las anteriores se van cerrando. Ante este problema, la Estrategia 2020 de la Unión Europea incluye entre las siete iniciativas emblemáticas –Flagships Initiatives– varias que se orientan respectivamente al crecimiento inteligente, basado en el desarrollo digital, la innovación y la incorporación activa de los jóvenes (Digital Agenda; Innovation Union; Youth on the Move) e inclusivo, a partir de la mejora de la cualificación y el empleo de la población europea y la eliminación de la pobreza (Agenda for new skills and Jobs; European Platform against Poverty). Las mujeres aparecen como protagonistas de muchas de estas iniciativas y también como población objetivo de las mismas.

Para entender las diferencias y la desigualdad en los usos de Internet entre uno y otro sexo, nos ayuda el concepto de género como construcción social que asigna diferentes roles y pautas de conducta a las mujeres y a los hombres. El género constituye un conjunto de dimensiones relacionales que desbordan las diferencias puramente biológicas -sexo masculino o femenino- y abarcan los roles mutuos, es decir, de los hombres respecto a las mujeres y de estas respecto a los hombres. Estos roles y relaciones influyen y determinan nuestros deseos y expectativas, por ejemplo en la elección de estudios o carrera, de empleo, de ocio y uso del tiempo.

El género determina igualmente diferencias en términos de responsabilidades, barreras y oportunidades de unas y otros a lo largo del ciclo vital, de manera que las diferencias de uso de Internet entre mujeres y hombres no pueden considerarse un mero resultado de la libre elección de los individuos, sino que más bien dependerían de todo un conjunto de expectativas y restricciones sociales.

Género y usos de las redes sociales: comunicación, activismo y ciberfeminismo

En este número se abordan las diferencias de género en el uso y apropiación de las tecnologías desde distintas perspectivas. Por una parte, el comportamiento diferente de los adolescentes de uno y otro sexo en las redes sociales; por otra, la activa utilización de esas mismas redes sociales por parte de las mujeres, colgando contenidos propios -como hacen las ‘blogueras’ cubanas y españolas- o combinando el activismo on line y off line para defender los derechos de las mujeres frente a la violencia de género.

El artículo Adolescentes en las redes sociales: ¿marca el género la diferencia?, de María Sánchez Valle (Universidad San Pablo, CEU) y Belinda de Frutos Torres (Universidad de Valladolid) muestra la segregación en los tipos de usos, confirmándose que el espacio virtual reproduce aquello que ocurre en el mundo real. Con respecto a las redes sociales, las mujeres se conectan con más frecuencia, dedican más tiempo a explorar sus contenidos y las utilizan para interaccionar y mantener la relación con sus amigos. Asimismo, son más activas colgando contenidos propios (blogs, fotos, etc.). Por el contrario los chicos, aunque más solitarios, son más proactivos y participan de otra forma, proporcionando feedback en los sitios visitados (por ejemplo, participando en campañas de marcas).

El punto de vista de Rosser Cussó (Universidad Politécnica de Catalunya) complementa lo anterior llamando la atención sobre un problema relevante: el hecho de que los adolescentes sean nativos digitales y usen intensivamente Internet no significa que el uso que hacen sea sistemático y amplio, sino que a veces les presuponemos unas habilidades que no tienen. Por ello reivindica el programa Escuela 2.0, en estos momentos en riesgo de desaparición total por los recortes de gasto en educación, para que los estudiantes de uno y otro sexo aprendan un uso competente de las herramientas digitales en todos los ámbitos que van a necesitar en su futuro profesional, así como para evitar el uso no igualitario de los ordenadores en las aulas, en detrimento de las chicas.

Es cierto que no siempre es tan fácil participar en las redes sociales, como muestran los adolescentes españoles con su activa presencia en Tuenti y otras redes, pero tampoco se puede negar que el crecimiento exponencial de Internet abre nuevas posibilidades de discurso y acción a los grupos sociales tradicionalmente olvidados, particularmente las mujeres, que actúan como catalizadoras de los problemas sociales que las afectan y que requieren ser empujados para entrar en las agendas políticas.

Sin embargo, dependiendo del entorno político y social -pero también de la infraestructura tecnológica- pueden obtener resultados e influencia, consiguen sus objetivos o, por el contrario, a pesar de su esfuerzo solo consiguen llegar a unos pocos, aunque su labor resulte especialmente valiosa por las dificultades y el riesgo que implica. Este último es el caso relatado en el artículo sobre Igualdad de género en la ‘blogosfera’ cubana: certezas e incertidumbres, de Yudivián Almeida y Elaine Díaz Rodríguez (Universidad de La Habana), que nos adentra en las dificultades y experiencias de las mujeres ‘blogueras’ en la Cuba de hoy, que tratan de contribuir a las transformaciones sociales de su país aportando un discurso sobre y desde lo femenino con narrativas a veces transgresoras de la hegemonía patriarcal y heteronormativa.

Si en entornos de escasísimas libertadas políticas la ‘blogosfera’ juega un papel importante y se convierte en una herramienta de empoderamiento y autoinclusión de las mujeres, lo acaecido en España en la segunda mitad de la década pasada en términos de reconocimiento efectivo de derechos y libertades de las mujeres, como la Ley Orgánica 1/2004 de 28 de diciembre de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, constituye un ejemplo claro de utilización efectiva del activismo on line. Internet y las redes sociales aparecen como herramientas clave a la hora de combinar la movilización real y virtual en pro de una ley que diera cobertura integral y legitimación a la lucha contra la violencia de género. Un excelente análisis que muestra lo anterior se contiene en el artículo sobre Praxis feminista on line contra la violencia de género en España: una práctica política efectiva de agencia femenina en la Red, elaborado por Sonia Núñez (Universidad Rey Juan Carlos), Susana Vázquez (Universidad Complutense), Diana Fernández Romero (Universidad Complutense) y Rainer Rubira (Universidad Rey Juan Carlos de Madrid).

Las tareas pendientes: más mujeres en los estudios y profesiones y TIC; más en las empresas y en puestos directivos

Frente al éxito del activismo feminista en la Red a favor de la ley integral contra la violencia de género, cuando observamos la presencia y la participación de las mujeres en el diseño y la generación de las TIC, la imagen es mucho menos atractiva.

A esta problemática de la escasez de mujeres en estos ámbitos se dedica el artículo Mujeres en el diseño de la sociedad red: el papel de las Escuelas de Ingeniería, de Ana Moreno Romero y Ruth Carrasco Gallego (Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de la Universidad Politécnica de Madrid). El artículo plasma la idea de que el dominio de la tecnología por parte de las mujeres es clave para participar activamente en la sociedad red y propone un marco conceptual con tres ejes estratégicos de actuación, a partir de distintas investigaciones realizadas por las autoras o por otras investigadoras.

En este sentido, el punto de vista de Ana María Llopis nos aporta la visión de la empresaria, la emprendedora, la directiva de empresas al máximo nivel, para estimularnos a Devolver la mitad de la pasión, la femenina, a las TIC, para impulsar su desarrollo y emprendimiento.

Por último, Mª Ángeles Sallé, socióloga (Fundación Directa), nos aporta el punto de vista de la consultora y del mundo de las organizaciones no gubernamentales, tan activas en las redes sociales, con un título provocador a la vez que tranquilizador: La Red somos las personas. Y Gloria Bonder nos trae la perspectiva desde América Latina.

Bibliografía

Kaplan, D. (2005). E-Inclusion: New challenges and Policy Recommendations. The Report [en línea]. E-Inclusion Advisory Group. E-Europe 2005. Disponible en: http://www.internetactu.net

Van Dijk, J. y Hacker, K. (2003). The digital divide as a complex and dynamic phenomenon. The Information Society, 315-326.

Artículo extraído del nº 92 de la revista en papel Telos

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