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Comunicación precolombina: nuevo campo de investigación


Por Acácia Mendonça Rios

La comunicación antes de Colón. Tipos y formas en Mesoamérica y los Andes
Luis Ramiro Beltrán, Karina Herrera, Esperanza Pinto y Erick Torrico
Bolivia: CIBEC, 2008, 313 p.
ISBN: 978-99954-0-509-0

No es la primera vez que se afirma que existían sistemas de comunicación en los pueblos precolombinos antes de la llegada de Cristóbal Colón a tierras americanas, pero, sin duda, es la primera que una investigación lo constata y lo presenta de manera amplia y sistematizada. Lo hace, además, desde el punto de vista de la comunicología, lo que implica el empleo de una metodología propia. El libro en cuestión fue dirigido por el profesor Luis Ramiro Beltrán, quien con persistencia impar trajo a la luz esta publicación, en colaboración con Herrera, Pinto y Torrico, después de casi dos décadas de trabajo.

PORTADA LIBROEsta investigación fue formalizada a través del Proyecto Ameribcom (Amerindia-Iberia-Comunicación), que nació en el seno del Centro Interdisciplinario Boliviano de Estudios de la Comunicación (CIBEC), con la finalidad de promover el estudio de los tipos y formas propias de comunicación entre las culturas autóctonas de América Latina antes y durante los primeros años de la colonización española. Los resultados son sorprendentes. En primer lugar, por la cantidad de materiales auscultados en la investigación y, en segundo, por el enfoque específico empleado.

 

Con una nueva mirada

Precisamente la novedad de esta investigación reside en una nueva mirada, diferente a la de otras ciencias como la Antropología, la Arqueología, la Historia o la Lingüística, que identificó en códices aztecas (libros hechos por escribas en láminas de cueros o en pliegos de papel) y khipus incaicos (registros de información en cordones anudados) complejos sistemas de lenguaje. Esto -afirman los autores- posibilitó que los pueblos de Mesoamérica y de los Andes creasen sistemas de comunicación que sirvieron para establecer tanto las relaciones sociales cotidianas, como las de poder. De ello hacían uso los emperadores incas o aztecas, por ejemplo.

Claro está que no existían en tiempos de colonización española, durante el siglo XVI, ni diarios ni revistas, pero según los autores estas sociedades contaban con gente dedicada especialmente a la producción y distribución de información, como los escribas y los chasquis. En consecuencia, para los autores de La comunicación antes de Colón, tomar como punto de partida de la historia del periodismo de la América Hispana la llegada de la imprenta a México de manos de los españoles significa aceptar una versión colonizadora e ignorar los anteriores siglos de avance en diversos campos realizados por las sociedades americanas originarias.

 

Metodología empleada y estructura de la obra

Pero ¿cómo entender la comunicación precolombina? El punto fundamental en esta investigación es el propio concepto de comunicación. En lugar de pensar ésta desde el tradicional punto de vista de los medios masivos, debe pensarse -afirman Beltrán y sus colaboradores- «como el campo antropocéntrico de los procesos de interacción humana que producen, circulan y usan las representaciones simbólicas, los sentidos, social e históricamente determinados». De esta manera «se puede colegir obviamente que las agrupaciones humanas asentadas antes de la colonización europea desarrollaran varios tipos y formas comunicacionales» (p. 19).

Para desarrollar su trabajo, los investigadores crearon una metodología propia: primero sistematizaron la bibliografía electrónica en una base de datos. Seguidamente, procedieron a clasificar en catálogos temáticos las obras con categorías establecidas, como los códices, tejidos, khipus, pallares, etc. Finalmente seleccionaron la bibliografía clave y realizaron una lectura analítico-crítica y comparativa de la literatura previamente seleccionada.

Dividido en cinco partes a lo largo de sus 312 páginas, el libro La comunicación antes de Colón sitúa al lector en los distintos contextos históricos y culturales de los pueblos mesoamericanos y andinos. Para este cometido se sirve de cuadros y reproducciones de códices, fotografías, pinturas, estelas, glifos y manuscritos que ayudan a entender la manera en que estos pueblos se comunicaban.

El primer capítulo plantea las premisas de la investigación, se interroga sobre la inexistencia de estudios en esta área y muestra la manera en que fue desarrollada la laboriosa investigación.

El segundo capítulo reflexiona sobre la cultura y la comunicación como partes constitutivas del hombre, inscribiendo el aspecto comunicacional dentro de una perspectiva sociosemiótica de la cultura. Los autores exploran la dimensión humana en los procesos de producción e intercambio de signos y símbolos.

El tercer capítulo sitúa histórica y geográficamente a los pueblos de Mesoamérica y de los Andes, con sus características socioculturales y económicas. El objetivo es ubicar al lector en el contexto cultural en que emergieron, se mezclaron, desaparecieron o sobrevivieron las sociedades prehispánicas.

Finalmente, los dos últimos capítulos, más extensos que los anteriores, son según Beltrán el ‘corazón’ del estudio. Aquí se encuentra estructurado un inventario detallado de los cinco tipos de comunicación de mesoamericanos y andinos: la comunicación oral, la gesto-espacial-sonora, la iconográfica, la escrita y la espacio-monumental, reconociendo para cada tipo comunicacional distintas formas. Así, la comunicación oral era representada por la poesía, los cantos, los himnos, los relatos, los discursos, etc.; la comunicación gesto-espacial por la danza, la música, los rituales y el teatro; la iconográfica por piedras, objetos cerámicos, murales, estelas, lápidas, orfebrería, plumas, tallados etc.; la escrita, por los códices, y la comunicación espacio-monumental por las ciudades, las plazas o los templos.

 

Un campo en formación

Los autores concluyen el libro con la afirmación de que la comunicación como campo de conocimiento continúa en formación y con la propuesta de que la comunicación precolombina conforme un nuevo espacio de investigación. Además, sugieren que las asociaciones latinoamericanas de comunicación abran mesas temáticas sobre la comunicación pre y poscolonial y que las facultades y departamentos de Ciencias de la Comunicación la incorporen a sus programas de estudio.

Contrariamente al discurso colonizador que afirmaba que los pueblos originarios de América Latina eran primitivos y ágrafos, este estudio muestra cabalmente que desarrollaron unos conjuntos simbólicos expresivos para atender sus propias necesidades (individuales y sociales; cotidianas y especiales; humanas y divinas) distintos al nuestro en sus formas, pero no en su esencia.

La Comunicación antes de Colón es el resultado palpable de una primera etapa del Proyecto Ameribcom, el cual tendrá su continuidad en el análisis de la comunicación poscolonial y de las consecuentes hibridaciones ocurridas con el choque entre culturas diferentes. Así, está prevista para el año 2010 la publicación de un nuevo trabajo que aborde estas particularidades. Además, el proyecto Ameribcom prevé involucrar en el estudio a España, Portugal y Brasil.

Artículo extraído del nº 82 de la revista en papel Telos

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