I
Interactividad y multimedia


Por Manuel Palacio

En los meses del otoño de 1993 en la sede conquense de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) se celebraron, organizados por Telefónica y Fundesco, sendos seminarios que con los títulos Las telecomunicaciones inteligentes: posibilidades y aplicación de la interactividad y Los grupos multimedia: promesas y amenazas de la sociedad interactiva dirigieron, respectivamente, Manuel Blanco Losada y José Manuel Morán. Ahora, en la colección Encuentros de Fundesco, y en colaboración con la UIMP un grueso volumen con las ponencias de los mencionados seminarios (1).

Lo cierto es que Apuntes…, con las irregularidades que caracterizan a todo seminario, es el primer gran vademécum que sobre la materia se publica en España; en sus páginas, el lector, ya sea especialista o simplemente aficionado, encontrará la suficiente información, radiografías y diagnósticos sobre aquello que los mismos editores han denominado sociedad interactiva. Innegablemente, el concepto de sociedad interactiva está en buena parte vacío; adopta, como el líquido en la botella, una forma diversa según hablen de ella ingenieros de telecomunicación, economistas, educadores, banqueros, universitarios o agentes televisivos (y todos ellos y otros muchos prestan sus voces al libro). De hecho, resulta imposible en este comentario la simple enumeración de los más de 50 colaboradores; baste, eso sí, la mención de Cándido Velázquez-Gaztelu, autor del prólogo de la publicación y en cuyo artículo centra muy apropiadamente los hilos conductores de las hipotéticas repercusiones y debates sobre la sociedad interactiva.

UNA PERSPECTIVA MÚLTIPLE Y HETEROGENEA

El corolario es que Apuntes… constituye un crisol en el que fraguan los aspectos económicos, tecnológicos, jurídicos y sociales de la sociedad del próximo milenio. Pese a todo, en el volumen se echan en falta algunas aportaciones desde el campo de la creación artística, por aquello de que todo cambio tecnológico puede afectar a las posibilidades expresivas, y, quizá, desde las modificaciones en la percepción de las imágenes y la actitud del público usuario porque cualquier nuevo servicio o nuevo mercado interactivo estará utilizado por hombres y mujeres. La heterogeneidad de los puntos de mira que se presentan en el libro no es en este caso un defecto; al contrario, es una virtud, pues en un territorio tan huérfano de acercamientos españoles como lo es la sociedad interactiva, toda intervención constituye parte de los primeros basamentos del inaplazable debate sobre los nuevos modelos comunicativos.

La base de las discusiones parece centrarse en el gran cambio tecnológico que se viene forjando en la última década y sus repercusiones futuras en las telecomunicaciones y en los agentes y los servicios de comunicación social. Pero hay algunas diferencias entre los dos seminarios o partes de la publicación.

La primera parte está centrada en los aspectos técnicos y tecnológicos en materia de telecomunicaciones; no faltan las reseñas de experiencias nacionales e internacionales de niveles de interactividad tales como la fallida televisión española interactiva, los proyectos de educación interactiva, las actividades comunitarias de I+D en aplicaciones de tecnologías de la información para sanidad, las redes privadas que solventan las necesidades de servicios de telecomunicación de las empresas o la transferencia de información bibliográfica de la Biblioteca Nacional, entre otras. De especial actualidad resultan los análisis que se hacen de las aplicaciones de las tecnologías de la información a la organización del trabajo y a las mutaciones de las relaciones laborales (por ejemplo el teletrabajo en el hogar), o, desde otra perspectiva, los servicios personales de información y entretenimiento.


UN COMPROMISO CIENTÍFICO Y SOCIAL

La segunda parte de la publicación, menos homogénea en sus contenidos, plantea los modelos culturales y el impacto de los medios electrónicos en las relaciones y el comportamiento social; y ello porque los medios de comunicación contemporáneos tienen la capacidad de cambiar los comportamientos y reorganizar lo social. Sin embargo, sería de ingenuos no valorar las variables económicas (por ejemplo, la concentración vertical y horizontal de los grupos multimedios) que inciden en el ritmo y el sesgo de todos los procesos. En Apuntes…, además de un pertinente estudio de lo que se denomina reto de las audiencias, el lector puede profundizar sobre el componente económico de las estrategias comunicativas y las transformaciones de las rutinas de producción en los medios de comunicación de masas de cara al siglo XXI. En suma, puede encontrar elementos de juicio sobre la contemporaneidad y quizá desbrozando las estrategias de las grandes empresas puede elucubrarse con pericia sobre las esperanzas y también las amenazas de la sociedad interactiva.

No ha llegado todavía a la sociedad el giro decisivo que es la interactividad real. Sin embargo, ya se vislumbran los signos de unos cambios que todavía no sabemos a dónde nos llevarán. Lo cual no obsta para la obligatoriedad del compromiso científico y social con los cambios que veremos. Esta es justamente la principal aportación de Apuntes de la sociedad interactiva. Autopistas inteligentes y negocios multimedia.

(1) Apuntes de la sociedad interactiva. Autopistas inteligentes y negocios multimedia. Fundesco/UIMP. Colección Encuentros. Madrid, 1993.

Artículo extraído del nº 41 de la revista en papel Telos

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