I
Ilustraciones


Por Gustavo Torner

Este reconocido artista conquense nacido en 1925 comenzó su andadura pictórica en 1955, año en que llevó a cabo su primera exposición personal. En estas tempranas obras, la materia se explaya de manera plena en la representación de la naturaleza.

Hacia 1959 se produce un cambio de tendencia en la obra de Torner. La materia empieza a estar sometida a una estructura compositiva rígida, la de una división horizontal. En realidad, se trata también de un contraste, que empieza a convertirse en aspecto fundamental de la obra de Torner.

Durante los años 60, la obra del artista está dominada por el criterio de conseguir la máxima significación a través de una mínima manipulación. Por el aprecio de la creación como conquista del pensamiento. En la gran serie titulada Vesalio, el cielo, las geometrías y el mar (1964-65) es donde quizá se haga más explícita la compleja elaboración de sus obras, su gusto por el ensamblaje, la necesidad de repensar la esencia física de la obra de arte.

Entre 1970 y 1977, aproximadamente, Gustavo Torner se dedica casi en exclusiva a la realización de esculturas monumentales, caracterizadas por una extraordinaria complejidad conceptual y técnica. Es durante los años 80 cuando se produce el retorno del artista hacia un tipo de obra pictórica de naturaleza más empírica, romántica, subjetiva, menos irónica y distante. Sin embargo, tampoco aquí se pierde ese carácter marcadamente mental de su obra.

Gustavo Torner ha realizado especialmente para Telos una serie de obras en las que se siente en profundidad todo ese estilo de pensar que caracteriza su arte.

 

 

Artículo extraído del nº 38 de la revista en papel Telos

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